«Las razones políticas pasan por encima de las lingüísticas». Tremendo.
El nacionalismo es un culto público a lanació que inventa un lenguaje para construir marcos mentales en los que encerrarnos a todos bajo apariencia de paraíso. Las palabras nacionalistas no surgen espontáneamente: son diseñadas por expertos en comunicación, publicidad y seducción de masas, pagats per tots els pepets i maries de Catalunya però al servei d’un projecte ideològic; testadas en grupos de consumidores y lanzadas al ruedo político a través de todos los medios del Règim. Esa es la tarea estratégica de Vilajoana (ex-Tiempo BBDO), en la que también colaboró Leopoldo Rodés (ex-Tiempo BBDO y creador de Media Planning).
¿Exageramos? Así explica uno de los fundadores de la ANC la invención del dretadecidir:
“Convertimos un proyecto secesionista -que es el nuestro, es el que queríamos, nosotros queremos irnos de España- pero esto es feo, cuesta de vender (…) Y en cambio convertimos este proyecto en un proyecto de radicalidad democrática. A nosotros mismos nos chocó, pero al final de la reunión dijimos: ‘Pues sí: plataforma por el dretadecidir’”.
Compte amb les paraules, que C.S. Lewis en deia “l’arma filológica”: con ellas lleva 4 décadas colándose el nacionalismo en nuestras mentes. Y lo han conseguido. Hasta en el resto de España dicen «soberanistas», «minoría catalana en el Congreso», «presos políticos», «exiliados» y demás alfalfa lingüística lazi.
Y lo más importante: los medios del Règim son los encargados de vendernos la mercancía léxica nacionalista. A la cabeza está La Vanguardia, el fanzine del Règim. Allí hemos aprendido la neolengua lazi, empezando por lo de «Cataluña y España», «passeig de Gràcia», «Lleida, Girona», etc.
Con la excusa de la guerra de Ucrania, ayer el diario del Conde confesó lo que lleva años haciendo:
«Por razones históricas, el nombre de la capital ucraniana nos ha llegado a través del ruso y por ello siempre hemos dicho Kíev. Pero las razones políticas pasan por encima de las lingüísticas y, por eso, desde hoy ‘La Vanguardia’ reivindica llamarla Kyiv. Aunque la RAE sigue recomendando usar el topónimo tradicional a la rusa (Kíev), es evidente que las circunstancias actuales nos empujan a ponernos al lado del pueblo ucraniano y, por lo tanto, a usar la forma que se acerca más a su pronunciación (Kyiv)».
Aviam, ideòlegs del fanzine:
- Ustedes no son nadie para cambiar la grafía española de una ciudad. De eso se encarga la RAE.
- La lengua no es un instrumento político. Déjenla en paz.
- En español Киев (grafía rusa) se pronuncia Kíyev, y Киïв (grafía ucraniana) se pronuncia Kíyiv. La diferencia es mínima incluso para un eslavo y el oído de un español no la detecta, pero igual el del Conde sí.
- Киïв (grafía ucraniana) en español se escribe Kíiv, no Kyiv, que es como lo escriben los anglogermanos. Igual que Ха́рків se escribe Kharjov en anglogermano y Járkov en español. Puestos a hacer el cretino, al menos no sean paletos.
I tot això és força instructiu perquè declara cómo La Vanguardia y los medios del Règim han usado la lengua catalana para meternos ideología y política. Si «las circunstancias nos empujan» a llamarse «La Vanguardia Española» con Franco, pues lo hacen y punto. Pero quiten su ideología de nuestra lengua, llepaires.
Dolça i manipulada Catalunya…
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El concepto filológico y lingüístico con el que superar esta idi.otez es el de la exonimia y el exónimo (consúltese la Rae), necesario en todas las lenguas. ¿Por qué la vanguardia no escribe ya con letras cirílicas, que es mucho más respetuoso? Porque es todo una pallasada ideológica.
Animo a leer esta sátira:
https://letralia.com/letras/narrativaletralia/2021/11/06/joshua-el-autonimo/
Hoy por mañana he ido al bar de siempre donde está «La Vanguardia», «Avui-El Punt», «Ara», «El País»… No, el «Mundo» ni «La Razón» ni el «ABC» según me dicen «no nos los traen». Pues en el primero citado me ha llamado la atención el cambio de nombre de Kiev por Kyiv… No he sabido encontrar una explicación y me he quedado con cara de Póker; pero ahora me entero… ¡Gracias DC! Y ya se lo que me toca para mañana: mirar los demás diarios a ver si se han sumado al ejemplo del que sin duda es el campeón (según mis colegas «lazis») de imparcialidad, corrección, veracidad y ventas.
https://ricartgarciamoya.com/2022/02/28/los-sanc-dhorchata-no-son-ucranianos/
Dolsa y cansá (del catalanisme caldós) Valencia.
Lo que más eficientemente hacen los catalanistas es la manipulación de las palabras y los conceptos. Pero si resultan tan eficientes es porque los demás aceptan ese marco mental.
No hay que caer en esa trampa. Sin la perversión del lenguaje los catalanistas no van ninguna parte, su locura resulta evidente hasta para ellos mismos.