¿Alguien cree todavía que hay libertad en Cataluña?
Reducen la atención a los enfermos, la ayuda a la educación y a los discapacitados, la inversión en infraestructuras… Pero no renuncian a su aparato de propaganda. El alcalde de Barcelona ya tiene una TV que no mira nadie, que no aporta nada y que no cumple ninguna función social. Cuenta El Confidencial que ahora quiere quedarse con la frecuencia 91,0, que gestionaba la XAL. ¿Total? Un gasto de €18.000.000. Más millones que se suman a los €2.500.000.000 que se gasta la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals cada año (TV3, Catalunya Ràdio y el resto de aparato de propaganda nacionalista).
El nacionalismo controla, directamente o mediante subvenciones, casi todos los resortes de comunicación del Principado. No se puede ahorrar en difundir el relato nacionalista para «construcció nacional». Cuando los medios de comunicación divulgan las consignas que dicta su amo -la Generalitat- para conformar el pensamiento de los administrados, ¿se puede hablar de libertad en Cataluña? ¿Qué tipo de «dret a decidir» cabe en esta situación de monopolio ideológico de los medios?
Categories: Economía, Huid del nacionalismo
Deja una respuesta