Azaña ya sufrió una situación como la actual.
Ahora que vuelve a estar en el candelero la guerra de Crimea y que parece que la historia es un eterno retorno al punto de partida, puede ser buen momento para recuperar la otra gran crisis en la relación entre Cataluña y el resto de España: la que se vivió en los años 30 del siglo pasado y que tuvo un desenlace que nadie en su sano juicio desea repetir (por cierto, ¿están todos los separatistas en su sano juicio? Nosotros tenemos serias dudas).
El caso es que Israel Viana recuperaba, en las páginas de ABC, unas interesantes palabras de Manuel Azaña, poco sospechoso de ser un facha centralista. Esto escribía quien fuera presidente de la II República:
– «La desafección de Cataluña (porque no es menos) se ha hecho palpable. Los abusos, rapacerías, locuras y fracasos de la Generalitat y consortes, aunque no en todos sus detalles de insolencia, han pasado al dominio público«.
– «Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con él ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos o quien fuere. Pero esos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. Y mientras, venga a pedir dinero«.
La táctica separatista, lo vemos, es la misma; las palabras de Azaña se aplican a la perfección a la situación actual. Quizás si Azaña hubiera conocido a Mas, Homs y Junqueras, el adjetivo «inaguantable» le hubiera parecido demasiado suave, pero en esencia, es lo mismo.
En aquella ocasión, el desenlace fue trágico. ¿Habremos aprendido todos de la historia o insistiremos en tropezar dos veces con la misma piedra? Por el bien de todos, confiamos en lo primero.
Categories: Historia, Huid del nacionalismo
Azaña solo fue competente como ministro de la guerra, en el Estatut fue superado por los catalanistas, bueno y aquella magnífica novela «el jardín de los frailes»