Cosas que no le explicarán a los 50 años de la muerte de Franco.
Ahir va fer fa 86 anys que les tropes nacionals van entrar a Barcelona. La capital havia patit 2 anys i mig de follia i desordre. Recollia el fruit de la sembrada ideològica radical: nacionalisme, anarquisme, socialisme, comunisme… Una barreja letal. La Generalitat d’en Companys era còmplice o protagonista directe de les barbaritats que passaven a Catalunya.
El relat nacionalista ens diu que “Espanya” va conquerir “Catalunya” aquell dia. No és veritat. Barcelona fue liberada de la opresión asesina de ERC+FAI+PSOE+PSUC, que llevaron a cabo el mayor genocidio de catalanes de la historia, con más de 26.000 asesinados por sus ideas. Paseos, hambre, represión… Solo en la Barcelona de Companys se abrieron 47 chekas, cámaras de exterminio donde se torturaba y asesinaba a catalanes solo por rezar, llevar un rosario en el bolsillo, tener una empresita o no ésser nacionalista, socialista, comunista o anarquista. Cada partido tenía sus chekas, incluyendo ERC, PSOE, UGT, PSUC y Estat Català. El 26% de les assassines Patrulles de Control de Barcelona (185 membres de 700) eren d’ERC. Ningún partido ha pedido todavía perdón por ello, no hay placas conmemorativas de las víctimas, no n’hi ha ni rastre.
Las fuerzas nacionales emprendieron la ofensiva desde Lérida el 23 de diciembre de 1938. En poco más de un mes llegaron a Barcelona. Ningú no resistia. Companys huyó de Barcelona a las tres de la madrugada del 24, como una rata. Dejaba una ciudad engañada que aún creía que sus dirigentes les acompañaban en la tragedia.
Los barceloneses anhelaban los boletines de las emisoras franquistas, que escuchaban emocionados en familia bajo gruesas mantas para evitar chivatazos vecinales. El 18 de enero una desesperada Generalitat ordenó la entrega de todos los aparatos de radio en las comisarías de policía para que fueran precintados, cosa que nadie cumplió. Muchas misas clandestinas seguían celebrándose en domicilios particulares donde se escondían sacerdotes y religiosos.
Diu el parte de guerra del 26 de gener que els soldats nacionals van entrar a Barcelona «aclamados con entusiasmo delirante por la población». ¿Verdad o propaganda? Veamos.
Joan Font Peydró era un soldat de l’exèrcit republicà que s’havia amagat, com tants d’altres, per a evitar seguir una retirada inútil. Així narra les seves impressions del moment de l’alliberament:
“Cuando llegamos a la Diagonal, la bandera que vimos pasar desde el balcón apenas ha podido recorrer unos metros. Los primeros soldados desaparecen entre una muchedumbre que los abraza, que los vitorea, que besa la bandera. Esto no se puede describir. Hay que vivirlo para tener una idea de tales momentos. Van llegando más tropas. Y es un río de gente el que los asalta (…) Un enorme trimotor vuela bajísimo a lo largo de la Diagonal. Miles de niños le saludan. Unos tanques van caminando airosos; pero casi no se los ve. El gentío se ha encaramado en ellos y tremolando banderas y vitoreando a España y a Franco, los hace desaparecer entre olas de alegría. Ya ha llegado la noticia a todas partes. Barcelona se ha lanzado a la calle. Y se desborda de entusiasmo. Llegamos a la plaza de Cataluña. Brillan algunas luces. Empiezan a rasgarse las tinieblas. Todo parece un sueño. En todas partes, el mismo entusiasmo. Y banderas españolas. ¡Muchas banderas!”.
Un historiador anglès, James Cleugh, ratifica les impressions de Font:
“Los soldados eran obstaculizados en su avance, no por la resistencia del enemigo sino por las densas multitudes de demacrados hombres, mujeres y niños que afluían desde el centro de la ciudad a darles la bienvenida, vitoreándolos en un estado que bordeaba la histeria“.
El periodista inglés Herbert Matthews va descriure la covardia dels republicans: «suscita resentimiento que los catalanes, a diferencia de los castellanos de Madrid, de los polacos de Varsovia y de los rusos de Stalingrado no escribiesen una página heroica para consignarla en la historia».
