Oriol Junqueras dice que el independentismo es anticatalán.

Y Cataluña, parte de España. 

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«Puesto que nosotros hemos demostrado que podemos poner dos millones de personas en las carreteras de Cataluña. Dos millones. ¿Alguien cree que no somos capaces de parar la economía catalana durante una semana? Y si lo hacemos, ¿qué impacto tiene sobre el PIB español? ¿Y qué opinión tendrán los acreedores de la deuda española? ¿Y qué pasa con la prima de riesgo española?».

(Oriol Junqueras, jefe de ERC y socio de Artur Mas, en la Eurocámara, el 13 de noviembre de 2013)

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3 comentarios

  1. Son muy inútiles, más de lo que se creen, yo creo que pueden parar la economía catalana indefinidamente, y en ello están.

  2. Hubo un tiempo en que, si tenías un varón, te planteabas destinarlo a la Iglesia o al Ejército; si era hembra y podías regalar una buena dote al convento, para monja. Hoy es la política el destino más apetecible. ¿Cómo no? La ínclita Rita, por dormitar en el Senado, se lleva más de cinco mil eurillos para casa. ¿Y cuánto se lleva, en papel moneda, que no del higiénico, tanto culo calientaescaños, tantos ninis improductivos como tenemos repartidos por esos parlamentos, cámaras y otras canonjías? ¿Cuántos son, por cierto, en total. Se sabe o pasa como con esos sindicaleros a quienes pocas veces se les ve en sus teóricos puestos de trabajo en sus empresas? ¿A cuántos expresidentes les estamos pagando religiosamente sus santas, pero no por modestas, pensiones vitalicias? ¿De qué bolsillos sale la pasta que, insaciables, devoran? ¿Nos dan algo bueno, necesario, a cambio? ¿Les necesitamos, realmente; es decir, son imprescindibles? ¿No nos está resultando muy cara esta democracia? ¿Qué tiene de democrático que nuestro futuro en Cataluña dependa de la voluntad de un grupúsculo respaldado por sólo un puñado de votos? Y, en fin, ¿para qué seguir?

  3. Hay gente que es capaz de beber veneno para echar la culpa a los demás.

    Este hombre tiene un trauma con España.
    No importa pues, que Cataluña sufra y los catalanes pierdan su futuro.

    ¿Será cosa del complejo de Edipo?
    ¿Habrá superado este (¿hombre ?¿niño?) la fase anal?
    ¿Se seguirá meando en la cama?

    Cada vez estoy más persuadido que la política es cosa de tocados.

    (tocados por la gracia de algún dios ignoto que desgrana sagradas voces en un idioma no humano que nadie conoce)

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