«No es una opción política sin consecuencias para la fe religiosa», afirma Cristiandad en su número de enero de 2014.
Otro apoyo que se desvanece, a pesar del abad de Montserrat, del «catòlic» Junqueras y del «catòlic del però» (como dijo hace unos años en la presentación de un libro de Miró y Ardèvol) Artur Mas.
En Dolça Catalunya creemos que el hombre tiene alma, que ésta incide en la cultura de los pueblos, y que es responsable de sus más bellos logros. No queremos verla instrumentalizada, falseada y amojamada por la ideología nacionalista, como hacen algunos clérigos-políticos y muchos políticos-clérigos. El nacionalismo pretende hacerse pasar por patriotismo, y hacernos creer que el nacionalismo es bueno -o a lo sumo, neutro- para la vida del alma. Pero cada vez más católicos catalanes se rebelan contra esta manipulación de una ideología que prentende sustituir a Dios por la «nació» como objeto idolátrico. Aquí hemos explicado la verdadera posición de la Iglesia sobre el nacionalismo. Ahora lo hace alguien mucho más autorizado.
Cristiandad es una revista editada en Barcelona por catalanes desde 1943. Su ideal: «proponer y divulgar las enseñanzas de la Iglesia, de sus Romanos Pontífices, y de sus Doctores» para que el amor de Cristo reine en las familias y en toda la sociedad. Bajo este ideal escriben en sus páginas profesores, catedráticos, doctores y profesionales, laicos y religiosos, abordando temas de actualidad desde una perspectiva de fondo.
Su último número (990) está dedicado al debate sobre el futuro de Cataluña. A lo largo de 48 páginas se reflexiona rigurosamente sobre el nacionalismo, las distorsiones nacionalistas de la Doctrina Social de la Iglesia, y su impacto en la secularización de Cataluña. ¿Conclusión?
«El nacionalismo es una explicación ideológica de la realidad y una propuesta política de acuerdo con ella. Entendemos por ideología aquello que pretende sustituir la realidad de los hechos por unos presupuestos doctrinales no siempre explícitos y confesados. Como todas las ideologías del siglo XX que han pretendido inspirar la política de la modernidad, el nacionalismo ha nacido con la aspiración de ser el sustituto actual de la religión. (…) Esta relación entre ideología y secularización es patente en el caso de Cataluña. El padre Orlandis utilizaba una expresión dura para afirmarlo: ‘El catalanismo ha castrado a Cataluña’. El catalanismo no ha sido una reafirmación sincera de la lengua, la historia, y la forma de ser peculiar de los catalanes, sino algo completamente ajeno a su tradición, alimentado por resentimientos y fracasos no asumidos. En el conocimiento y amor verdadero a nuestra propia historia podremos encontrar el camino para superar las actuales incomprensiones y divisiones».
Otro mito nacionalista que cae. La doctrina católica no apoya el nacionalismo, sino que más bien lo rechaza en sus principios y consecuencias. ¿Quién se va a creer a partir de ahora a dom Josep Maria Soler, abate de Montserrat y capellán del Front Nacionalista?
Un consejo: si es Ud. católico, compre, lea y guarde la revista. Si no, haga lo mismo. Podrá tener una buena conversación con el cura que cuelga la cubana del campanario de su pueblo.
Categories: Alma, Huid del nacionalismo, Pensando bien
LOS HUSMEADORES DE
LA DOCTRINA PONTIFICIA
QUE QUIEREN SERVIR A LA
CAVERNA NACIONALISTA
hace algún tiempo que están
lamiéndose las heridas.
Pues sus mitos se derrumban
por causa de sus mentiras,
mientras sobre las conciencias
la verdad más pura brilla.