El cronista Justo Sevillano va publicar això a La Vanguardia:
«El Caudillo previno que la gran ciudad no sufriera el menor daño, y que, en caso de que dentro de aquella urbe hubiese resistencia, ésta fuese sofocada rápidamente por los soldados nacionales. No la hubo, y la población civil, tan pronto como vio en Las Ramblas a los combatientes del Generalísimo, se manifestó con desbordamientos de entusiasmo. (…) En los pueblos que rodean a Barcelona la llegada de las tropas nacionales dio motivo a manifestaciones delirantes de entusiasmo a favor de la España nacional. (…) Este momento fue de de una emoción inenarrable, no sólo por las fuerzas que irrumpían en las calles de la capital de Cataluña, sino para toda la población de aquella gran urbe catalana. (…) al darse cuenta la población barcelonesa de que nuestras tropas se habían adueñado del casco urbano de Barcelona, salieron de sus refugios y se entregaron a manifestaciones del mayor entusiasmo. Fueron momentos de júbilo indescriptible. Desde aquel instante, los dos millones de personas de la población catalana se entregaron a las demostraciones más exageradas de fervor patriótico. (…) La ciudad apareció en un estado de suciedad bien lamentable. Las gentes, tan pronto como vieron aparecer los soldados de Franco, acudieron a los camiones de Auxilio Social, pidiendo pan y víveres, que nuestros soldados entregaban con prodigalidad maravillosa. (…) Muchas horas antes de la conquista de Barcelona, salieron numerosos autos con productos de las incautaciones y los robos que en las últimas horas había hecho los esbirros de los dirigentes catalanes. (…) en casi todos los balcones y terrazas se veían banderas blancas y ya salía la gente a la calle alzando el brazo con la mano extendida. En aquellas condiciones no podíamos hacer fuego sin causar sensibles bajas entre los nuestros […] ¿Cómo nos iban a recibir aquella ciudad enorme? […] Alguien a mi lado, recelaba. —¡Estos catalanes! [pero] Estos catalanes se lanzaron a la calle en la más clamorosa manifestación de alegría que yo recuerdo».
Juan Bautista Sánchez, general de la 4ª división de Navarra -que entró en Barcelona desde San Pedro Mártir y Vallvidrera, es va quedar impressionat:
«Era un gran error eso de que Cataluña era separatista, de que era anti-española. ¡Debo decir que nos han hecho el recibimiento más entusiasta que yo he visto! […] He asistido a la conquista de las cuatro provincias del Norte; he paseado la Bandera Nacional y el Escudo de Navarra por Aragón, por Castellón, por todas partes y en ningún sitio, os digo, en ningún sitio nos han recibido con el entusiasmo y la cordialidad que en Barcelona».
I el general Yagüe, que manaba les tropes que entraren a Barcelona, va dir el mateix dia 26 de gener de 1939.
Ah, y esto es lo que escribió el beato Pere Tarrés recordando el momento en Mi diario de guerra, 1938-1939:
«26 enero 39.-Barcelona. ¡Qué pesadilla esta noche! ¡Qué angustia! He soñado que el capitán Arribas, del Estado Mayor, había descubierto mi deserción y que había venido a buscarme muy serio y con el brazo todavía amenazante. (…) Por la mañana temprano, noticias. Ha caído Solsona, como anotaba ayer, y continúa el avance hacia Barcelona. Por aquí están ya en San Pedro Mártir. Ahora justamente han llegado.
He oído la santa misa y he comulgado, mientras fuera continuaba el estruendo de los fusiles y los morteros y las bombas de mano, estruendo que había comenzado hace unos momentos.
La misma expectación de ayer, pero todavía más fuerte. Casi temblaba de emoción. ¡Dios mío, salva a la Patria! Cuando pienso que todo este ruido es el mismo que oía antes de ocupar los pueblos de Cataluña en los que hacíamos resistencia, y que ahora lo oigo a las puertas de Barcelona, no sé qué me ocurre de tanta alegría. (…)
Anoche hablaron los representantes de las juventudes antifascistas, de los partidos comunistas, socialistas, CNT, recomendando la resistencia, el levantamiento de barricadas, la defensa palmo a palmo, el levantamiento del pueblo, y mencionando los tópicos de la invasión extranjera, del nombre de Cataluña –ellos hablando de Cataluña en castellano, todos, qué cosa más exótica-, de sus libertades y de la República (?) Española y de las esencias del proletariado. (…) ¡Quién quieren que se levante, si toda la juventud ha sido asesinada o ha muerto en la guerra! ¿Quién puede levantarse para defender un terrible régimen de tiranía y de terror bajo la estrella roja y la bandera roja y negra o encarnada, del odio a muerte y la lucha de clases?
