La ideología no puede cambiar la realidad de Cataluña.
A finales del siglo XIX fue administrador de la plaza de el Torín (Barcelona) el empresario y escritor taurino Marià Armengol Roca. Como curiosidad, en el año 1895 presentó una cuadrilla femenina conocida por «Las Noyes«. El mismo Armengol se encargó de entrenar a las chicas (la mayoría quinceañeras) durante 3 años y de lanzarlas a la fama cuando consideró que ya estaban preparadas.
El 10 de marzo de 1895 debutaron en El Torín con notable éxito de público. Las líderes del grupo eran las matadoras Dolores Pretel (Lolita) y Àngela Pagès (Angelita). De Lolita se dice que era una mujer culta a la que le gustaba leer y tocar el piano. En cuanto a su forma de torear, parece que tenía un estilo clásico y elegante; a la hora de matar se lanzaba a ello con todas sus fuerzas. Por lo que a Angelita se refiere, empezó como banderillera y fue subiendo en el escalafón hasta llegar a matadora. Fueron también «señoritas toreras» las hermanas Justa y Encarnació Simó, Julia Carrasco, María Pagès (hermana de Angelita), María Munubeu e Isabel Jerro.
Dolça i taurina Catalunya…
Categories: Arte dulce
visquen els braus!!!!
No puc ser un català complet amb la prohibició dels braus. La Gene no em deixa viura la meva catalanitat plena.
Lo que ya les comentaba,a estos retrasados mentales que pululan por Cataluña,hay que obligarles a restaurar los TOROS, y que paguen de sus indebidas pagas,los costes pertinentes,.Catalanes, si teneis lo correcto, ya estais tardando en empezar a esclarecer el camino de la Libertad, no os dejeis manipular por estos b*****, Que cada cual asista al Espectaculo que se quiera,¿quien son estos monigotes? Grotescos, falsos, impresentables, Ya vale. Un Navarro
VBorjaq MONTENEGRO de CAMPOAMOR
AL SONAR DE LOS CLARINES
Barcelona es ovación
para Las Noyes valientes
que torean con tesón.
Tiempos gloriosos aquéllos
de firmeza y decisión
dando a la lidia Las Noyes
atributos de varón.
Hoy tenemos mariposas
revoloteando al sol
que reniegan de la Fiesta
por su sabor español.
Decadentes indolentes
tirados en un rincón,
a malévolas doctrinas
sujetos en adicción.