Dostoyevski explica el nacionalismo: «pasatiempo de ociosos señores de club»

I profundament anticatalà: «corta sus vínculos con el pueblo».

El nacionalismo es una ideología foránea que no surge del pueblo catalán. Valentí Almirall explica en Lo catalanisme el origen de lo que él llama “el Renaixement” o Renaixença, germen del nacionalismo, y lo desvinculaba radicalmente de la tradición catalana:

“la invasión napoleónica (…) introducía entre nosotros las ideas revolucionarias (…) fueron para la nación el principio de una nueva era. No fuimos los catalanes los que más nos entusiasmamos de entrada. (…)  Los primeros pasos fueron apocados, y las primeras voces no tuvieron gran resonancia. (…) Nuestro Renacimiento fue producido, directa o indirectamente, por el despertar general de las regiones españolas al introducirse entre nosotros las ideas que habían hecho la revolución en la nación vecina. (…) El Renacimiento, pues, es hijo legítimo y natural de las ideas modernas“.

Lo mateix ensenyava el nacionalista Rovira i Virgili quan deia que “los herederos de 1640 y de 1714 son en realidad los carlistas de la montaña catalana”, de los que había que abominar; para el ideólogo, los carlistas eran los representantes de la catalanidad de siempre, pero él se consideraba nacionalista, heredero de ideas extrínsecas venidas del idealismo alemán y el jacobinismo francés.

¿Y de dónde salió todo esto? Este cambio del alma catalana no empezó en las comarcas catalanas, sino entre las clases burguesas castellanoparlantes de Barcelona; por eso Unamuno hablaba de “barcelonismo, más bien que catalanismo”. El catedràtic Francesc Canals Vidal explicava molt bé com es va crear aquesta nova consciència romàntica, externa a la catalanidad secular:

Fue la previa castellanización lingüística de las clases cultas barcelonesas lo que hizo posible la apertura a la modernidad europea de la que surgiría la conciencia y la voluntad de ser que dicen caracterizar el contemporáneo nacionalismo. (…) Teniendo en cuenta la afirmación de Prat de la Riba, para el cual cambiando a un hombre su lenguas se le habría cambiado su alma, los nacionalistas vienen a reconocer como sus precursores originarios a movimientos surgidos entre catalanes a los que les había sido cambiada el alma por el reformismo borbónico e ilustrado”.

Sorprenent, oi? El nacionalismo y demás ideologías modernas no surgen de Cataluña, que luchó contra ellas desde el siglo XVII. Vienen de Francia y Alemania, y son asumidas por burgueses castellanoparlantes que se las daban de modernos.

Lo curiós és que això no és un fenòmen català, sinó que també es va donar a Rússia. Así nos lo cuenta Fiódor Dostoyevski, uno de los artistas rusos universales. Universal perquè era ben rus, és clar, que ja sabem que els homes arribem a lo gran mitjançant lo petit. Fue revolucionario, condenado a muerte, desterrado una década en Siberia, viajero, converso y eslavófilo; lo tenía todo para retratar el alma humana.

Dostoyevski profetizó en los Demonios el mecanismo revolucionario que décadas después destrozaría Rusia. Uno de sus personajes, Stepán Trofímovich Verjovenski, es un intelectual aburguesado que contribuye, sin pretenderlo, a difundir las ideologías nihilistas que su hijo llevará a cabo con una cuadrilla de revolucionarios hasta casi destrozar la sociedad local. Entre estas ideologías está el nacionalismo, por supuesto.

Al principio de la novela, el burgués Stepán Trofímovich explica la llegada del nacionalismo a Rusia:

«A los tres años, como es notorio, salieron hablando de nacionalismo (…) nuestra nacionalidad, aunque efectivamente haya sido ‘dada a luz’, como aseguran ahora los periódicos…, va todavía al colegio a alguna Peterschule alemana, estudia en librillos alemanes y aprende su eterna canción alemana, y el maestro alemán le manda ponerse de rodillas cuando se le antoja (…) 

El nacionalismo, para que lo sepáis, nunca se presentó entre nosotros sino en forma de pasatiempo de señores de club y, por si algo faltaba, moscovitas (…) todo eso viene de la ociosidad. Entre nosotros todo viene de la ociosidad (…) ¡Todo de nuestra señoril, simpática, bien educada y caprichosa ociosidad! (…) De nuestro trabajo no sabemos vivir (…) 

Por lo que se refiere al cristianismo, con el sincero respeto que me inspira, yo… no soy cristiano. Antes pagano como el gran Goethe, o como los antiguos griegos».

