Confirmat: era un cop d’Estat. Al trullo.

El 4 de diciembre pasado el Magistrado Instructor dictó auto para mantener la medida cautelar de prisión provisional, comunicada y sin fianza para Oriol Junqueras, l’exvicepresident de la Generalitat y exconseller d’Economia colpista, así como para el «talibán» (así lo llamaban en la misma CiU) Joaquim Forn Chiariello, i les tietes barbudes Jordi Sánchez y Jordi Cuixart Navarro (sisplau, recorrin tots judicialment al catalanitzador de cognoms). Contra este auto interpuso recurso de apelación el exvicepresidente genetista, diciendo que no se fugaría ni destruiría pruebas, y que él sólo quería laindependència «por vía pacífica».

Así que el 5 de enero la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo evacuó un auto sobre el recurso de apelación de Junqueras val la pena de llegir, perquè hi diu coses força interessants. Lo principal es que Junqueras «incitó a la movilización de sus partidarios para reforzar mediante vías de hecho la pretensión política, defendida desde el Gobierno y otras instituciones de la Comunidad Autónoma, consistente en la declaración unilateral de independencia (…) que tenía muy altas probabilidades de degenerar en episodios concretos de violencia, o al menos en el empleo del tumulto para evitar el cumplimiento de las leyes (…) , como efectivamente ocurrió». Pase y vea:

• En este momento, cuando se está iniciando el proceso, no se trata de examinar la existencia de pruebas, «sino de valorar si los indicios de la comisión del delito y de la participación del recurrente están dotados de la necesaria consistencia» para justificar que l’Oriol segueixi al trullo. Prepárate, Uri, porque si ya al principio pinta mal parece que acabará peor.
• Junqueras no es un «preso político»: «La Constitución admite la defensa de cualquier posición política, incluso las que defienden la desaparición de la misma Constitución (…) El recurrente puede defender la pertinencia, la conveniencia o el deseo de lograr la independencia de una parte de España, sin cometer delito alguno. La presente causa, pues, no se ha incoado para perseguir la disidencia política, ni la defensa de una opción independentista. Es por ello que no puede hablarse de presos políticos, pues nadie es perseguido por defender una idea, y el sistema permite la defensa de cualquier opción». Pero Junqueras no defendía su posición «dentro de las vías o cauces legales propios de un sistema democrático, sino que ha ido mucho más lejos». El exvicepresidente genetista está en la cárcel «por haber utilizado medios violentos o tumultuarios», no «por defender una idea política».

