La tercera vía entendida como concesiones al nacionalismo para evitar el conflicto no es posible ni tampoco conveniente
En un reciente artículo publicado en El Periódico, Joaquim Coll, historiador, impulsor de Federalistes d’Esquerres y de Sociedad Civil Catalana, ponía el dedo en la llaga acerca de las terceras vías y de los pasos que deberíamos dar quienes defendemos que Cataluña debe de jugar un papel vital en el futuro de España. Una frase de Coll resume el quid de la cuestión: «En realidad, la tercera vía entendida como concesiones al soberanismo [quiere decir separatismo] para evitar el conflicto no es posible ni tampoco conveniente.»
En efecto, la cuestión clave es que hay que buscar lo mejor para los catalanes y para el resto de los españoles. Escribimos catalanes, no nacionalistas catalanistas (por mucho que hayan pretendido identificar catalán con nacionalista y hablar en nombre de la totalidad de los catalanes, los nacionalistas no solo no representan a todos los catalanes, sino que son un peligro para el bienestar de los mismos).
Claro que hay que cambiar cosas: nuestro sistema es manifiestamente mejorable, como la misma crisis separatista evidencia. Pero los cambios no deben de ir encaminados a contentar a quienes, por definición, no se contentarán jamás, a quienes no desean que esto se arregle porque quieren con toda su alma que España salte por los aires. No es jugando a las concesiones y a buscar un nuevo pacto como la situación se desatascará. Quienes tienen la responsabilidad de guiar nuestro futuro político deben ignorar a los nacionalistas, tomar la iniciativa y plantear cambios que hagan de nuestro país un lugar mejor, más justo, más ilusionante. Si alguno de esos cambios les gusta a los nacionalistas, pues magnífico; si otros no son de su agrado, pues magnífico también.
Coll es partidario del federalismo. Es un error. No explica las diferencias con el sistema autonómico, ni por qué los nacionalistas (que ya son separatistas) renunciarán de repente a su tensión y a su ideología disgregadora. La solución no pasa hoy por el federalismo.
Cero concesiones al separatismo, todo para conseguir que los catalanes y también el conjunto los españoles tengan un futuro mejor. Puede no ser fácil, pero éste es el único camino para evitar cerrar en falso esta crisis y que nos estalle de nuevo en un plazo más breve del que algunos pretendidos gurús se imaginan.
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El problema va mucho más a la raíz. Ellos han usado sus competencias como viveros de separatismo de donde van sacando hornadas cada año de fanáticos engañados. La solución pasa ANTE TODO Y PRIMERAMENTE por quitarles de una vez las competencias en educación que tanto han manipulado para desfigurar la identidad de los propios ciudadanos. Eso implicará la purga de tanto separatismo infiltrado en las aulas cambiando los criterios de selección de profesorado y exigiendo un nivel de castellano HABLADO Y ESCRITO para esos mismos profesores. Amén de la educación bilingüe.
CUIDADO esto solo es un paso pero es el primero y necesario para revertir las infiltraciones separatistas en los estamentos públicos a los que se ha encomendado la misión de GENERAR DESCONTENTO.
a la calle todos
Federalismo versus autonomismo. Autonomismo frente al federalismo. Confederalismo o federalismo, o quizás autonomismo. ¿Aquí está la cuestión? ¿Es este el problema? ¿Se trata de encontrar la palabra o el concepto político que contente a todos?…..Yo pienso que no.
El problema básico para entender esta diatriba está, en mi opinión, en que el nacionalismo catalán, como heredero del catalanismo político de hace más de 100 años, y quiero recalcar lo de político, porque nada tengo en contra del catalanismo cultural, más bien todo lo contrario; pues eso, el nacionalismo catalán, en su búsqueda insaciable y permanente de más poder y de los recursos asociados al mismo, sobre los que poder medrar y depredar, se ha topado con el límite que establece la esencia de un estado de derecho, que en el caso español es la Constitución Española.
No es una cuestión semántica donde está el encaje del nacionalismo catalán en nuestro estado, que si puede ser o no un estado federal, autonómico o confederal, o de cualquier otra forma de organización del estado. La cuestión que el nacionalismo catalán plantea está en la cantidad de recursos que quieren controlar y gestionar autónomamente, es decir sin tener que depender más que de sí mismos y, por lo tanto, tener a su disposición para depredar y poder blindar y consolidar su hegemonía en Cataluña. Se trata pues de un pulso por el poder. Quieren disponer de más poder. Para ello desarrollaron su proyecto de reforma del último estatuto catalán, elaborado entre los años 2004 y 2005, que fue ideado, planteado e impulsado por el catalanismo político y que en su paso por el Congreso de los Diputados, fue rebajado en el nivel de poder que con él pretendían, y más tarde la sentencia del TC sobre el Estatuto de Cataluña de 2010, volvió a recortar de nuevo en otra parte sus pretensiones de más poder. Quedando el Estatoto de Cataluña vigente actualmente, desde 2010, con menos nivel de poder que el que pretendía obtener el nacionalismo catalanista con su estatuto proyectado.
