«Hubo una operación política de la Generalitat para favorecer a los curas más nacionalistas»

La prodigiosa mort del beat bisbe Manuel Borrás i la trista fugida del bisbe Vidal i Barraquer.

La Guerra Civil prosiguió hace 83 años. Prosiguió, perquè -com diu Stanley G. Payne- la van començar anarquistes, PSOE i nacionalistes anys abans. No ho sabia, oi? Pues es que entre 1932 y 1934 hubo 5 intentos de derrocar la República (3 anarquistas, el de Sanjurjo y el del PSOE+ERC). Aquest darrer va ser definitiu.

No se habían cansado de predicar la guerra civil y el 6 de octubre de 1934 Companys y su ERC dieron golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de la República, que causó entre 46 y 107 muertos en 10 horas. Y tramaban otro para 1936, con órdenes de preparar un “Comité Militar Revolucionario” en mayo 1936, entregar 20.000 fusiles a revolucionarios adictos y alistar 8.000 voluntarios para “preparar la resistencia armada” al gobierno legítimo. Pero el asesinato del jefe de la oposición, Calvo Sotelo, a manos de los guardaespaldas del líder del PSOE, hizo que otros se alzaran antes que ellos porque no se resignaban a dejarse matar. I va començar la Guerra Civil que nacionalistes i socialistes cercaven des del començament de la República.

Salvador Caamaño Morado es exdirigente local del PSUC, exsecretario del PCC y exkapo de CC.OO. O sigui, que sabe lo que se pesca cuando habla de lo que hicieron nacionalistas y socialistas en su ciudad, Tarragona, bajo la Republiqueta del genocida Companys. El pasado 5 de agosto recordó desde el Diario de Tarragona un episodio doloroso: El cruel asesinato del obispo Borrás y la persecución religiosa. Llegeixi i recordi lo que va ser l’agost de fa 83 anys a Catalunya idolatrada pels nacionalistes i PSC:

«Fruto de la terrible persecución religio­sa desatada durante la guerra civil, hace ahora ochenta y tres años (en agosto de 1936) era asesinado en el Coll de Lilla el obispo auxiliar de Tarrago­na, Manuel Borràs Ferré (natural de La Canonja). 

Como preámbulo diremos que el anticlericalismo en España se venía manifestando con mayor o menor intensidad desde el siglo XVIII pero realmente se exacerbó durante la II República y explosionó con el inicio de la guerra civil. En esa devastadora persecución serían asesinados cerca de 7000 religiosos incluyendo trece obispos y más de 3.000 laicos por el mero hecho de ser católicos y no rene­gar de ello. Esta persecución fue especialmente encarnizada en Cataluña donde fueron asesinados cuatro obispos y 2.437 religiosos (una tercera parte del total). Las matanzas fueron acompañadas, en muchos casos, de una crueldad tan extrema que pone la piel de gallina. 

Volviendo al obispo Manuel Borràs, conocido como el obispo hu­milde, me ceñiré a relatar los hechos más relevantes que rodearon su muerte. Pocos días después de producirse el alzamiento militar de 1936, el 21 de julio, ante los crecientes desmanes que se esta­ban produciendo en Tarragona, desde la propia comisaría se apre­mió al cardenal Vidal i Barraquer (natural de Cambrils). a su secretario Joan Viladrich y al obispo au­xiliar Manuel Borràs a que abandonaran el Arzobispado y se trasladasen a un lugar más seguro y aunque inicialmente estos eran reacios, ante la insistencia por parte del comisario de orden público, finalmente decidieron trasladarse a Poblet. Dos días después, el 23 de julio fue detenido en Poblet el cardenal Vidal i Barraquer por un grupo de milicianos de la CNT-FAI, que procedentes de L’Hospitalet, se encontraban en Vimbodí y que a través de miembros del Comité Antifeixista de esta localidad ha­bían sido informados de la presen­cia del cardenal «un pez gordo» en el monasterio. Un día después, el 24 de julio, fue detenido el obispo Manuel Borràs y el resto de sacer­dotes presentes, siendo traslada­dos todos a la prisión de Montblanc, donde ya se encontraban presos otros sacerdotes y seglares. Dicha circunstancia fue conocida por el conseller de la Generalitat Ventura i Gassol quien se lo comu­nicó al president Companys.

El 25 de julio, el cardenal Vidal i Barra­quer y su secretario. Joan Vila­drich son liberados, al recibir el Comité de Montblanc una orden expresa, escrita en catalán, de pu­ño y letra por el propio Lluís Companys (nota que contiene varias faltas de ortografía) que traía en un coche oficial el diputado Joan Solé (ERC) que venia acompaña­do por un policía y se habían tras­ladado desde Barcelona a tal efec­to. Con ciertas reticencias el Comité de Montblanc accedió a liberar­los y fueron trasladados a Barcelo­na, permaneciendo en el Palau de la Generalitat custodiados hasta que lograron embarcar a ambos en un buque de la marina italiana que los trasladaría a la Spezia (Italia) y de aquí a la Cartuja de Farneta (Lucca), donde estarían hasta 1943. Semanas después. Compa­nys al ser preguntado por la revis­ta francesa L’Oeuvre sobre la posi­ble restauración del culto católico diría: «¡Oh, ese problema no se plantea siquiera porque todas las iglesias han sido destruidas!». 

