Las dos banderas de San Ignacio

Hora d’escollir bandera.

Ayer celebramos los 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola, el menor de 12 hermanos, caballero y militar, soldado de Carlos I, evacuado del sitio de Pamplona con la pierna destrozada, obligado a una larga recuperación en el caserón de Azpeitia, donde leyendo vidas de santos se dio cuenta de que la vida es una elección: militar bajo la bandera del Rey Jesucristo o bajo la de Satanás de Babilonia. Ya recuperado pero cojo, lo dejó todo y se vino andando a Barcelona, con ánimo de embarcarse para Tierra Santa. A casa nostra va vetllar armes davant la Mare de Déu de Montserrat (encara s’hi pot veure l’espasa), va escriure els fabulosos exercicis espirituals a la cova de Manresa y mendigó en las gradas de Santa María del Mar.

Más tarde fundaría en Montmartre la Compañía de Jesús, caballería ligera del Papa, frontera ante la herejía y vanguardia de evangelización y ortodoxia, perseguidos por déspotas e iluminados… hasta que el modernismo penetró también en sus filas y la mundanizó, inutilizando buena parte de sus obras y reduciendo sus efectivos a menos de la mitad en apenas medio siglo.

A Catalunya devem molt a la Companyia, però també hem vist la seva decadència en la idolatria nacionalista. ¿Cómo olvidar, por ejemplo, al padre Enric Puig, Director General de Juventud con Pujol y encargado de convertir las escuelas cristianas en madrasas lazis mediante el Programa 2000 de nacionalistización total? Puig dirigió la comisión «Església» de dicho Programa, y fue miembro de la comisión «Societat Civil». Sense aquest nefast jesuïta segurament encara hi hauria escola cristiana a Catalunya, y los colegios jesuitas no serían hoy franquicias educativas para proveer flujos de caja a la Compañía.

El gran Víctor Cucurull y su  Institut Nova Història afirman que San Ignacio de Loyola era en realidad Sant Ignasi d’Oriola (Orihuela, Alicante): un català dels Països Catalans, és clar. Cuando llega la decadencia nacionalista, llega a todas partes.

Potser ens ajudarà recordar el gran Sermó de Dues Banderes, referent dels Exercicis Espirituals de Sant Ignasi, per entendre de què va la lluita dolça. Porque en la vida hay 2 banderas:

«la una de Cristo, sumo Capitán y Señor nuestro, la otra de Lucifer, mortal enemigo de nuestra humana natura. (…) Cristo llama y quiere a todos debajo de su bandera, y Lucifer, al contrario, debajo de la suya.

El primer punto es imaginar, así como si se asentase el caudillo de todos los enemigos en aquel gran campo de Babilonia, como en una grande cátedra de fuego y humo, en figura horrible y espantosa. El considerar cómo hace llamamiento de inumerables demonios, y cómo los esparce a los unos en tal ciudad y a los otros en otra, y así por todo el mundo, no dejando provincias, lugares, estados, ni personas algunas en particular. El considerar el sermón que les hace, y cómo los amonesta para echar redes y cadenas; que primero hayan de tentar de cobdicia de riquezas, como suele, “ut in plúribus”, para que más fácilmente vengan a vano honor del mundo, y después a crecida soberbia; de manera que el primer escalón sea de riquezas, el 2.º de honor, el 3.º de soberbia, y destos tres escalones induce a todos los otros vicios. (…)

El considerar el sermón que Cristo nuestro Señor hace a todos sus siervos y amigos, que a tal jornada envía, encomendándoles que a todos quieran ayudar en traerlos, primero, a suma pobreza espiritual, y si su divina majestad fuere servida y los quisiere eligir, no menos a la pobreza actual; a deseo de oprobrios y menosprecios, porque destas dos cosas se sigue la humildad; de manera que sean tres escalones, el primero pobreza contra riqueza, el 2.º oprobrio o menosprecio contra el honor mundano, el 3.º humildad contra la soberbia, y destos tres escalones induzgan a todas las otras virtudes”.

Es curioso descubrir en el nacionalismo el humillo azufroso de la codicia (3-5-10%) y la soberbia (somcollonuts), que segons Sant Ignasi són inici de tots els vicis, i les característiques de la bandera de l’infern. Que malgrat les nostres imperfeccions, no serà mai la dels dolços.

Que Sant Ignasi ens faci pobres, senzills i humils. Bona diada de Sant Ignasi!

Dolça i ignaciana Catalunya…



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2 comentarios

  1. Todo muy buen, pero parece que los arrupistas no se han enterado todavía.

  2. En Montblanc (Tarragona) hacen durante este mes de agosto unas jornadas sobre la historia de Cataluña impartidas por el INSTITUD de Nova Historia financiado por el Exmo. Ayuntamiento ( por cierto, con sus miembros/as a la greña), me extraña que entre sus múltiples ponencias no figure lo de Sant Ignasi d’Oriola

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