El catalán Carmelo Ezpeleta, jefe del Mundial MotoGP, no se traga lo del prusés

Carmelo Ezpeleta no sale mucho por la tele, pero es uno de los catalanes más influyentes: algunos lo llaman el Bernie Ecclestone español. Ezpeleta controla el Mundial de MotoGP y casi todos las circuitos donde se compite sobre dos ruedas. Acaba de conceder una entrevista a Ana Tagarro para XL Semanal en la que explica su trayectoria, la que le llevó de ver carreras con su padre en la Diagonal, a construir el circuito de Cataluña. Y también nos habla del equipo de sus amores, el Barça, al que sigue con pasión pero de cuyos entrenadores habla sin mucho entusiasmo:

“XL. Hablando de futbolistas, usted es muy fan del Barcelona y de Guardiola…

C.E. Del Barça, sí, pero de Guardiola ya no.

XL. ¿Qué pasó?

C.E. No me gustó mucho su actuación cuando se fue. Por cómo lo hizo, porque empiezas a creerte que eres algo y luego fuera no ha hecho nada.

XL. ¿Y con Luis Enrique está contento?

C.E. No, nada.

XL. ¿Y por qué? ¿No me diga que se ha hecho del Madrid?

C.E. No, no, soy más del Barça que nunca, pero no hace falta ir por la vida montando esas broncas.”

Ezpeleta, como cualquier catalán no envenenado por la propaganda nacionalista, lo tiene claro: «Estoy absolutamente en contra del independentismo. Pero pienso que a ese movimiento que ha ido creciendo en Cataluña en los últimos años -siendo mayoritariamente culpa de los que lo han generado desde allí– desde aquí se le ha dado un tratamiento que no es el correcto.»

Pues es verdad: el separatismo es altamente perjudicial para Cataluña y, aunque es culpa innegable de los nacionalistas, en demasiadas ocasiones ha sido favorecido desde el resto de España. Con errores y alguna injusticia, como piensa Ezpeleta, pero también, sobre todo, con la renuncia a combatir el nacionalismo, con la renuncia a hacer cumplir la ley en Cataluña, con el abandono de los catalanes de seny, esa mayoría que estamos encantados de ser catalanes y españoles. Bien está corregir injusticias, pero el obsesivo nacionalismo nunca se contentará con una mejor financiación, porque lo que desea, aunque sea un comportamiento suicida, es la destrucción de España. Por eso hay que dar la cara, combatirlo y negarnos a que pretenda representarnos a todos. Por eso necesitamos a muchos ezpeletas, catalanes universales, que digan bien alto que están en contra de la secesión y que España vale mucho la pena.

Dolça i motociclista Catalunya…

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