Mientras tanto el obispo Manuel Borràs y el resto de sacerdotes permanecieron encarcelados, has­ta que el 12 de agosto sobre las dos de la tarde, un grupo de milicianos se personaron en la prisión de Montblanc y con la excusa de trasladarlo a Tarragona, se lleva­ron al obispo. Antes de partir se despidió del resto de religiosos y seglares encarcelados con un  «Adéu, fins al cel» y salió con aire tranquilo y sonriente, aun intuyendo cual seria su fatal destino. Los milicianos lo hicieron subir a una camioneta y tras atravesar las semidesiertas calles de Montblanc en esa tórrida hora, se dirigieron al Coll de Lilla y a los 3.5 kiló­metros,  poco antes del cruce que conduce a Lilla pararon la camioneta y junto a un olivo lo tirotea­ron a bocajarro y moribundo lo pusieron encima de unos sarmientos que rociaron con gasolina y le prendieron fuego. Justo antes de que lo ejecutaran el obispo bendi­jo y perdonó a sus verdugos, jac­tándose después de este hecho los propios milicianos. Sus restos aún humeantes fueron vistos un poco más tarde por Josep M. Gomis y también por el taxista Joan Foguet y sus tres pasajeros, que se detuvieron en el lugar al sentirse un fuerte olor a carne quemada. Su cadá­ver al parecer fue trasladado al cercano cementerio de Lilla, aun­que sus restos no han sido a día de hoy encontrados, pues el sepultu­rero que presuntamente lo enterró se suicidó días después. Los otros tres sacerdotes encarcelados con ellos en Montblanc (J. Roselló, D. Llebaria y J. Farriol) fueron trasladados a Tarragona y asesinados por la espalda en las afueras de la ciudad, el 22 de agosto. 

Esta terrible historia no deja de ser una más, de las que tuvieron lugar en aquellos trágicos días. Pero cabría preguntarse: ¿Por qué Lluís Companys, solo incluyó en su orden de liberación al cardenal Vidal y a su secretario y no movió un dedo por el obispo Borràs y los demás religiosos? A este respecto, el cardenal prima­do de España durante la guerra civil, el también tarraconense lsi­dre Gomà (natural de La Riba) diría poco después: «Ha llamado poderosamente la atención el he­cho de que los sacerdotes militantes del catalanismo hayan sali­do indemnes mientras sucum­bían a centenares sus hermanos».
 
No todos salieron indemnes, pero es evidente que hubo una operación política, por parte de la Generalitat, para favorecer y sal­var a los curas más nacionalistas. Y yo (un pobre diablo descreído) añadiría respecto al cardenal Vi­dal i Barraquer, ¿No dice el Evangelio «el buen pastor, no abando­na nunca a sus ovejas y da la vida por ellas si es necesario?». 
 
Este hecho debió atormentar toda la vida al cardenal Vidal, pues fueron muchas las veces que recordó, a su: «estimat i mai no oblidat bisbe auxiliar, doctor Bo­rràs». El régimen franquista no le permitió nunca regresar a su sede episcopal, aunque en diversas ocasiones manifestó de forma discreta sus simpatías por Franco.  En una carta fechada el 21 de febrero de 1937 en Cartuja de Farneta, dirigida al cardenal Pacelli (que poco después sería elegido Papa), le decía: «He intenta­do hacer llegar reservadamente y de palabra al general Franco el testimonio de mi felicitación y simpatía y mis sinceros votos por el éxito de la buena causa ( … ). Deseo vivamente que triunfe Franco«.

Fusilado, quemado vivo por los Comités Antifeixistes de Santcompanys, y perdonando a sus asesinos. Superant l’odi nacionalista amb amor cristià: així morí el beat Manuel Borràs sota la divina república d’ERC, que encara no ha demanat perdó. Y estos son los frutos de su martirio, contados por la familia de su mejor amigo.

A otros el cielo no les dio la gracia del martirio, y tuvieron que conformarse con la adulación ideológica del nacionalismo. Probablement molt a pesar seu.

Beat Manuel, pregueu per nosaltres.

Dolça i martiritzada Catalunya…



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14 comentarios

  1. Vidal y Barraquer fue uno de los obispos que no firmaron la célebre carta colectiva del episcopado español en 1937, aduciendo, entre otras excusas, esa tan repetida de que «es mejor no decirles nada, no sea que se molesten».

    https://es.wikipedia.org/wiki/Carta_colectiva_de_los_obispos_espa%C3%B1oles_con_motivo_de_la_guerra_en_Espa%C3%B1a#Los_obispos_que_no_firmaron

    «Según Hilari Raguer, este es sin duda el caso más significativo de los cinco porque se trataba tal vez de la figura más destacada de aquel momento de la Iglesia Católica en España. La negativa a firmar la carta se basó en dos argumentos: que era un documento ‘propio para propaganda… poco adecuado a la condición y carácter de quienes han de suscribirlo’ y al que ‘se le dará una interpretación política por su contenido y por algunos datos o hechos en él consignados’; y en segundo lugar, porque su publicación podría empeorar la difícil situación que ya vivían los eclesiásticos que se hallaban en la zona republicana.
    También aducía el cardenal el origen del documento, complacer la petición del general Franco, pues juzgaba peligroso ‘aceptar sugerencias de personas extrañas a la jerarquía en asuntos de su incumbencia’.
    Pero la razón fundamental de la negativa del cardenal Vidal y Barraquer fue que ‘creía que en aquella guerra fratricida la Iglesia no debía identificarse con ninguno de los dos bandos, sino más bien hacer obra de pacificación. Así lo exponía repetidamente en sus cartas al cardenal Pacelli, Secretario de Estado'».

