El silencio de la mayoría acaba siendo complice de los actos de los fanáticos

Explica el canadiense Paul Marek que :

«Un hombre, cuya familia pertenecía a la aristocracia alemana antes de la Segunda Guerra Mundial, fue propietario de una serie de grandes industrias y haciendas. Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran realmente nazis?, la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo. 

“Muy pocas personas eran nazis en verdad», dijo, “pero muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban demasiado ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis eran un montón de tontos. Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera. Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había llegado. Mi familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los Aliados destruyeron mis fábricas …”

Tras 30 años de Programa 2.000 y más de €20.000 millones gastados en un gigantesco programa de “nation building”, el hecho es que los fanáticos nacionalistas dominan hoy la Generalitat y todos los resortes del poder de Cataluña:

Son los fanáticos los reciben todas las subvenciones públicas. Son los fanáticos los que controlan la enseñanza. Son los fanáticos los que dominan los medios de comunicación. Son los fanáticos los que controlan la policía.

Fanáticos como el alcalde de Cervera, que amenaza al director del El Periódico porque “no ets digne de Catalunya”. Como el alcalde de Bolvir, que obliga al dueño de un circo ambulante a colgar la cubana “o te quedas sin licencia”. Como el alcalde de Blanes que dice que “somos Dinamarca y ellos el Magreb”.

Fanàtics com el “talibán” cap polític dels Mossos d´Esquadra, que con los cuerpos calientes diferencia entre víctimas “catalanas y otras dos con nacionalidad española”. Como la presidenta del parlamento autonómico que afirma que los votantes de Cs y PP “no són catalans”.

Fanàtics com el rector de Prades que tapa la creu del campanari de tots amb la cubana d´uns pocs. Como el burócrata de la ANC que dice que hay que quitar las calles a Goya y Machado en Sabadell porque son “espanyols”.

Fanáticos como el presidente no votado de la Generalitat, que proclama que “els invasors seran foragitats”. Fanáticos como los partidos que en el parlamento autonómico aprueban una ley calcada de la Ley Habilitante nazi, por la que  ”Cap de les decisions de l’assemblea no serà tampoc susceptible de control, suspensió o impugnació per cap altre poder, jutjat o tribunal”.

El hecho cuantificable y tremendo es que la minoría nacionalista pretende intimidar a la mayoría pacífica de los catalanes de seny.

En la Rusia comunista la mayoría de los rusos sólo querían vivir en paz; sin embargo, los comunistas rusos se hicieron con el poder y fueron responsables del asesinato de cerca de 50 millones de personas. La mayoría pacífica era irrelevante. La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos lograron el poder y asesinaron a decenas de millones.

El japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista sádico. Sin embargo, Japón asesinó y masacró en su camino hacia el sur de Asia Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato sistemático de 12 millones de civiles chinos, la mayoría muertos por espada, pala y bayoneta.

Las lecciones de la historia son con frecuencia simples y contundentes: la pasividad de los pacíficos frente a los radicales acaba en desastre.

Las organizaciones separatistas pretenden convertir la manifestación de hoy contra el fanatismo islamista y en apoyo a las victimas en un acto de fanatismo nacionalista.

Si els catalans de seny no ens pronunciem ja, passarà igual que a Alemanya: nos despertaremos un día y encontraremos poseídos por los fanáticos, sin libertades y sin derechos. Los alemanes amantes de la paz , japoneses, chinos, rusos, rwandeses…sufrieron porque la mayoría pacífica no se pronunció hasta que fue demasiado tarde.

El fanatisme nacionalista posa en perill tot el que som i tenim. El fanatismo islamista también. Hace unas semanas los fanáticos de la CUP fueron frenados en la calle por cientos de pacíficos catalanes de seny.

Ens veiem avui a la mani, dolços.

Dolça i assenyada Catalunya…

Categories: Huid del nacionalismo