La llei és per a tots.
Aunque no sale en el libro, esto es lo que le dice Gandalf a Galadriel en la película El Hobbit, cuando la dama le pregunta por qué ha escogido a un pequeño e inofensivo hobbit para acompañar a los enanos en su misión de vencer al terrible dragón y reconquistar su tierra:
“Saruman [el mago malvado] opina que solo un gran poder puede contener el mal, pero eso no es lo que yo he aprendido. He aprendido que son los detalles cotidianos, los gestos de la gente corriente, los que mantienen el mal a raya; los actos sencillos de amor“.
Ací rau no només tota la filosofia catòlica del gran Tolkien, sinó també la dels dolços: són els petits actes quotidians d’amor, decència i dignitat, al alcance de todo el mundo, los que mantienen nuestra humanidad frente a la deletérea ideología nacionalista y sus comparsas, que son todas las paridas fabuladas por ideólogos incapaces de disfrutar la realidad como es.
Els politiquenyos catalans insisteixen en colonitzar l’espai de tots amb consignes ideològiques, las instituciones lo permiten, el Gobierno también. Y los vecinos perseveran en limpiarlo.
L’enhoradolça, Unió de Brigades, per aquest petit acte de dignitat.
Dolça i il.legal Catalunya…
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