La primera confraria d’Espanya dedicada a la Immaculada va ser la de Girona.
Votos de villa y tierra, procesiones, congregaciones, cofradías, coplas populares, juramentos de reyes y profesiones… así fue nuestro pueblo afirmando la fe de los sencillos en que la Virgen María fue concebida sin pecado original. El rey Wamba (s.VII) ya se titulaba «Defensor de la Purísima Concepción de la Virgen María»; i Jaume el Conqueridor va ser ben fidel a la Mare de Déu Inmaculada.
El primer voto del que se guarda escritura original es el de Villalpando (Zamora), en 1466; però la fe ve de molt abans, i els vots es feien arreu d’Espanya, a tots els òrgans de govern, viles i universitats. La cofradía de la Inmaculada más antigua de España es la de Gerona, de 1330. El 1651 el Consell de Cent de Barcelona va fer vot de defensar la Immaculada Concepció de Santa Maria. 2 siglos después Roma proclamaba el dogma que toda España venía defendiendo desde hacía tantos años. En reconocimiento del adelanto español se alza hoy una bella columna con la Inmaculada en la Plaza de España de Roma.
El amor a la Virgen hizo que toda España tuviera por patrona a la Inmaculada desde 1644. También lo es de la Infantería española por un suceso acontecido en 1585 muy lejos de nuestra patria. Hace mucho tiempo los catalanes, con el resto de españoles, participamos en las guerras de Flandes. Entre las tropas regulares españolas destacaban 2 tercios catalanes: el tercio de la Diputación de Cataluña y el Tercio de la Ciudad de Barcelona. Aún hubo otro, el Tercio de Queralt, que llegó a los Países Bajos en 1587. Contaba con 1.900 hombres distribuidos en 18 compañías. El Tercio estaba a las órdenes de don Luis de Queralt, y se formó así:
“El Rey, nuestro señor, (…) mandó levantar un tercio y se arbolaron banderas para él den Barcelona y toda Cataluña, y debajo de ellas (…) se alistó mucha gente principal y soldados muy valerosos. (…) Y habiendo marchado por toda Italia llegaron a los Estados de Flandes”.
Habían pasado sólo 2 años del milagro de Empel, cuando el providencial hallazgo de una tabla con la Inmaculada entre el barro del montículo que defendían los Tercios a la desesperada les proporcionó una victoria imposible. Es lo que pintó hace poco el catalán Ferrer Dalmau en unos cuadros que nos recuerdan al mejor Cusachs. Y es la misma Inmaculada que esta mañana han vuelto a pasear los barceloneses por su ciudad.
Parece que de esta tradición de siglos no se acuerdan en la Generalitat, cuyos mandarines prefieren hacer voto de propagar el invento de la cubana. Pues mientras nuestros cursis boquimuelles de la corrección política adoran su idolillo pidiéndole que les llueva subvenciones y les airee la bragueta, nosaltres farem allò mateix que els nostres avis, mirarem a la Senyora i li direm: beneïda sigui la Immaculada Concepció de la Santíssima Verge Maria. I que ella ens guardi en pau i bé.
Dolça i mariana Barcelona…
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Una pintura preciosa!!!!!!
Mal que le pese a la caspa nacionalista, los catalanes hemos participado muy activamente en la historia de España.
Como que somos tan españoles como los gallegos, leoneses, aragoneses, castellanos… pero un poco menos que los asturianos. Que por algo vivimos en tierras conquistadas, y luego reconquistadas.
Pues si, buena precisión.
Yo me pregunto que todos esos declarados anticonstitucionalistas y anticatólicos, que montaron sus «numeritos» el 12 de octubre y el 6 de diciembre en justa coherencia habrán trabajado hoy , día de la Inmaculada, ya que que según ellos»nada tienen que celebrar». Esto me llena de gozo ya que por primera vez vamos a tener unos políticos de izquierda radical que van a protestar a la «japones» es decir trabajando más que nadie. Claro los pobres, ya me empiezan a dar pena, salvo el 1 de mayo no van a tener fiesta, porque unos fiestas derivan de la Constitución y otros de la religión católica.
haran una excepción
Bien cierto. Un malicioso romano dejaba por escrito que la manía cristiana de dedicar ¡un día entero! a descansar en honor a Dios, acabaría por empobrecer a la sociedad.
Así que a los nuevos anticristianos, bien les acomoda seguir la senda que marcaron los viejos paganos y trabajar siete días por semana.