Hoy es San Isidro, el santo madrileño… patrono de los payeses catalanes.

¿Lo celebrará Artur Mas, o lo verá como un «error històric»?

San Isidro Olordre

Que un santo madrileño sea patrono de los campesinos catalanes, merece al menos una explicación. Mucho tememos que el separatismo se busque otro santo distinto al que hasta ahora se había manifestado tan eficaz para nuestros campos: un santo que vivió entre los siglos XI y XII, y fue canonizado en 1622 por Gregorio XV. Oficialmente fue declarado patrono de los campesinos españoles en 1960 por Juan XXIII. Sin embargo, mucho antes de su canonización, el santo madrileño ya fue acogido por los payeses catalanes como patrono.

Según nos cuenta Joan Amades, destacado etnólogo y folclorista catalán: A principios del S. XVI, los “payeses” catalanes adoptaron como patrón de los frutos de la tierra al Santo madrileño, en sustitución de los santos que hasta entonces habían venerado, algunos de ellos, “payeses” catalanes: san Galderic, “payés” rosellonés; san Medín, “payés” vallesano; san Fausto, del llano de Lérida, y los santos reyes armenios Abdón y Senén”. No deja de ser curioso que en aquellos tiempos la fama del santo Isidro llegará a Cataluña en fechas relativamente tempranas, sobre todo si tenemos en cuenta que tal fenómeno no ocurrió en toda España. La actitud de los payeses catalanes parece que no fue seguida por los campesinos del resto de España, que seguían venerando en cada región o comarca a sus respectivos patronos.

Al año siguiente de su canonización, en 1623, las parroquias rurales barcelonesas de Sta. Mª del Mar y del Pino (hoy famosas parroquias de Barcelona regentadas por curas nacional-progresistas), obtuvieron unas reliquias del santo madrileño y celebraron unas solemnes fiestas, con procesiones, para su traslado. El patronazgo no fue impuesto por la Iglesia, sino por voluntad de los fieles. Así, los payeses y hortelanos del Raval, cercanos al portal de San Antonio, de San Pablo y de Sta. Madrona, que ocupaban una gran extensión de la ciudad y que hasta entonces habían venerado a los santos armenios Abdón y Senén, admitieron el copatrocinio de San Isidro, cuya imagen colocaron en un altar de la parroquia del Pino.

Los hortelanos de La Ribera (barrio barcelonés) veneraron a San Isidro en la iglesia de San Pedro, la cual se consideró, durante muchos años, como el templo propio de los payeses, y por dicho motivo se la conocía popularmente como “l’esglesia del tronxos”.

En el mismo año 1623 se le dedicó un altar en la iglesia rural de Santa Creu d’Olorde, del término de Sarriá. También muy tempranamente los campesinos de Gracia, cuando era sólo un barrio extramuros de Barcelona, celebraban una gran fiesta en honor de San Isidro. Según nos dice Amades: Els pagesos sentien més devoció per Sant Isidre que per la Mare de Déu, tinguda per patrona de la barriada”. Otros pueblos que luego se incorporarían como barrios a la Gran Barcelona como Sants, Sarriá, San Gervasio, Horta o San Andrés de Palomar, también veneraban a San Isidro.

No eran tiempos de nacionalismo, sino de tranquila convivencia.

¡Feliz día de San Isidro a nuestros hermanos madrileños, y a nuestras familias de la terra!

bastoncillo



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6 comentarios

  1. Con todos los respetos a las creencias religiosas. Que los payeses catalanes tengan a San Isidro como patrón, es un asunto que sólo a ellos compete, y ninguno deberíamos entrar en esa cuestión, salvo que se sea payés, naturalmente. Aragón y Cataluña, (o Cataluña y Aragón por si alguno es demasiado quisquilloso), tienen un patrón que hasta hace sólo 50 años la propia Iglesia Católica permitió su culto opcional. Es más, la propia Iglesia duda de la existencia de San Jorge de Capadocia, el soldador romano muerto por su fe. Y sí le llegan a coger los ecologistas de hoy en día, no sé lo que le hubieran hecho. Ya que en la leyenda va incluida la muerte de un dragón, que, supongo, sería el último de su especie.

