Quan desenes de milers de sindicalistes lloaven en Francu als carrers de Barcelona.
28 de mayo de 1947. L’ajuntament de Barcelona ofereix un banquet a en Franco, que visita Catalunya acompanyat de la seva dona. Franco pronuncia «un discurso enalteciendo los méritos y las virtudes del pueblo barcelonés». El Conde de Godó se licúa en su portada: «¡Cataluña productora, con Franco!».
La foto es de la avenida María Cristina llena de sindicalistas con pancartas alabando al «Caudillo»: «Gratitud, adhesión y lealtad», «Siempre a tus órdenes», etc.
No surt a la foto, però segurament les desenes de milers de sindicalistes estaven amenaçats en aquell moment per helicòpters armats de la Guàrdia Civil.
Però… ¿no quedábamos que Cataluña odiaba a Franco, y Franco a Cataluña? No que els obrers eren antifranquistes? O potser és que ens expliquen una història falsa?
Dolça i franquista Catalunya…
Categories: Historia
Buenos días.
Deberían decir falangistas, más que sindicalistas. Parece que hay miedito a decir según que cosas…
No eran falangistas.
Eran sindicalistas; no de clases, sino «verticales», parece que inspirado en los viejos gremios medievales (eso dicen)
La política social de Franco fue muy importante y, salvo sanidad, se hizo a través del ministerio de Movimiento Nacional, de ideales falangistas y servido por falangistas con uniforme «falangista».
(la Seguridad Social la copia el falangista Girón de Velasco de la National Health Service británico, creado por el socialista Clement Attlee, sobre el Informe Beveridge, adaptandolo al Instituto Nacional de Previsión de 1907 de Antonio Maura)
Las barriadas de casas por toda España, especialmente en las zonas industriales, fueron construidas o promovidas por ese organismo, como atestiguan el yugo y las flechas que tenían. Ídem los campamentos para niños de la OJE, para garantizar unas vacaciones sanas en el campo…etc
Pero la Falange de Primo de Rivera (y las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) ) no son exactamente lo que hubo con Franco, aunque utilizase su mitología, su bandera y sus uniformes.
El regimen de Franco era conservador paternalista católico.
De hecho intentó aplicar la doctrina social de la Iglesia:
En la Abadía de la Santa Cruz crearon un Centro de Estudios sociales en el que los teólogos, profesores de Universidad y ministros se reunían para ver cómo aplicar esa doctrina pontificia en políticas concretas. Eso lo cerró UCD cuando llegó al poder en la Transición.
Lo bueno que tuvo los sindicatos verticales es que mientras protegían los intereses del obrero, no eran marxistas y también estaban representados los productores (como una especie de convenios colectivos permanentes)
Esto fue una de las herramientas claves para la industrialización de España, porque trajo paz social; La estabilidad social (junto con las estabilidades política y económica) es indispensable para invertir, producir y vender. Y eso crea riqueza, crecimiento, empleo y ascensos.
Franco no era un ideólogo, sino un patriota. Por eso no se empantanaba con ninguna ideología; cogía lo que funcionaba y tiraba lo que no. Era pragmático en ese contexto.
Por razones de cambio de moneda, que no había, y por patriotismo era «autárquico». En cuanto dejó de serlo con el Plan nacional de Estabilización Económica, empezó el milagro económico español.
La gente, tanto empresarios como obreros quieren sobre todo poder trabajar, que no falte el trabajo, y poder disponer para poder gastar, que no falte el poder adquisitivo. Para conseguir eso es totalmente necesario cuidar las clases medias, que a través de los autónomos y las pymes son las encargadas de que el dinero corra y la faena no falle. Esto Franco lo cuidaba con gran soltura, por eso era tan querido y aclamado por allá donde pasaba. Y esto es justo lo que no les gusta a las malquistas fuerzas de izquierdas de España, que viven en su obsesión anti capitalista, diciendo además que sobran las clases sociales, que debemos ser todos iguales, vamos, lo que nos han pretendido vender de siempre los curas. Por eso convierten la democracia en una chanza alegórica, donde solo debe prevalecer el aunar en favor de las chorradas más gordas que se puedan presentar, cuidando además de las buenas atenciones para sus mandatarios, y si el pueblo precisa de alguna atención, que se ponga a la cola que hay problemas más importantes que resolver. Y lo gracioso es que esta chirigota vivo reflejo de la hipocresía política, es respetada por miles de españoles que siguen apoyando concediendo su voto favorable siempre en favor de que continúen en su puesto, estos aborrecibles chantajistas de la política.
Lo que quieren los políticos es que el obrero no pueda nunca prosperar, sino que viva en la miseria para que les voten al poder a cambio de promesas de ayudas sociales.
Por eso en cuanto llegan al poder destruyen la economía.
Un ejemplo clásico es encarecer la energía (con la excusa de la ecología, la guerra con Rusia…) para que la producción salga más cara que la competencia, no se pueda vender y la fábrica tenga que cerrar o deslocalizarse a Marruecos para quitar el paro allí.
Otro es crear inflación para destruir las inversiones…
¿No crees que no sabemos ya lo que funciona y lo que no en economía?
¡Con tantos ejemplos que funcionan en los paises que funcionan e incluso con los ejemplos de Alfonso XIII y el milagro económico franquista…!
No. El obrero tiene que seguir en el hoyo encabronado y su hijo no puede cambiar de clase social a través del estudio y su trabajo, porque eso es de «fascistas» esquiroles.
Por no transigir con el absurdo pancatalanismo en mi tierra, Valencia, me llaman franquista…
Entiendo que estos sindicalistas de hoy, que viven como maharajás gracias al invento de la lucha de clases burguesas y los países catalanes oprimidos por Papá Noel y los Pegamoides, serán poco menos que Luke Sky Walkers y los Siete Enanitos del bosque encantado.