Josep Pla nos representa y el verano es para leerlo

Los nacionalistas no lo tragan… porque es demasiado bueno para ellos.

Josep Pla es un grande. Era catalán, sí, y su obra está profundamente arraigada a nuestro territorio y a nuestra historia, pero más allá de su catalanidad, Pla es un escritor de primera magnitud, de esos que aparecen muy de tarde en tarde (o de siglo en siglo). Per això en Pla és un tresor, i un tresor viu que podem llegir i rellegir, gaudir de la seva prosa i aprendre del seu judici i tarannà.

Félix de Azúa lo reivindica desde las páginas de El País y pone de manifiesto lo grande que es Josep Pla y lo canijo que es el mezquino nacionalismo catalanista.

Escribe Azúa, cargado de razón:

«Es una de las mejores pruebas de que los separatistas catalanes no tienen el menor aprecio por su país. Lo utilizan, claro, para mantenerse en el poder y manejar el capital entero de la región, pero lo que el país da de sí, lo que el país sea, eso carece de importancia. Es la única explicación para la constante e infame persecución a la que se vio sometido el más grande escritor de Cataluña, Josep Pla, a quien todavía hoy mantienen en una cárcel de silencio y menosprecio….

La excusa siempre es la misma: Pla, siguiendo a Cambó, se pasó a los vencedores, espantado por la brutalidad de los asesinatos republicanos. Aunque jamás tuvo la menor relación con los poderes del franquismo, los mandarines culturales, aquellos a los que Gabriel Ferrater llamaba “els escarabats”, nunca le reconocieron y, por ejemplo, le negaron el Premio de Honor de las Letras Catalanas.

Pero Pla no era sólo el más grande escritor en catalán del siglo XX, también era un muy notable autor en castellano, que fue la lengua habitual durante los 40 años de colaboración con la revista Destino. Pero sólo ahora, más de cuatro décadas después de su muerte,se publica una antología de sus artículos en español editada por Xavier Febrés para la editorial Destino.»

Pues los dolços, este verano, volveremos a deleitarnos con Josep Pla, mientras los pitufos culturales lazis rabien porque el mejor escritor catalán del siglo XX no tragaba con las mentiras nacionalistas.

Dolça i planiana Catalunya…

 



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3 comentarios

  1. Típico de estos fanáticos de alma oscura y pequeña, menospreciar a los grandes catalanes universales por no comulgar con credos nacionalistas (no sé si a Pla se le conoce fuera de España, pero pienso también en Dalí y Montserrat Caballé, por ejemplo) y adorar a gentecilla como Pau Claris o Companys, entre muchos otros engendros, que lo único que han hecho es, literal y metafóricamente, empequeñecer y destruir Cataluña.

    • Los que menosprecian a los grandes son los mediocres y los envidiosos, porque les señalan con hechos quien es quien; y contra eso no cabe recurso.

      Pero en concreto, el catalanismo pujolero es todo pose de marketing electoral.

      Esto es, si vale para apoyar el discurso, se utiliza y si no, se oculta.

      Un engañabobos.

      La venganza vendrá sola cuando nadie se acuerde de los pujoles y todos lean a Pla.

  2. La verdad es que la única manera de combatir a los pujoleros es no hacerles caso.
    Una manera más efectiva es hacer lo contrario de lo que nos obligan a hacer.

    En este caso, comprar el libro, leerlo y degustarlo.

    Seguro que encontramos un mundo perdido; perdido porque no se ajusta a lo que los amos quieren que creamos.

    Por eso Pla -y especialmente Pla- nos viene como anillo al dedo para romper el maleficio y recuperar la razón.

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