Muñecos, mentiras y un catalán en Lisboa

80 anys després del desembarcament de Normandia, recordem a un català que va ser clau al Dia D.

Nos lo explica Ricardo Ruíz de la Serna desde las páginas de El Debate en un interesante artículo del que reproducimos algunos extractos (el artículo completo se puede leer aquí):

«Los alemanes lo sabían: los aliados preparaban un desembarco en Francia. Desde que Stalin empezó a pedir que los occidentales abriesen un segundo frente contra el Eje, la inteligencia alemana se esforzaba sin éxito en averiguar los planes aliados. Primero cayeron en la trampa de la Operación Mincemeat, que ocultó los planes para el desembarco en Sicilia y el salto a la península italiana, que dejaría al régimen fascista, como dijo Ismael Herráiz, fuera de combate. Los británicos les hicieron creer que iban a invadir Grecia y los alemanes se tragaron el anzuelo.

[…] Los alemanes, en fin, estaban a la espera. Era de esperar que el desembarco se produciría por el punto más próximo a Inglaterra: el Paso de Calais. Desde allí, tratarían de abrirse paso hasta París. Hitler, que imponía decisiones militares a sus propios generales, creía que el contingente del Muro del Atlántico detendría el avance: 120.000 hombres desplegados por todo el norte de Francia desbaratarían la intentona, que se estrellaría contra los búnkeres de hormigón armado mientras los cañones y las ametralladoras MG-42, 1200 balas por minuto, los despedazarían. El teniente general Fritz Bayerlein, cuenta Beevor en su libro sobre el Día-D, estaba tranquilo: «Considerábamos que el desembarco de Dieppe era una prueba de que podíamos repeler cualquier invasión». La posibilidad de desembarcos en Noruega, Dinamarca, Portugal o España fueron descartados.

Los británicos y sus aliados estadounidenses también lo creían. Había que confundir a los alemanes. Si ellos creían que el desembarco sería en Calais, había que alimentar esa creencia mientras la operación se orientaba a otro lugar.

Así se fraguó la operación de inteligencia que propició el desembarco. En junio de 1943, una unidad de nombre enigmático, la «Sección de control de Londres», empezó a tender la trampa. Había que lograr tres objetivos: inducir el engaño de un desembarco en Calais, ocultar el día y el lugar del verdadero desembarco y mantener a los alemanes ocupados en el norte durante dos semanas a la espera de un ataque que no se produciría.

En primer lugar, los aliados inventaron unos efectivos ficticios: el Primer Grupo de Ejército Americano, al mando nada menos que del general George S. Patton. Lo dotaron de uniformes, oficiales y una cadena de mando que engañaría a los espías alemanes que operaban en territorio británico y que, en su mayor parte, ya estaban fichados, pero no detenidos.

Si los aviones de reconocimiento alemanes sobrevolaban el sureste de Inglaterra, verían embarcaciones y carros de combate que se iban agrupando para invadir el continente, pero eran tanques hinchables, embarcaciones de madera y falsos efectivos irreconocibles desde el aire. Emisiones de radio aliadas indicaron movimientos de tropas que, en realidad, no existían.

[…] Sin embargo, todo aquello no bastaba. Era preciso intoxicar a la inteligencia alemana con información proveniente de sus propias fuentes. Aquí entra en la historia Juan Pujol García, «Garbo», agente doble al servicio de Gran Bretaña, que fingía espiar para Alemania. Nacido en Barcelona en 1912, lo había reclutado en Madrid en 1941 nada menos que Karl-Erich Kühlenthal, el jefe de la inteligencia militar alemana en España.

Después de infiltrarse en el aparato de información alemán, se ofreció a los británicos, que ya lo habían rechazado una vez. Esta vez lo aceptaron. En un caso único de espía independiente, Garbo inventó una falsa red de informadores que operaban desde Inglaterra –en verdad estaba en Lisboa– y suministraba a Alemania información de fuentes públicas o directamente mentira. Fue Garbo quien envió los falsos mensajes que advertían de un supuesto desembarco menor en la región de Normandía, que sería la distracción de la verdadera invasión de Europa desde el Paso de Calais.

Cuando los británicos, los canadienses y los estadounidenses alcanzaron las playas de Normandía, el mando alemán mantuvo las tropas en la región de Calais a la espera de unas tropas invasoras que nunca llegaron. Cuando reaccionaron, ya era tarde y la cabeza de puente aliada estaba establecida. Hace ochenta años, comenzaría el avance de los aliados occidentales hacia Alemania».

Ja ho veuen, no tots els Pujol són com els del clan de la famiglia Pujol: n’hi han de valents que han estat capaços de ser protagonistes de moments clau de la història (por cierto, el personaje de Juan Pujol García es tan de película que existe un proyecto para llevarla al cine). Y es que los catalanes, cuando en vez de mirarnos al ombligo y presentarnos como víctimas nos dedicamos a cambiar el mundo, el resultado suele ser bastante positivo.

Dolça i decisiva Catalunya…



Categories: Catalanes universales, Historia

Tags: , ,

3 comentarios

  1. Hay q, ser muy infeliz o muy ignorante para creerse las historias de espias. ¡¡¡Cuanto cine sèrie B…!!!

  2. En España se llamó Juan, en Brasil donde vivió el resto de su vida siguió llamándose Juan, y su familiares en los documentales que he visto lo llaman Juan. Para tv3 en cambio es Joan

  3. Es decir:

    Si los alemanes sabían que los aliados desembarcarían en, digamos, Dunquerque, allí estarían esperándoles con todo el ejército para hacerlo imposible.

    Pero es que además el mar hace de foso y los soldados apilados en barcos no pueden hacer nada; están inmovilizados a merced de los alemanes que jugarían con ellos al tiro al blanco con total comodidad.

    De ahí el intentar engañarles para poder desembarcar.

    Calais, por ser el punto más cercano a Inglaterra, era también por lógica por dónde los aliados iban a desembarcar; de ahí que les hiciesen hacer creer que iba a ser por ahí.

    Estas historias de tanques («carros de combate.) de plástico eran típicas de Churchill, que creó un departamento para inventarse estos engaños contra los alemanes.

    Juan Pujol efectivamente debió de ser un buen elemento.
    Como tantos españoles en nuestra historia; algo de genes. Él era realmente gerente del hotel Majestic, en Madrid, no era militar ni espía.

    Me alegro que los ingleses se lo hayan reconocido.

    La operación para la que trabajó Pujol era la «Fortitude South».

    Pujol recibió de Hitler, 6 semanas después del desembarco de Normandía, la Cruz de Hierro; y de los ingleses la Orden del Imperio Británico.

    La placa azul que le conmemora está en la que fue su casa (y oficina) en Hendon, un barrio del norte de Londres, en Crespigny Road nº 35.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

PROTECCIÓN DE DATOS: De conformidad con las normativas de protección de datos, le facilitamos la siguiente información del tratamiento: (leer)

  • Responsable: Edicott Consulting SL
  • Fines del tratamiento: Gestión de suscripciones al blog y moderación de comentarios.
  • Derechos que le asisten: cceso, rectificación, portabilidad, supresión, limitación y oposición. Más información del tratamiento en la política de privacidad.