    Existe la Historia, existe la Leyenda (algo de historia real pero exagerada incluso hasta rasgos grotescos) y por último existe la pura y simple Mitología.

    • Por favor, que no sé hacerlo. Que alguien borre lo del «soldador romano» que he puesto. «Soldador», no; «soldado». Tengo un teclado que se me ha vuelto inmanejable, y obra por sí sólo. Aprovecho para recordar que D. Jaime I El Conquistador (el único junto a Martín I que no hay que poner pegas a los ordinales de los reyes aragoneses y condes de Barcelona), se llama Jaime o Jaume por lo que en castellano se suele usar Santiago o Yago, un santo que, cosa de los milagros, fue llevado en una barca de piedra, (y no se hundió) hasta Iria Flavia, la actual Padrón. Y luego a Compostela (o Campo de las Estrellas), para ser sepultado. Hoy Santiago de Compostela. Es que en la Edad Media los reinos cristianos estaban íntimamente relacionados; eran una misma familia, ya sea por parte materna o paterna; todos tenían vínculos comunes. Igual que hubo un Jaime rey de Aragón, también hubo una Berenguela reina de Castilla. Por cierto su mote es «La Grande», y eso que casi inmediatamente renunció a favor de su hijo Fernando el Santo. Aunque no dejó de mandar y mucho. Fue una figura excepcional por su temple e inteligencia y la mejor consejera de su hijo. Mientras Fernando conquistaba, ella gobernaba; y con un tiento y eficacia ejemplar.

    • JJGD,

      Disfruto muchísimo leyendo sus bien informadas y argumentadas aportaciones, pero en este caso creo que nuestros amigos de Dolça Catalunya lo que han querido dar a entender es como, a pesar de la propaganda catalibana, se demuestra como los catalanes (al menos los payeses en este caso, pero que conformaban la inmensa mayoría de la sociedad catalana de la época) acogieron con total naturalidad y cariño a un santo proveniente de Madrid, la cual por aquel entonces -corrijame por favor si me equivoco- ya era Corte además de Villa. Por contra, de un tiempo a esta parte, los catalibanes intentan hacer desaparecer esta devoción a San Isidro, promocionando por todos los medios a Sant Galderic, santo local, y que supongo que no tendrá ninguna culpa el pobre, pero de escaso arraigo en el campo catalán. Yo hasta he llegado a escuchar que la devoción a San Isidro había sido impuesta «pels espanyols». Claro, por eso ésta ha durado con buena salud hasta nuestros días, y por esa «imposición» los payeses catalanes pusieron a mansalva el nombre del santo a aquello que más querían: sus hijos. Las mentiras y tergiversaciones del nacionalismo catalán llegan hasta el detalle más nimio, bien está, pues, que se les vaya desenmascarando.

  2. L’arrelament d’aquest sant madrileny dins de la pagesia catalana es pot comprovar perfectament només mirant la gran quantitat de persones a les quals se’ls hi posa Isidre de nom, si més no fins a dates ben ben properes. Aixó sí, de Jordis, escassos i abans del segle XX gairebé nuls, i Galderics, ni estan ni se’ls espera.

    • Estimado Carlí: Es tanto lo que nos une, hecho por la argamasa de la Historia, que lo que es un disparate es pretender que no solo me tengo que separar, es que también tengo que olvidar lo común. Es más, soy iberista, esto es partidario de la unión de Andorra, la actual España, Gibraltar y Portugal más las islas atlánticas portuguesas y españolas y las Baleares en una unidad política llamada Iberia. Por pura geografía, pocas zonas del mundo tienen unos criterios geográficos tan claros. Es una península (o sea literalmente casi una isla) con una separación tan clara como los Pirineos. Y siempre ha sido mejor unir que separar.

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