El infierno que nos trae el nacionalismo

Si no ve lo que se avecina es porque no quiere verlo.

MORDOR CARRETERA

El nacionalismo es una ideología del siglo XIX que, como todas, pretende tener la fórmula para llevarnos al país de las maravillas. La fanática líder nacionalista Muriel Casals explicaba así el sentido último del prusés en abril de 2014: «lo que queremos es llegar a tocar el cielo: el Cielo en la tierra que estamos construyendo». Por eso los iluminados separatistas nos prometen que en el noupaís tendremos gelatdepostrescadadia«las mujeres podrán ser mujeres» (ahora deber ser ficus), «l’àvia arribarà a final de mes», «sanidad sin listas de espera», y totes les llaminadures celestials dissenyades a les agències de propaganda, que alcanzaremos cuando nos sometamos al idolillo de lanació.

gelat de postres

Con su Catadisney el nacionalismo olvida la gran enseñanza de las tiranías ideológicas del siglo XX que profetizó Blas Pascal, el inventor de la calculadora:

«Desde que el hombre ha abandonado su verdadero bien, es una cosa extraña que no haya nada en la naturaleza que haya sido capaz de ocupar su lugar: astros, cielo, tierra, elementos, plantas, coles, puerros, animales, insectos, becerros, serpientes, fiebre, peste, guerra, hambre, vicios, adulterio, incesto. Y desde que ha perdido el verdadero bien, todo puede parecérselo igualmente, hasta su propia destrucción, aunque sea contraria a Dios, a la razón y a la naturaleza juntos» (Blas Pascal: Pensamientos, n°138).

Es decir: basta que renunciemos al paraíso de verdad para vernos sometidos a todas sus parodias, que aquí se llaman Catadisney. Lo malo es que esta sustitución del bien auténtico por el becerrito de lanació no se hace sin consecuencias. Y la consecuencia -como hemos comprobado en el sangriento siglo XX- no es el cielo, sino el infierno. Por eso decía Simone Weil que «el infierno es creerse erróneamente en el paraíso». Y Paul Claudel: «cuando un hombre intenta imaginar el paraíso en la tierra se hace inmediatamente un infierno muy apropiado».

Doncs ja hi anem arribant a aquest paradís de cartró que els fanàtics nacionalistes porten 40 anys provant d’imposar-nos. De momento la justicia en Cataluña es sólo un papel para rasgar a la puerta del ayuntamiento de Badalona, el parlamento se declara descontrolado y con un poder absoluto, la CUP no oculta sus planes violentos, los políticos nacionalistas nos preparan un golpe de Estado, algún intelectual nacionalista reconoce que se ha «enterrado» la  unidad civil y vamos a la «confrontación», la alcaldesa de Barcelona invita a delatar al vecino y sostiene que «si hay que desobedecer las leyes injustas, se desobedecen», y Catalunya Ràdio llama a «impedir físicamente» que a los políticos se les aplique la ley.

No, el nacionalismo no nos trae un paraíso. De lejos se parece más bien a Mordor.

Dolça i infernal Catalunya…

bastoncillo



Categories: Dando el golpe, Huid del nacionalismo, Pensando bien

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20 comentarios

  1. Aquí la imagen de los post-it sin el subrayado del corrector ortográfico http://i.imgur.com/kYAyGWD.png

  2. EL CREDO NACIONALISTA
    promete felicidad
    a sus fieles en un nuevo
    paraíso terrenal.
    Tendrán «el cel a la terra»,
    según Omdium Cultural,
    donde todo serán flores
    sin espìnas y al final
    vivirán todos del cuento
    sin tener que trabajar.
    Sólo con la independencia
    se acabará todo mal
    y vivirán dulcemente
    en un nirvana total.

  3. Catadisney hoy la region de Europa con mas TROLS nazionalistas por metro cuadrado. Los politicos nazionalistas son a la vez saboteadores y recaudadores. Un cocktail explosivo. Unido a una carrera para ver quien la tiene mas larga de momento el supuesto.n.1 es Puigement, aunque no las tiene todas consigo, ya que en el bolsillo lleva el gallo Horezo protector, que lo convierte en un Totem impregnado de ascendencia gitano-rumana ahora muy catadisney, muy supersticioso y nada racional.

  4. O «Quien no cree en Dios, acaba creyendo en cualquier cosa»

    • Chesterton. Una traducción que me gusta más es «Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa».

      Por cierto, Pascal era agustiniano. Chesterton, tomista. Ambos nos llevan al mismo punto sustentándose en los dos pilares de la Iglesia.

      • Dejar de creer implica haber creído, esto podía pasar en tiempos de Chesterton, pero no es lo que ocurre hoy, hoy hay cantidades ingentes de personas que a falta de una fe, digamos implícita, simplemente creen en cualquier cosa, de partida, no creen en Dios, se les ha convencido de que Dios no existe o no pinta nada en todo esto, así que no pueden dejar de creer en el, no entra en su esquema del mundo.
        Por lo tanto llenan ese mapa con lo que les es asequible, ideologías, creencias, sectas, cada vez de nivel inferior.
        Dicho esto, gracias por la traducción, es más suave, más relajas, como corresponde a la visión del genio.

  5. En cuestión de premios Nobel: Andalucía 2-Cataluña O.

    Juan Ramón Jiménez y Vicente Alexandre.

  6. En Catadisney, cada català tendrà dret a que li facin la seva figura pròpia de caganer. Serà un nou Edén.

  7. Desde luego no se puede negar que Lluís Jack el revienta ovejas tiene dotes
    De vidente con su «HIGHWAY to HELL autopista al Infierno. ….»el nuevo himno caspaliban ( dentro de su álbum whisky rocanroll y mujerzuelas con su grupo los perros del Infierno ….nombre por cierto muy premonitorio. …)

  8. Es evidente que los nacionalistas han escogido el momento oportuno para intentar materializar su utopía totalitaria basada en un proyecto que engloba dos factores de irresistible atavismo, como son, el territorio y la identidad colectiva o tribal. La incertidumbre de los momentos históricos que viven las sociedades del viejo continente y que ha generado la globalización, es un buen caldo de cultivo para que crezcan como setas las opciones políticas extremas y los demagogos que ofertan soluciones simples a problemas de enorme complejidad. Y ahí están nuestros separatistas, al acecho, como la enfermedad al organismo debilitado por unas defensas bajas.

    Creo que el porcentaje de separatistas de aluvión que ha generado el estado de la economía y lo incierto del futuro en un mundo que está en un cambio de paradigma social y económico, es muy elevado. Creo también que los separatistas «ideológicos» se mantienen en un porcentaje parecido previo a la crisis, por lo cual no deberíamos precipitarnos a la hora de asumir la propaganda de los enemigos de España, aunque el viento de los tiempos sople eventualmente a su favor. Se pueden hacer muchas cosas para reducir la infección, por que en cierta medida se trata de una enfermedad oportunista.

  9. Se puede decir más alto pero no más claro. Excelente artículo de Dolça Catalunya. La foto no puede ser más profética.

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