La lucidez del mejor prosista catalán del siglo XX.
En el siglo XIX hubo 6 constituciones en España; sirvieron para poco, y solían ser causa y consecuencia de la veintena de pronunciamientos militares (la mayoría progresistas). En su precioso Homenots, refiriéndose a Prat de la Riba, Josep Pla hace un sugerente comentario sobre el valor de la Constitución:
«Les primeres figures de la Unió Catalanista cregueren, arribat un moment determinat (1892), que havien de donar una constitució a aquest país. Aquest esforç fou el que s’anomenà, en la nostra història moderna, les Bases de Manresa. Donar una Constitució, i una Constitució escrita, a aquest país us precipita en el món del somni més irrisori i més pueril (…)
En el curs del segle passat, a Espanya, s’havien elaborat moltes Constitucions escrites, que no havien servit, en definitiva, més que per a deformar el filó de la vida mil.lenària del país -en cap cas per a millorar-la- i s’havien convertit en successius pretextos de separatisme partidista i de guerra civil. El fet és que fins les persones més importants de la constel.lació de la Lliga de Catalunya caigueren en aquesta il.lusió inexplicable i incomprensible».
No vale la pena comentar lo «irrisorio», «pueril» e «inexplicable» de querer hacer una constitución para Cataluña.
«Deformar el filón de la vida milenaria del país» quiere decir sustituir la realidad histórica secular de España por ideologías. «Separatismo partidista» significa la ruptura del bien común en partidillos obsesionados por sus intereses particulares. «Guerra civil» ya sabemos lo que es.
El separatismo no solo viene del nacionalismo, sino también de la partitocracia que antepone los intereses partidistas al bien común. Ojalá sepamos aplicar la observación del Pla al momento actual.
Dolça i separada (pels polítics) Espanya…
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Menuda ignorancia, que viajen por favor!
Las juventudes de ERC: «Ojalá fuéramos Venezuela y aplicáramos las políticas de Maduro»
https://okdiario.com/espana/juventudes-erc-ojala-fueramos-venezuela-aplicaramos-politicas-maduro-6332155
Egoísmo y bobería a manos llenas. El gusto por echar piedras al propio tejado. La pulsión autodestructiva. El dar rienda suelta a los caprichos sin someterlos previamente al tamiz de la reflexión y la conveniencia.
Tras la muerte de Franco, el primero en poner los intereses del partido por encima de los de España fue Felipe González, tan alabado hoy de forma inmerecida. Les dio carta blanca a los nacionalistas, tan infames, que con ella han hecho mucho mal.