Un catalán universal y dolço de honor que se hacía querer por todos.
Más año ya sin poder disfrutar de José María Gay de Liébana, más de un año sin su bonhomía, sin su sensatez, sin su alegría, sin su optimismo, sin su brillantez, sin aprender de uno de los más grandes, de uno de aquellos que con toda su vida nos recordaba que otra Cataluña era posible, la Cataluña de siempre, la Cataluña libre de nacionalismo, la Cataluña no intoxicada de resentimiento, de victimismo, de provincianismo, de supremacismo. Gay de Liébana era todo lo contrario: cercano, vital, emprendedor, elegante y didáctico profesor de Economía y sobre todo, una buena persona, alguien que se hacía querer a poco que lo tratases.
Esta tarde la Fundación del Real Club Deportivo Espanyol organiza un homenaje a este gigante que sembró tanto bien a lo largo de su vida, una vida plena y vivida a tope que impactó en positivo en tantas personas.
Una oportunitat d’or per manifestar el nostre agraïment a qui tant vam estimar. Allà hi serem.
Dolça i orgullosa Catalunya…
Categories: Catalanes universales
Fue una de esas personas que dejan una huella imborrable. Hombre con gran formación académica, enorme comunicador y mejor persona al que muchos echamos de menos.
La claridad con que hablaba don José María Gay no se aprecia en cualquier lugar, esa forma de dirigirse a su público con unos razonamientos sencillos de comprender, son cualidades que competen en favor de personas verdaderamente entrañables. Una pena que falleciera con sesenta y siete años, en los tiempos que vivimos una edad todavía joven, más en este caballero que nunca sobró donde estuvo.
Sólo lo conocía de sus apariciones televisivas, y realmente se le veía amable, considerado y educado, lo cual es tanto hoy en día…
Un hombre inteligente, sabio, conciliador, crítico, estudioso, magnífico profesor y gran comunicador. Buena persona y de una simpatía arrolladora.
Tuve la suerte de tenerlo como profesor de Contabilidad de Sociedades en la Universidad de Barcelona, el mejor de la carrera con muchísima diferencia.
Se nos fue demasiado pronto. Una gran pérdida.
Una gran pérdida.
Inteligente, sabio y con sentido común, esto último algo my raro en la «academia», sabía explicar cosas complicadas que afectaban nuestro día a día como si fuese lo más sencillo del mundo.
Otro que sabía que el proces era un desastre que nos va a pasar factura.