Cataluña, capital de la Semana Santa española.
En los años 40 y 50 del siglo XX buena parte de la imaginería religiosa surgió de Olot, una pequeña población de Gerona. En 1880 se habían fundado allí “los talleres del arte cristiano”. Este primer taller “moderno” de arte cristiano fue fundado por Joaquín Vayreda Vila y su hermano Marian, que habían vivido en el barrio de la famosa y enigmática iglesia de San Sulpicio de París. Allí establecieron contacto con otro catalán, el pintor José Berga Boix.
Berga fundó una escuela de dibujo en Olot, y después una empresa de imaginería sagrada, llamada J. Berga y Cía. De este taller salió el San Isidro que se venera en Úbeda (Jaén), la Mulica de Bailén, o la Piedad de la Puebla de Don Fadrique.
Así que, curiosamente, buena parte de las imágenes procesionales que los nacionalistas desprecian como «flamenquistas» o «espanyoles» proviene de Olot.
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La mejor forma de no meter la pata es estar callados.
Han perdido totalmente el Norte.