Menudo timo, escolti.
«Sóc nacionalista català», escrivia Josep Pla el 1926. Sus años de hombre de la Lliga nos ofrecen unas reflexiones preciosas para entender mejor nuestro problema nacionalista.
Una de ellas aclara, ya en 1924, cómo el nacionalismo utilizó el disimulo para colarse en las almas de los catalanes izquierdistas:
«Com que la paraula ‘nacionalisme’, en els ambients antirreaccionaris, que són els de molta gent del país, és una paraula suspecta de xovinisme i de particularisme intolerant, fou clarament proposat, temps enrera, que, del moviment polític, no en diguéssim nacionalisme, sinó simplement catalanisme, paraula més comprensiva i diplomàtica. I encara estaria millor, potser, que la gent s’anomenés catalana simplement».
Pues esto es lo que el nacionalismo lleva haciendo desde hace un siglo: conseguir colarnos, bajo las palabras «catalán» o «catalanismo», el nacionalismo, una ideología panteísta del siglo XIX responsable de la destrucción personal, social y económica más atroz del siglo XX.
No caigamos en la trampa: cuando nos vendan «catalanismo» sepamos que son nacionalistas. Seamos catalanes y llamemos por su nombre -nacionalista- a todo el que idolatre lanació y pretenda arrebatarnos nuestra identidad de siglos.
A Pla se la pasó el nacionalismo tras el desastre de la república que él tanto deseó. Es podria dir que llavors es va alliberar del nacionalisme i va ser català. I dels més llampants, per cert.
Dolça i timada Catalunya…
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Para cabezones nosotros……………..
Josep Pla, un dels que han fet gran Catalunya. Ara els que diuen estimarla, se l’han carregat en un plis. Llàstima