(…) Estoy convencido de que se acercan para España horas de gloria y de luz y de reconciliación, de fuerza creadora. Estoy convencido de que renacerá la llama viva del cristianismo, más viva que nunca.
Son las cuatro de la tarde. Vivimos momentos únicos. Momentos de emoción sublime. Saltaría de gozo. Lloraría de alegría. Radio Zaragoza ha dado ahora mismo la noticia de que Barcelona, ha sido totalmente rodeada y que ya han comenzado a entrar. Discursos. Gritos de «Barcelona» y «Cataluña». España y el mundo entero están pendientes de las noticias que se van dando. Barcelona reconquistada para España y para Cristo. Barcelona liberada del infierno rojo. El marxismo, bajo todos los aspectos, ha sufrido el golpe más decisivo. Cataluña, Cataluña está ya salvada. Horas históricas. Estamos conmovidos. Aquí con la familia Casanelles y con los amigos PallaroIs y el padre Evangelista estamos emocionados junto a la radio. Las ametralladoras todavía suenan. Algún cañonazo retumba en nuestro cielo. Radio Asociación da música. La aviación sobrevuela la ciudad, a baja altura.
Dios mío, ¿es posible que llegue la hora de la liberación? Benedicite omnia opera Domini Domino! Cuando todo parecía hundido, Tú has resurgido lleno de gloria. ¡Señor, es tu gloria lo único que me interesa, la única cosa por la cual late mi corazón! ¡Dios mío, Dios mío, gracias por haberme permitido presenciar tanto gozo, la alegría de un pueblo que resucita! ¡Dios mío, Dios mío! Laudate Dominum!
A las cinco de la tarde, en medio de una emoción indescriptible, Radio Asociación de Cataluña ha señalado la entrada del Ejército Nacional liberador de España en las Ramblas. Ha sido algo grandioso. A los gritos de «Arriba España» y «Viva Franco», con la voz fatigada, casi sin aliento, han anunciado a los cuatro vientos la conquista de Barcelona. Las lágrimas casi han asomado a los ojos. La emoción y el entusiasmo populares que se han lanzado a la calle han sido formidables. No he podido resistir la alegría; me he puesto el traje de paisano y hemos salido a la calle con los amigos Casanelles y Pedreral. La gente aclamaba por la calle a las tropas y las columnas motorizadas que iban llegando, aclamando a Franco y a la España única, libre y grande. Nos abrazábamos en plena calle. La gente te paraba en medio de felicitaciones y gritos de alegría. Abrazos, besos, lágrimas. ¡Dios mío, qué admirable! ¡Ha sufrido tanto Cataluña! ¡Ha llegado la hora de su liberación! He ido a casa y hemos rezado una estación al Santísimo. Hemos ido a casa de Pedro Llumá, mosén Pedro Llumá, y de allí con Rofy Bassols a casa del padre Torrents, que nos ha recibido lleno de alegría.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo, Dios de amor!
¡Viva la Virgen de Montserrat! ¡Viva la Purísima e Inmaculada Concepción, patrona de España!
Me he sentido profundamente español y nunca como hoy me sale del corazón un grito bien alto de:
¡Viva España! ¡Viva Cataluña española! España está destinada a ser una gran fuerza. Ella será el nuevo hogar del cristianismo. Dios mío, ilumina a Franco y los otros dirigentes, para que todos sus actos estén informados por las doctrinas de amor y de paz cristianas, como hasta ahora.
¡Dios mío, salva a la Patria! Te ofrezco todos los sufrimientos y angustias padecidos hasta ahora. Por nada del mundo querría cambiar esta satisfacción de haber sufrido por amor a Ti. Que estos años de sufrimientos sirvan para tu gloria y para la santificación de mi alma. Los generales del Ejército han pronunciado ahora una alocución formidable, que ha encendido nuestro corazón, hablando de amor, de paz y de justicia. Virgen María, Madre mía, contempla la gloria de tu Hijo. Reina de España, continúa velando por nuestra Patria. (…)
Jesús mío, te ofrezco a Ti todo este sufrimiento, este sufrimiento colectivo, toda la sangre derramada, todo el dolor de tus hijos; y la vida de tantos inocentes y de tantos amigos…
Los desgraciados de la CNT-FAl están resistiendo todavía. Es cosa de pocas horas. Que Dios se apiade de ellos. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España cristiana! ¡Viva Cataluña española! Y pongo fin a mi Diario de guerra».