De ahí el abrazo acelerado al independentismo de Artur Mas, y de sus ʺcompañerosʺ de partido. Tras la sentencia del TC y con la posibilidad de rentabilizar en beneficio propio la crisis que padece nuestra sociedad, y aprovechando además la intensa movilización popular que los partidos independentistas llevaban desarrollando desde hacía varios años, decidieron aprovechar la coyuntura para rentabilizar al máximo sus ambiciones políticas.
Luego lo han impregnado todo con agravios históricos tergiversados, con déficits económicos manipulados y con el victimismo lingüístico secular, y ya tenemos la base ideológica para obtener ese poder que ansían. En este momento la apuesta del nacionalismo catalán es ya por el poder absoluto, la independencia. ¿Se conformarán con menos poder? ¿Estará dispuesto Mariano Rajoy a ceder ante el chantaje nacionalista catalán? ¿Estará dispuesta la sociedad española a permitir al presidente del gobierno de España a que incumpla sus obligaciones constitucionales?
Una sociedad democráticamente débil es presa fácil de aquellos que quieren destruirla para imponer su dictadura. Sólo el pueblo puede salvarla. Despierta, Contacta y Movilízate (DECOMO). Te estamos esperando.
No tiene sentido conceder el federalismo a quien no lo pide, o a quien no lo quiere por saberle a poco.
Para los separatistas es sólo una piedra más para ayudarles a cruzar el rio de la secesión.
Porque de una manera u otra entre Españoles (asi como los que niegan serlo), existe el deseo general de asimilarse a Alemania? Es acaso un complejo cultural? Existe un sentimiento de inferioridad? El primer paso que España deberia dar es la auto-aceptación. Reconoceros como el gran País cuya lengua se habla en otro continente y que en su interior, se beneficia de la multiculturalidad de tener varias regiones bilingües. Cuando eso se concrete, seréis el país más feliz del mundo. Federalismo? Vamos, raya en la ridiculez. Si queréis sistemas legales diferentes, convertiros en Estados. Menos gasto público, mayor democracia. Pero copiar todo de los Alemanes, parece que no tuvierais lo suficiente.
LOS CIUDADANOS PADECEN
la feroz persecución
de los ismos más sectarios
que pregonan exclusión,
pues cada uno se postula
como la mejor opción
de futuro y del contrario
busca la eliminación.
En el siglo XX hubo
la más negra maldición
de ismos que dieron ejemplo
feroz de exterminación.
Nacionalismo sectario
buscando la solución
final, teoría racista
germen de desolación.
Socialismo en dictadura
de lucha sin compasión
entre humanos con el odio
como único pregón.
El nazismo, el comunismo,
del siglo XX baldón,
por sus maldades llegaron
a su total destrucción.
Y ahora surgen nuevos ismos
buscando la división
de la sociedad, quebrando
paz y reconciliación.
Separatistas esclavos
del egoísmo feroz,
federalistas quiméricos
de una utopía atroz.
Pues no pùede separarse
lo que está en sólida unión
y federar es unir
la previa disgregación.
Unos y otros intentan
con fraudulenta intención
castigar con insolencia
al noble pueblo español.
El mejor modelo, el francés.
Si no quieren ser catalanes y españoles, que vuelvan a la guerra de sus antepasados.
Dicho esto, me gustaría que el Gobierno Español, informase sobre la distribución de los impuestos , no por autonomías, sino por ciudadano . Si la distribución es uniforme, que se vayan, y si no lo es corregirla, y después el que no este conforme con ser español , pues lo dicho.
Totalment d’acord. Cap concessió a la mafia nacionalista. També hem de pensar que l’estat de les autonomies tal i com está gestionat es una ruina que no ens permet arribar a fin de mes. ¿Es lógico que los ex presidentes de la Generalitat tengan despachos en alquiler con personal incluido con cargo al dinero público? ¿Cual es su función? ¿De que utilidad son para la ciudadanía esos despachos? Y mientras tanto no hay dinero para Sanidad… ¡vamos, hombre..!
El federalismo implica lealtad, responsabilidad, palabra . . . no vacon esta gente.
Exacto!
Yo propongo una cuarta vía, mandar a todos a tomar por donde amargan los pepinos. Visca Espanya !!
El federalismo también es una concesión a los separatistas. Y el blindaje, de hecho, del estado de las autonomías con sus taifas, que son la ruina de España. Necesitamos un estado más eficiente, con más control acerca de los organismos que realmente son necesarios en cada comunidad y mecanimos para comprobar si realmente son un beneficio para los ciudadanos. ¿Cuántos chiringuitos inútiles estamos pagando que sólo son agencias de colocación para amiguetes, y le aportan poco y nada al ciudadano?