I a tota Espanya, i arreu del món, escolti.
El abuelo, de Bañolas, fundó la empresa. Dalí o Kate Middleton utilizaban sus alpargatas. Diu El Mundo que
«En tiempos inciertos y convulsos, la alpargatera más conocida de España, Cristina Castañer, decide, después de 27 años, cerrar su tienda de Barcelona (…) La tienda ocupó en primer lugar 25 metros cuadrados en la zona alta de la ciudad, y ya el primer año vendió 5.000 pares de alpargatas. (…) La tienda de Madrid permanecerá abierta«.
Diu la sra. Castañer que «el Covid lo ha acelerado todo, he perdido la ilusión, y sin ilusión no puedo seguir. (…) [Barcelona] ha sufrido mucha convulsión en los últimos años, y ahí me quedo. Es cierto que agoniza«.
Pues una más de las que vemos cerradas en los barrios. Petit comerç emprenedor, familiar, proper… destrozado por el desprestigio que nos han traído el prusés y la Colau, rematado por la nefasta gestión del virus que ha terminado de liquidar la vida comercial de Barcelona. En Cataluña los gobernantes se han convertido en un obstáculo en vez de ser un impulso. Quina pena.
Dolça i ensorrada Catalunya…
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Si los que trabajan en TV3 usarán espardeñas en vez de Panama Jack no hubieran tenido que cerrar.
Dolça y agonizante Cataluña.
Muy buen comentario y muy cierto, el casa compramos zapatillas VALVERDE de un pueblo de MURCIA SIEMPRE MAS AFECTUOSA Y CERCANA que BAñolas. Como dicen los italianos, ME NE FREGO. ni regaladas quiero las castañas.
Pues mirare las Valverde a ver que tal.
Son de Alhama de Murcia. Calzadosvalverde
En otras ciudades de Europa los ayuntamientos subvencionan pagando una parte del alquiler a las tiendas mas tradicionales e históricas de su ciudad. Igualito que en Barcelona….
¿por allí no esta prohibido escribir despedidas en castellano en los escaparates? a ver si además la multan
Pues yo sigo pensando que la debacle del C.de F. Barcelona no es más que el reflejo y la consecuencia del debacle de Cataluña.
Uno más de tantos…Nos cansaríamos de contar las tiendas y poequeños negocios qure han dejado de existir en Cataluña. Tanto el «prusés», como ahora la COVID-19, han hecho mucho daño a la pequeña empresa.
«… y ahí me quedo. Es cierto que agoniza.»
Ya está todo dicho.