La ministra Belarra con su silencio abisal se ha hecho cómplice del sectarismo y el acoso a un menor.
Devastador artículo de Pablo de Lora en The Objective. Cargado de razón, de sensatez, de rigor. Y al mismo tiempo, de valentía al señalar la miseria de quienes permiten que un niño sea linchado. Miseria del nacionalismo, que ya no puede disimular su olor a podrido, pero miseria también del gobierno de España que se hace cómplice para así seguir agarrado al poder. Empachados de rimbombantes y falsas declaraciones, un niño es sacrificado en el altar de las ideologías y de los más bajos intereses.
Escribe Pablo de Lora en The Objective:
«No dejo de pensar en ese niño de Canet de Mar cuyos padres aspiran a que en su colegio se imparta una asignatura en castellano, la lengua oficial del país en el que vive y la que hablan mayoritariamente sus conciudadanos. Una pretensión modestísima, amparada en una decisión judicial firme que en cualquier lugar civilizado habría zanjado toda controversia y movilizado a la Administración para hacer ejecutar lo juzgado. Nadie aspira ya a nada más que a ese tablón del 25% lanzado a quienes, desde hace años, con una valentía cívica difícil de exagerar, siguen apostando contra viento y marea en favor de una educación bilingüe en Cataluña.
(…) Nadie aspira, al fin, a hacer realidad las palabras que pronunciara Marta Mata, la ilustrísima e influyentísima pedagoga catalana, en su calidad de representante del Partido de los Socialistas de Cataluña en la sesión del Congreso de los Diputados de 21 de junio de 1978. Lean: «Todo niño tiene derecho, y aun necesidad, de conocer las lenguas habladas en su ambiente para poder vivir en él en condiciones de igualdad y de fraternidad. Las razones son evidentes y reconocidas… Lo que habría que explicar es cómo siendo tal la evidencia, no solamente en España, sino en tantos países, la escuela ha sido en muchos casos, y aún lo es en bastantes, instrumento de enajenación y de alineación, de imposición lingüística». I tant, Marta, i tant….
Yo no dejo de pensar en ese niño de Canet de Mar y en el estercolero moral en el que ha podido anidar el odio, la ceguera y la cerrazón de quienes se animan a hostigarle, a él y a su familia, y cómo las autoridades pueden llegar a ser fiel reflejo de esa podredumbre. No, no, frente al expediente facilón que esgrimen algunos, el «lío» de las lenguas y la escuela en Cataluña – feliz eufemismo para no rozarse con la realidad genuina de que convivimos con cientos de miles de supremacistas nacionalistas– no lo han «creado los políticos». O no lo han podido hacer sin haber contado con el aplauso de los fanáticos y el silencio de los corderos. Y mientras tanto el BOE supurando a chorros la tinta de las buenas intenciones, los propósitos decorativos y el toreo de salón; de los brindis al sol hasta que no quede derecho humano por beberse, ni ampliación, por estrambótica que sea, de la noción de «violencia». Lean, si les da la paciencia, la mentada Ley de Protección Integral de la Infancia.
En las mismas horas en las que las familias del colegio de Canet de Mar, alentados y amparados por el Consejero de Educación de la Generalidad y la alcaldesa, se organizaban y movilizaban para la exclusión y el hostigamiento de un menor, la Ministra Belarra, a cuyo cargo se encuentra la Dirección General de Derechos de la Infancia y de la Adolescencia, inauguraba el Consejo Estatal de Participación de la Infancia y la Adolescencia. «Un día histórico», afirmaba en una alocución trufada con el arsenal retórico acostumbrado y en la que daba cuenta de la ilusión que le había hecho que un grupo de escolares de Navarra le hubiera escrito una carta en la que expresaban su deseo de cambiar el mundo. Las aspiraciones del niño de Canet de Mar son de momento más modestas.
Yo no puedo dejar de pensar en que llegará el día en el que ese niño podrá leer a Ione Belarra haber dicho aquél 15 de abril en la tribuna del Congreso: «Si alguien os hace daño en la escuela, pedid ayuda en casa. Porque tenéis derecho a una vida digna, a una vida segura, a una vida feliz sin que nadie os haga daño; tampoco a través de las redes sociales. Si alguien trata de haceros sentir culpables por lo que os ha pasado, escuchad, por favor, atentamente mis palabras. Nada de lo que os ha pasado es vuestra culpa. Pedid ayuda porque alguien va a ayudaros» (15 de abril 2021).
La verdad, señora Ministra, ya es incómoda e insoportable: ni usted ni su gobierno hicieron apenas nada ni parece importarles nada la suerte de las familias como la del niño de Canet de Mar en Cataluña. Conocíamos su inoperancia e indigencia intelectual, pero qué verdad tan incómoda señora Ministra, la de comprobar que con su silencio abisal se ha hecho cómplice del sectarismo y el acoso a un menor.»
Gràcies, Pablo, per dir-ho tan clar.
Dolça i sectària Catalunya…
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Qué magnífica oportunidad (¡no lo pondrán tan fácil nunca!) para retirar las competencias de educación a Cataluña, sine die…. ¡qué magnifica oportunidad!
Todos los que no condenen sin fisuras el acoso a la familia de Canet, son ESCORIA ANTIDEMOCRÁTICA.
Esto va de DEMOCRACIA, repugnantes sectarios progres.
La DEMOCRACIA es incompatible con la violencia política y social y con el incumplimiento de la Ley.
Antonio , puedes meterte la legalidad y legitimidad de tu gobierno Okupa, sí Okupa, donde te quepa.
A ver, El Ñegu, coincido en cimentar la sociedad en principios éticos y morales sólidos. Cuando alguien llama okupa a un gobierno perfectamente legal y legítimo sus parámetros éticos y morales son, por decirlo suavemente, muy mejorables. Consejos vendo, pero para mí no tengo.
Hombre, un gobierno que no hace cumplir las senticias judiciales es un gobierno que hace dejación de toda legitimidad, lo cual convierte en totalmente irrelevante si en su momento se constituyó de forma legal o no.
Y quien no comprende esto es quien hace gala de criterios morales altamente cuestionables, si es que no de una amoralidad galopante.
O sigui, que en efecte, «consejos vendo que para mí no tengo».
I davant un govern il·legítim: desobediència.
Si es que no saben dónde meter la cabeza , sus ansias de mantenerse en la poltrona okupada son demasiado poderosas . La degradación moral a la que ha llegado nuestra sociedad es irreversible. No se construye nada firme si no hay unos principios éticos y morales donde sustentar los cimientos.
Los niños son del P$0€ y no de sus padres. Pod€m0$ y las CUP ya se encargarán de edukarlos a la manera tribal.
El juez del caso Juana Rivas y el niño de Canet de Mar: mis héroes.
Luego está el mocito Donaire. ¿Alguien subirá sus datos personales al dominio público?
La maestra que haría bueno a Goebbles, y la TV3% a la Gestapo:
https://www.elcatalan.es/una-escritora-y-profesora-tira-de-mentiras-en-tv3-para-cargar-contra-los-padres-de-canet-de-mar