  2. Los frentepopulistas eran alimañas; y los frentepopulistas modernos zapateros que con engaños les justifican, otros

  3. Totalmente de acuerdo con José Soñora, lo de dolcacatalunya no tiene explicacion posible, es un auténtico dislate, en fin «doctores tiene la iglesia».
    Por cierto, ¿ saben quien era el tal José M. Gomis que se cita en el articulo?
    ¿Se imaginan qué habria pasado si en Poblet hubiera habido monjes en aquellas fechas?
    ¿Saben quién trajo los monjes a Poblet en 1940?
    Si visitan Poblet pregunten todo esto al «guia» y verán (será, seguramente, una respuesta digna del INH)

  4. La iglesia de KRASTY LUÑA es un comercio
    Los curas de KRASTY LUÑA los comerciantes
    Cuando suenan las campanas
    Acuden los ignorantes.

  5. De estos asesinados no hablan en la televisión…….por qué será??.

    Por sectarismo, por conveniencia, por manipulación, por todo ??…… exactamente por todo.

    Como puede haber gente que no entienda que hubo muertes en una guerra ,entre hermanos en los dos bandos y uno de ellos no tiene el monopolio del sufrimiento…..fue una guerra ,eso siempre pasa.

    A que nos lleva remover el pasado con cualquier excusa ,Francu, cunetas , nazismo , Guerra Civil. Hay que ser muy idiota pata no entender eso , pero por desgracia hoy en día abundan.

  6. Seguro que el canónigo de la Catedral de Tarragona, el bueno del Doctor Joan Viladrich, profesor de francés suizo en el Seminario, toda su vida arrastró su dolor de conciencia por haber abandonado a sus compañeros sacerdotes. Su deber era auxiliar a su Cardenal en su exilio propiciado por su simpatía catalanista a Companys, el cual continuó destruyendo Iglesias y religiosos hasta que llegó Franco, otro asesino en serie. ¿Tendrá miedo la Curia actual no se repita la historia con los actuales republicanos y separatistas nazionalistas? Historia, magistra vita est.

  7. Un tristísimo episodio. Al margen de la tétrica actuación de Companys con su limitadísima acción a favor de ciertos curas, demuestra hasta q punto los hombres somos capaces de convertirnos en animales pensando q servimos a grandes causas. Puede repetirse.

  8. Llevamos el mismo camino.
    La Teología de la Liberación es lo mismo que decir: «Reza y haz lo que quieras». Los resultados los tenemos a la vista.

  9. 😔 Bueno.
    En estos tiempos de una persecución religiosa a los cristianos donde llevaban 2000 años… e incluso de otra forma en España.
    Quien sabe cuántos Pablos de Tarso tirará del caballo Dios.

  10. ¿Por qué mezclan catalán y castellano?
    Me parece que somos unos pocos los que no entendemos bien el catalán.
    No sé si conocen el fenómeno que se produce en la mente cuando se sigue leyendo con palabras mal entendidas.

  11. El catalanismo asesinó a obispos, curas, monjas y seglares de todas las edades, sin la menor piedad ni complejo. Con Vidal y Barraquer tan ancho en Roma, anteponiendo su catalanismo a su cristianismo. 80 años después, la Iglesia catalufa se olvida de sus mártires (testigos) a cambio de las subvenciones del Régimen que les martirizó.

    Los eparatismos en la España franquista estaban casi olvidados. Tuvo que ser la Teología de la Liberación la que lo resucitara. Y la Teología de la Liberación entró en España por Vasconia y por Cataluña; y de la mano del terrorismo. Curas pro terroristas acabaron en el Penal de Zamora en los últimos años del franquismo. Y ya sabemos dónde nació la ETA.

    La Teología de la Liberación nació por orden directa de Stalin, para infiltrar el comunismo en la Iglesia católica. Fue el KGB polaco el que se encargó de esa misión. La primera nación para esa infiltración fue Holanda; después la RFA; luego España y de ahí a Sudamérica.

    Fueron los jesuitas, la congregación más inteligente y carca de la Iglesia, que dando un giro de 180 grados, pasaron de la lealtad al Vaticano a rendir pleitesía a Moscú. Ahí siguen.*

    ¿Moderarás, Rufianeitor?

  12. Increible….en este casino se juega!!!

    Y además,se fuma.

  13. Son los mismos antifascistas de hoy, los mismos que llaman fascistas al que discrepa.

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