Paco Segarra explica adónde puede conducir este mecanismo.
«Se trata de algo tan antiguo, y tan humano, como la ingeniería social y la manipulación de las mentes. (…) El proceso empieza por “cosificar” al ser humano. Los nazis lo hicieron con los judíos, los gitanos, los eslavos y los católicos: eranüntermensch, infrahombres. Además, esos no-humanos chupaban la sangre del noble pueblo alemán. Bastaron un par de décadas de propaganda para que el noble pueblo alemán se tragase el cuento. (…)
‘Cosificar’ a quien se quiere asesinar, física o civilmente, ese es el secreto. Un maketo para un etarra y sus compañeros es una ‘cosa’; un español, para un holandés o un inglés del XVIII y del XIX, era una ‘cosa’, resultado de la extraordinaria campaña de ‘cosificación’ bautizada como Leyenda Negra: la sarta de mentiras mejor urdida de la Historia. Un español, para un catalán independentista, lleva camino de convertirse en una ‘cosa’ que, además, ‘nos roba’. El proceso, como ven, es siempre el mismo y se puede graduar, porque no siempre es necesario llegar al asesinato para lograr el fin perseguido».
Curiosamente, este proceso no sólo se alienta desde los medios de comunicación subvencionados y las entidades públicas subvencionadas, sino desde el mismo Parlament de Cataluña.
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