El victimisme nacionalista és wokista.

Juan Carlos Girauta, una de las cabezas mejor construidas de Cataluña, acaba de publicar un nuevo libro: Sentimentales, ofendidos, mediocres y agresivos. És una carta per guiar als joves en un món que els han amagat: la realitat. Hablando de ello, le dice a Libertad Digital cosas muy interesantes i dolces que cal aplicar a Catalunya:

• Un nuevo oscurantismo: «Ya no existe igualdad ante la ley, ya no existe el principio de la carga de la prueba. Tampoco existe la libertad de expresión. Hay una espiral de silencio colosal. En cada causa hay especialistas. Y quienes no comulgan con la visión woke son censurados. Sus carreras se abortan. (…) Estamos ante un nuevo oscurantismo».
• El victimismo te facilita una vida descendente: «Ya no juzgas a dos personas de la misma forma por los mismos hechos. Lo que juzgarás será cómo han sido influidas por sus identidades y, por tanto, en qué medida son víctimas. Ser víctima te exime del delito. Y además depende de tu propia percepción. Te exime de responsabilidades. A mí, por ejemplo, la única etiqueta que podría catalogarme como víctima es que soy catalán. Y un catalán puede delinquir, porque está oprimido. Si me persiguiesen por delinquir, estarían persiguiendo a todos los catalanes. Así funciona».
• Los pequeños actos de dignidad rompen la espiral de silencio: «La guerra cultural efectiva se hace desde fuera de la política. Luego, la política la puede aprovechar. Lo que no hay que hacer es esperar que estas cosas las hagan ellos, los políticos. Eso es una dejación que gran parte de la gente hace y, a mi modo de ver, se equivoca. (…) El tema no es qué hace el PP, el tema es qué haces tú. ¿Qué haces tú cuando en tu puesto de trabajo alguien quiere imponer su chorradita? ¿Qué haces tú en una discusión con tus amigos? ¿Qué haces tú a la hora de escoger tu medio de comunicación? ¿Qué haces tú en las redes sociales? ¿Qué haces tú si, encima, tienes un papel en el mundo de la cultura? (…) El fenómeno que se produce es el de la espiral del silencio, que es lo mismo que se producía en Cataluña cuando sólo hablaban los nacionalistas. Yo tengo la convicción de que esa espiral puede romperse, pero hacen falta un número suficiente de acciones culturales. Poco a poco, aunque seamos menos y aunque tardemos tiempo, llegará un momento en el que la espiral del silencio se romperá por completo y la gente empezará a decir lo que piensa.»
• La resistencia en Cataluña enseña el camino a toda España: «Yo he vivido la experiencia de romper la espiral del silencio en Cataluña. Los primeros que la rompimos éramos muy, muy, muy poquitos. Era la primera vez que en los medios del régimen se oían expresiones que parecían prohibidas. Volvían loca a la gente que las oía. Y tuvieron que acostumbrarse porque se las decíamos. ¿Por qué no hacer lo mismo ahora a nivel nacional?».
• No hay que fiarse de los partidos. «Los partidos, motu proprio, no harán nada. Los partidos, notando en su cogote el aliento de una sociedad harta, sí lo harán. Actuará la lógica del mercado electoral. Una lógica que ahora no tienen clara, porque todavía actúa la espiral del silencio».
• El PP no quiso cambiar nada: «Lo llamativo es que cuando gobernaba el PP no hiciera absolutamente nada para cambiar la situación. Nosotros, aquel Ciudadanos, le dimos la última legislatura a Rajoy. Y yo hice un montón de preguntas parlamentarias al respecto. Hicimos un montón de gestiones para que por lo menos detuvieran el adoctrinamiento en Cataluña, que era espeluznante. No quisieron. Y no quisieron porque la derecha no se quiere meter en problemas. Quieren caerle bien a El País».

Són lliçons ben dolces d’un dolço de capçalera. En el libro hay muchas más que harán bien a todos los jóvenes dolços que quieran ser libres.

Dolça i awokejada Catalunya…

Categories: Pensando bien

Tags: espiral de silencio, Juan Carlos Girauta, victimismo, Woke