Ja ho veuen: un català de l’exèrcit republicà, un historiador i un periodista anglès, un cronista del carrer, els generals d’en Franco i un futur beato ens expliquen el mateix. Barcelona va rebre amb entusiasme expansiu l’exèrcit nacional. “Espanya” no va conquerir “Catalunya”. La guerra de 1936-1939 va ser una guerra civil entre espanyols, i per tant entre catalans.
Y Companys -supuesto héroe oficial de quienes hoy nos desgobiernan- se fugó cobardemente, dejando en Barcelona a los pocos partidarios que le quedaban, después de ejecutar el mayor genocidio de catalanes de la historia. No solo eso. El PSUC quiso volar Barcelona, com recorda en Miquel Serra i Pàmies, conseller d’Obres Públiques de la Generalitat: «se acordó comenzar la destrucción de las fábricas, todas las instalaciones portuarias, La Barcelonesa de la calle Mata (junto a La Canadiense) y la térmica de Sant Adrià y finalmente volar los túneles del Metro». Además (recuerda el profesor Barraycoa) «algunos anarquistas, sabiéndose perdidos, quisieron dinamitar el templo del Tibidabo. De hecho tenían colocados y preparados todos los explosivos. Por una providencia, las Brigadas Navarras junto a otras fuerzas estaban apostadas detrás del Tibidabo y enviaron unos requetés para otear la cima del monte. In situ sorprendieron a los anarquistas apunto de ejecutar la destrucción, pero los tirotearon a tiempo, con lo que salvaron el emblemático templo».
Teresa Pàmies, dirigente del PSUC que 2 años antes había gritado en la Monumental de Barcelona: «¡Las muchachas catalanas moriremos antes de entregarnos al fascismo!», huye cobardemente abandonando a las compañeras a quienes había animado a levantar una ridícula barricada en la plaza Bonanova. En sus memorias aeguraba que «jamás podré olvidar una cosa: los heridos que salían del Hospital de Vallcarca. Vendados, casi desnudos, a pesar del frío, bajaban a las carreteras pidiendo a gritos que no les dejasen en manos de los vencedores. La certeza de que los republicanos abandonamos Barcelona dejando en ella a esos hombres siempre habrá de avergonzarnos«. I aquesta gent té places i carrers a Barcelona, escolti!
Radio Asociación de Cataluña (RAC, que el nacionalisme ha convertit en RAC 1000 Colines) emitía el himno nacional y anunciaba el día 26 que «Los soldados de Franco han entrado en Barcelona como lo que son, como caballeros, con los brazos abiertos y reflejando en sus rostros la emoción de su victoria. Todas las propagandas que hasta hoy se habían hecho han caído ante la verdad del Caudillo«.
Acabemos con una anécdota de una familia barcelonesa, rescatada por el profesor Barraycoa:
«posiblemente la primera bandera española fue colgada por (…) la señora Suriá, que era esposa del señor Vives, padre de una famosa saga de carlistas catalanes. El matrimonio vivía en un edificio municipal de la Plaza Lesseps, y en él ondeaba la bandera republicana. La señora Suriá, mientras que todavía corrían tanquetas republicanas por las calles, se subió al asta de la bandera, ayudada por un hijo pequeño Luís, y con un cuchillo rajó la bandera republicana sustituyéndola por la bandera nacional. Esta mujer, catalana de pura cepa, había guardado celosamente una bandera bicolor durante toda la guerra. Hoy esta bandera todavía se conserva familiarmente como una reliquia. Pero no fue el único caso. El día 26, los balcones de Barcelona se engalanaron con banderas que muchas familias habían conseguido guardar, a pesar de los innumerables registros en los que el descubrimiento de las telas les habría acarreado la cárcel y la muerte. Y los que no tenían banderas españolas, las componían colgando en las ventanas y balcones prendas de vestir amarillas y rojas».