• Junqueras protagonizó un alzamiento: «con la finalidad de declarar unilateralmente la independencia de Cataluña, como una parte del territorio de España, han llevado a cabo la ejecución de un plan que incluía la aprobación de distintas normas y resoluciones orientadas a aquella finalidad; y que han procedido a su aplicación, en contra de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional (…) A pesar de estas resoluciones, el recurrente (…) de acuerdo y junto con otros, han intentado celebrar un referéndum que el TC había declarado fuera de la Constitución y de la Ley (…) y han llegado a proclamar la independencia de Cataluña. Actuando de esta forma, el recurrente y los demás partícipes se han alzado contra el Estado español, contra la Constitución, contra el Estatuto de Autonomía (…) y contra el resto del ordenamiento jurídico. (…) Este comportamiento (…) constituye un hecho ilegítimo, gravísimo en un Estado democrático de Derecho».
• Junqueras alteró las reglas de la convivencia: en este momento del proceso todavía no puede decirse que estos hechos sean delitos de rebelión o sedición, delitos «cuya gravedad resulta no sólo de las penas asociadas a los mismos, sino además de la intranquilidad y preocupación que estos hechos han causado en una gran parte de la población (…) que pudo ver cómo se alteraron profundamente las reglas de la convivencia ciudadana».
• Junqueras niega conocer el documento ENFOCATS (el plan estratégico del golpe de Estado), aunque lo encontraron en la vivienda de su secretario, el secretario general de Vicepresidencia, Economía y Hacienda de la Generalitat, Josep María Jové; y aunque Junqueras figura en el Comité Estratégico citado en ese documento. Per què ens menteixes, Oriol?
• Junqueras actuó fuera del Estado de Derecho: «No ha actuado aisladamente, sino desde una posición preponderante, como integrante de un grupo que actuaba coordinadamente par alcanzar (…) la proclamación unilateral de la independencia (…) fuera de cualquier vía de Derecho en contra del ordenamiento del Estado español, y anunciando su firme voluntad de incumplimiento de las decisiones del Tribunal Constitucional. Dicho de otra manera, situándose fuera del Estado de Derecho. Y lo hacían desde el ejercicio del poder, lo que explica que no necesitaran utilizar en ese momento la violencia para asaltar el mismo».
• Junqueras persiguió declarar laindependència, porque bien ignorando las decisiones de los órganos del Estado, «o bien convocando manifestaciones, se incitaba a sus partidarios a la movilización» ese era el objetivo. Así consta por ejemplo en:
  • La resolución I/XI del parlamento autonómico -declarada inconstitucional por la STC 259/2015- que ya anunciaba el golpe de Estado: parlamento soberano, no supeditación al Tribunal Constitucional, instancia a cumplir sólo las normas emanadas del parlamento regional, referéndum y DUI.
  • La ley 19/2017 de referéndum de autodeterminación (6-9-17) -declarada inconstitucional el 17-10-17- anunciaba que «dentro de los 2 días siguientes a la proclamación de los resultados» del buti, el parlamento «celebrará una sesión ordinaria para efectuar la declaración formal de independencia de Cataluña, concretar sus efectos e iniciar el proceso constituyente». Sí, el buti2 era «un elemento indispensable para la declaración unilateral posterior de independencia».
• Junqueras asumía episodios de violencia. En el delito de rebelión se criminalizan «formas publicas y violentas de intentar alcanzar unos determinados objetivos», y en el de sedición «el empleo del alzamiento público y tumultuario»; ambos son delitos de sujeto activo plural.  En este sentido, Junqueras y los demás «incitaban a sus partidarios a movilizarse en la calle», las «movilizaciones populares» eran «elemento decisivo para forzar al Estado a claudicar» y «es claro que asumían, aunque pudieran no desearlo, la presencia de actos de violencia (…) la aceptación del plan incluía la aceptación de previsibles y altamente probables episodios de violencia para conseguir la finalidad». El auto cita algunos ejemplos:
  • Asedio a la consejería de Economía (20-21 septiembre) contra la comisión judicial y los agentes de la Guardia Civil, para impedir el cumplimiento de la resolución judicial que ordenaba la entrada y registro. Junqueras acudió y «nada hizo para evitar» que prosiguiera el asedio.
  • Llamada a participar en el ilegal buti2, «a pesar de que ya conocían los graves incidentes» de septiembre y que las fuerzas de seguridad tenían obligación de impedirlo. Juqueras «sabía que si sus consignas relativas a la participación (…) eran seguidas, se produciría inevitablemente un enfrentamiento físico (…) Constituye una conducta de extraordinaria gravedad incitar a varios millones de ciudadanos a que acudan a votar ilegalmente a sabiendas de que se van a encontrar necesariamente con la oposición física de los agentes (…) No sólo porque la referida conducta supone prescindir de las reglas democráticas para intentar imponer por la fuerza las propias ideas, sino también por el desasosiego y la intranquilidad que causa en la ciudadanía (…) y por el elevado riesgo real de que se produjeran resultados lesivos mucho más graves de los que efectivamente se produjeron».
• Junqueras nos toma por idiotas: «No cabe (…) pretender confundir al ciudadano con afirmaciones referentes a que quienes incumplían la ley eran los agentes y no quienes acudían a votar ilegalmente y quienes les habían conducido a ello».
• Junqueras prefirió las vías de hecho a las de Derecho: «ha incitado a sus partidarios a oponerse a la acción del Estado que tratara de impedir la ejecución de su plan (…) su propio planteamiento excluía la referencia al Derecho como vía útil para alcanzar el objetivo propuesto. Es claro que el recurrente sabía que (…) el Estado tendría que actuar». Y por tanto podía -una vez más- producirse violencia.
• Junqueras impulsó a la gente al enfrentamiento físico. Aunque Junqueras no participó en actos violentos concretos, «ha impulsado (…) a movilizarse públicamente, ocupando espacios públicos» para hacer efectiva la DUI. Por tanto sabía -otra vez- que «con una alta probabilidad» se producirían «enfrentamientos en los que apareciera la violencia». Junqueras a sus partidarios «los estaba impulsando también a enfrentarse físicamente con las fuerzas que pretendieran el cumplimiento de las normas».
• Junqueras se enfrenta a delitos muy graves:
  • Hay indicios «suficientemente consistentes» de un delito de rebelión. Molt greu, Oriol.
  • Su «incitación al tumulto» para «impedir la aplicación de las leyes por la fuerza» indica delito de sedición. Gravísim, Oriol.
  • Hay «indicios serios de la comisión de un delito de malversación«, pues se destinó dinero público para el buti2, declarado ilegal, incluso especificándolo en la Ley 4/2017 de presupuestos de la Generalitat. I ho vas fer malgrat els avisos personals i per escrit del TC. Molt lleig, Oriol.

O sigui Oriol: parece que no eres un preso político, sino un probable delincuente muy serio; que te has alzado contra el Estado de Derecho; que has desobedecido deliberada y frontalmente a la ley con una DUI; que has incitado a la violencia y al tumulto. Y hacer eso tiene «sólidos caracteres delictivos» de desobediencia, rebelión, sedición y malversación. Y como eres un líder político que «no ha abandonado» la vía para conseguir sus antisociales objetivos, hay «un riesgo relevante de reiteración» delictiva. De que segueixis enfrontant-nos, Uri. I això és gravíssim.

Así que te quedas a la sombra, Oriol, perquè ens has fet molt de mal. Podràs seguir llegint Platero y yo i dient parides cursis. Per molts anys.

Dolça i colpejada Catalunya…

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