La respuesta de Schátov, el personaje que encarna al ruso popular, és sorprenent:

«Miraban ustedes al pueblo ruso por encima (…) Con el nombre de pueblo solo entendían ustedes al pueblo francés, y es más, al de París, y se abochornaban de que el pueblo ruso no fuera lo mismo (…) tenga usted por seguro que cuantos dejan de comprender a su pueblo y cortan sus vínculos con él, inmediatamente, en la misma medida, pierden también la creencia en la patria y se vuelven ateos o indiferentes».

Como ve, es lo mismo que sucedió en Cataluña con el inicio del catalanismo, que es el nombre infantil del nacionalismo.

No ho oblidem: el nacionalisme és una afectació de modernitat abraçada per elits corruptes barcelonines, separades del sentir del poble. El nacionalisme és antipopular arreu del món. Como en Rusia, fueron ociosos y descreídos burgueses catalanes quienes importaron paletamente la ideología nacionalista del extranjero, de Alemania y Francia, despreciando el sentir tradicional del pueblo catalán. Se entiende  la foto del Liceo, ¿verdad?

Per això els catalans som espanyols com un pi és un arbre, i els nacionalistes rebutgen ser-ho perquè han tallat els seus vincles amb la Catalunya popular.

Dolça i desnaturalitzada Catalunya…



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4 comentarios

  1. Es curioso, pero esos demonios que atormentan a esos burgueses ociosos y acomplejados…obligan a los demás a tragarselos como si fueran sapos.

    Y para el que no quiera, ahí está la guillotina en la plaza de la República.

    Se creen mejores y más listos que los demás.

    De ahí vienen 2 guerras mundiales, las 2 revoluciones rusas y un montón de golpes de Estado y repúblicas bananeras para forzar a la gente a hacer lo que no quiere hacer.

    Son la escoria de la humanidad.

  2. ya sabeis que hay un argumento sencillo y mecánico contra cualquier cosa que divulgueis en el blog: «feixistas!» (chupito!)

    Ese es el nivel cavernícola en el que se han quedado, no pidais que analicen la historia o reflexionen sobre su delirio mental, diran que los historiadores y los jueces han sido feixistas y franquistas de tota la vida, ya desde el siglo XVII o abans!

    (con todo el respeto a los cavernícolas, q nunca hubieran matado o desterrado a un hermano o familiar por pertenecer a una cueva unos pasos mas alla… )

  3. Muy buena entrada Dolça Catalunya.

    El desprecio al pueblo está tratado también por Juan Marsé en Ultimas tardes con Teresa

  4. «Nuestro ODIO contra la vil España es gigantesco, LOCO, grande y sublime; hasta odiamos el nombre, el grito, la memoria, sus tradiciones y su sucia Historia…»

    – Ventura Gassol (discurso del 11 de septiembre de 1934). –

    * *

    Si ellos mismos definen su ideología como de odio y digna de locos, ¿cómo es posible que se permita su existencia legal en un marco democrático?

    El catalanismo, sin importar si es de la banda ultraderechista o marxista, aparte de ser un negocio, es una psicopatología; una neurosis religión fanática y materialista. Ellos mismos lo reconocen en su odio hacia sí mismos. ¿Qué sería de Cataluña sin su Historia, tradiciones, cultura y folclore análogos con España? La respuesta es clara: el Rosellón.

    Los catalufos podrían dividirse en tres categorías diferentes.

    Los peones: totalmente lobotomizados que viven en su Matrix de hispanofobia, y cuyo único objetivo vital para alcanzar el nirvana es la independencia.

    Los funcionarios estómagos agradecidos: cuya mediocridad se camufla gracias a que el catalanismo es su único modus vivendi. Su cinismo les hace denominarse como «moderados», entre los políticos y periodistas (valga la redundancia) de Madrid.

    Los Amos cuya única meta es vivir del cuento catalanista de por vida, y si la cosa se tuerce, huir con la pasta y suplicar por la nacionalidad belga. No tienen inconveniente en poner banderas españolas en sus megayates. Suelen tener sus patrimonios en Madrid. Si van a la cárcel lo hacen en entornos específicos de superlujo únicamente para ellos.

    * *

    Luego están los nouscatalufos que se harán con el poder en Cataluña sin mover un dedo. Simplemente con la demográfia y los votos. Y ese día, Amos, Peones y Estómagos Agradecidos, ya pueden ir aprendiendo los derechos humanos en el Islam, osea, la sharia.

    Y que se odan.

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