¿Y qué pasó después? Los «exiliados» desde Cataluña fueron entre 60.000 y 70.000, y regresaron rápido. Muchos de los que marcharon al exilio desde Barcelona no eran catalanes, sino refugiados en Cataluña de zonas que el Frente Popular había perdido ante el avance nacional. Igualmente, excepto los que habían cometido delitos de sangre o se habían empeñado en su exilio, muchos regresaron a España a los tres o cuatro años de haber acabado la guerra.
La cacareada «represión» fue mínima y por delitos de sangre, com recorda en Barraycoa: «Las fuerzas vencedoras celebraron juicios sumarísimos y ejecutaron a unos 3.200 republicanos sobre las que recaían delitos de sangre. Companys dejaba tras de sí 8.500 asesinados en la retaguardia republicana, la mayoría sin juicio», y prácticamente todos sin haber cometido otro delito que ser católicos, de dretes, empresaris o gent lliure.
Estos días quizás se celebre una misa en la parroquia de Santa Inés, antigua Cheka de San Elías, dependiente del SIM y operada también por miembros ERC, para conmemorar la ocasión y rezar por quienes allí fueron atrozmente torturados y asesinados bajo la Generalitat de Companys.
No deixem que el nacionalisme repeteixi la discòrdia i la fragmentació entre els catalans.
Dolça i alliberada Catalunya…
Categories: Historia
Resulta verdaderamente sorprendente -entiéndase, ciertamente, imperdonable- que los textos citados no vayan acompañados de sus correspondientes referencias bibliográficas o documentales. Y es que resulta igualmente obvio que, así presentados, cualquiera podría aducir que son invenciones. Por la relevancia del, asunto, por favor, rigor. Aunque sólo sea por Barcelona, por España… y para variar.
I a veure quin dia parlem -però seriossament i no pas sense citar-hi correctament les fonts- de las detencions i saques efectuades pel PSUC del 20 de juliol del 36 en endevant i de l’història del Hotel Colón i tal partit, unió del PSOE amb els comunistes. Si psrlem del final, fem-ho igualment del inici. I també del de abans, ési clar.
Quiero compartir con vosotros esta joya de vídeo. Año 1909. En la calle Gran de Gracia aparece un negrito en bicicleta:
El recibimiento que hizo la población barcelonesa al ejército nacional fue de delirio.
Nada parecido a los recibimientos que tuvieron en otras partes de España estos liberadores…
¡lo que habrá tenido que sufrir esta pobre gente durante el terror rojo de Companys!
Si no tuviéramos las imágenes y los relatos de los testigos presenciales sería imposible creerlo.
Me pregunto por qué ahora Aznar quiere dárnosla con queso e intentar hacernos creer que lo blanco es negro.
Creo que eso lo llaman «el síndrome de Blesa».
Cataluña fue salvada por el Ejército Nacional y por la Iglesia católica en 1939.
Y Cataluña fue abandonada por las Cortes españolas en 1976 y traicionada por la Iglesia católica liberacionista.
Todo por mor de los negosis de los salvapatrias de la Banca Catalufa, y de los trincones monclovitas.
Y cada vez menos se come jamón y se reza a Cristo en Cataluña, bueno y en toda España.
Lees los sufrimientos y las heroicidades de los protagonistas de la Guerra Civil, y se me llevan los demonios. No hemos aprendido nada y nos llevan a otra guerra civil.
Creo que una de las faltas de la historiografía sobre la República, el Frente Popular y la Guerra Civil está en que no se estudia los despachos diplomáticos de las delegaciones acreditadas en España + de la Cruz Roja. (Evidentemente la lengua es una barrera)
A todos los niveles, no sólo la evaluación política, sino también cosas, por ejemplo, como los miles de refugiados que vivieron en las instalaciones de las embajadas en Madrid, al amparo de la consideración de extraterritoriedad que las hacen inviolables.
En este caso concreto estoy seguro que los consulados establecidos en Barcelona tienen que haber recogido datos interesantes sobre el terror rojo/nacionalista y la posterior liberación de la población.
En verdad, «el Pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla» y «el que controla el pasado, controla el futuro».
Empezando por los curas.
Entraron fuerzas de las divisiones 4ª y 5ª de Navarra, 13ª y 105ª. Mi padre «entró» semanas después, estaba en el contingente de la 1ª División de Navarra, que vino a participar en el desfile en la Diagonal. La población estaba en las últimas tras años de frentepopulismo. Si cogen a, Companys y su gobiernito la población habría, asaltado la cárcel y los habría linchado. Los del «no pasarán» huyeron como ratas.