Que sí, que hi ha molts capellans catalans bons i ben lliures de nacionalisme.
Nos cuenta la parroquia de Santa Joaquina Vedruna de Barcelona que el pasado 7 de mayo uno de sus parroquianos, Pedro Pérez, fue ordenado sacerdote en la diócesis de Helsinki.
El pare Pere va néixer a Barcelona i és el més gran de 15 germans. Hace 20 años sus padres, Albert y María, dejaron Barcelona y se ofrecieron a la Iglesia para ir a anunciar el Evangelio donde les dijeran; San Juan Pablo II les envió a Finlandia, on gairebé no hi ha catòlics.
Ara en Pere ja és capellà a Finlàndia. Y esto nos recuerda que Cataluña está lleno de buenos sacerdotes que no tienen nada que ver con la ideologización de capellazis en vías de extinción.
L’enhoradolça, mossèn Pere!
Dolça i joiosa Catalunya…
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