Otra humillación para Cataluña.
El día del Buti2, 1 de octubre de 2017, el Motxo pensaba que le seguían con helicóptero para impedirle butivotar. Sus Mossos -veritables 007- pusieron el coche bajo un puente, y allí Puigdemont se cambió de vehículo para eludir la ficticia persecución.
No fue su última peripecia: días después acabó fugándose de Cataluña y abandonando a sus seguidores escondido en el maletero de un coche, o al menos tumbado en el suelo de la parte trasera del mismo.
Humiliant, degradant i covard.
Estos días el puente ha mutado, seguramente como repulsa a lo que le hizo el Motxo.
Resistim, dolços, Arreu de Catalunya.
Dolça i ridiculitzada Catalunya…
Categories: Dando el golpe
Y ahora resulta que el futuro de España, encima, pasa a depender de este memo… Eso sí, la culpa la tiene en su totalidad la Junta Electoral que permitió en 2019 a un fugado de la Justicia junto con sus compinches poder ser votados… Y desde entonces tenemos que ver y tener que tragar la imagen de sus caretos…
Tendrán que poner una placa recordando al superagente 86 y su zapatófono.
Un sainete para cobrar a los nietos.
Eso sí, las risas en catalán de La Selva.