El fracassat ex conseller descobreix ara la roda després de jugar a separatista.
¡Menudo descubrimiento! Dice Andreu Mas-Colell en una entrevista para Nació[nalista] Digital que «Cal fer política a Espanya». Sí, sí, el mismo que no hace tanto decía que espanyaensroba, stopespoli i que haviem de marxar de la pressó que era l’astataspanyol.
Mas-Colell es un caso más de reputado académico que fracasa al gestionar la realidad. Lo hemos explicado aquí.
Andreu Mas-Colell era un académico de éxito: Berkeley, Harvard, la Pompeu (esta ya de capa muy caída), premios y distinciones. Y entonces llegó Artur Mas, el trilero del carrer Tuset, y le ofreció ser su brazo derecho en la batalla contra Aspanya; la persona que, por su prestigio internacional, iba a dar credibilidad a los planes secesionistas del prusés.
Y Andreu se sumó al carro encantado. Su ego se disparó, su vanidad llegó a niveles estratosféricos. Él sería el nuevo Cavour, el hombre que llevara las riendas de la economía catalana y que pasaría a la historia por encima de los volubles políticos. Y claro, empezó a decir cosas que, en el fondo ni él se creía… empezando por el mentiroso espanyaensroba. Su asqueroso vídeo Stopespoli, al que sumó a sus discípulos lazis que trabajan en universidades de EE.UU., pasará a la historia de la villanía. I de la corrupció, perquè la fundació que va impulsar el vídeo està involucrada en el cas 3-5-10%.
Mas-Colell consiguió llevar a Cataluña a cifras récord de deuda, su impuesto sobre los depósitos de los bancos esperaba recaudar 686€ millones y solo rascó 3€ millones, tuvo que reconocer que el supuesto déficit fiscal no es de €16.000 millones, sino de €3.000, y hace un año ya confesaba, entre pucheritos, que no calcularon bien y que es evidente que no hay ruta a laindependència.
El gran Albert Soler comentaba así en el Diari de Girona la repentina caída del caballo de Mas-Colell:
«acaba d’adonar-se que no hi ha cap ruta cap a la independència de Catalunya i que Europa no l’admetria. Quatre anys després. Que tot un senyor catedràtic hagi trigat quatre anys a adonar-se del que un pelacanyes com jo sabia des del primer moment, no parla gaire bé del nivell de la universitat.»
Un tipo como Mas-Colell, al que la vanidad y la ambición le llevó a mentirnos, engañarnos y arruinarnos, si tuviera un mínimo de dignidad, pediría perdón a todos los catalanes y no lo volveríamos a ver nunca más. Pero no; l’Andy, en comptes de demanar perdó i desaparèixer, se presta a cualquier entrevista, todo sea por seguir alimentando su descomunal ego, desde donde aún tiene la jeta de pretender darnos lecciones.
Como su redescubrimiento del pujolismo a estas alturas, o como cuando ahora descubre que los trámites administrativos son excesivos («per executar una inversió, hi ha molts tràmits administratius a fer… Els tràmits van augmentant i si l’esforç que es fa és el mateix, la probabilitat que una inversió no s’arribi a executar és gran«). I ho diu un exconseller d’Economia que no va fer res per arreglar-ho. El paio que es mirava les ungles al parlamentet i que sopava a la marisqueria de l’upper Balmes.
Francesc Xavier Mena, el discípulo que es mucho mejor que él, vio a tiempo el plan de suicidar Cataluña y se piró en cuanto pudo de la Generalitat. Andy se quedó para llepar.
Por eso no importa a nadie lo que diga este vanidoso fracasado, que lo único que consigue es provocarnos una sonrisa viendo sus grandes descubrimientos y recordarnos que gente como esta son los que nos han hundido.
Dolça i escarmentada Catalunya…
Categories: Economía, Fe de Ratas
Otro ángel caído por su soberbia.
Y luego pasa lo que pasa: que quiere que nos caigamos los demás.
A mí me gustaría que pidieran perdón.Un gran acto de contricción televisado por TV3%. ¿Un Perdomarató?. Pero con penitencia, eh?
Otro que huele a tierra….buen viaje en breve…
¿Y ahora quien arregla este desastre anunciado?
¿No hay castigo para estos Mas-Colell y cía?
Al final, como siempre, los mismos que no tenemos arte ni parte en esta pesadilla somos los que tendremos que pagar la cuenta, además de sufrirla, por panolis.