Creando la «nació».
Algunos esotéricos intentan fundar el “fet diferencial” catalán en una falsa tradición herética. Sin el más mínimo fundamento etimológico e histórico, hacen derivar la palabra “Cataluña” de “Càtars-allunyats”, en referencia a los cátaros que se refugiaron sobre todo en el Maestrazgo a raíz de la cruzada de Simon de Montfort. En realidad parece que Cataluña significa lo mismo que Castilla: tierra de castillos. Pero eso es lo contrario a un «fet diferencial»…
Ningún movimiento político de calado puede realizarse sin una mitología o una referencia espiritual. Esto nos recuerda a un milenarista inglés, Richard Brothers, que en el siglo XVIII creo el mesianismo israelí británico. Estaba convencido que la palabra “anglosajón” provenía de “isaac´s son”. Armado con semejante argumento decidió marchar a la tierra prometida intentado que le siguieran los ingleses para fundar el Estado de Israel.
En el caso catalán se ha recurrido a la mitología, pero de la cutre. Nuestro Moisés particular, o nuestro peculiar Rey Arturo (Mas), tiene menos credibilidad que Chiquito de la Calzada como directivo de Bankia. ¿Se imaginan a Moisés haciendo un referéndum sobre si cruzar o no el mar rojo? El verdadero liderazgo consistió en cruzarlo y punto. Lo que no esperaba Moisés, ni tampoco Mas, es que tras las aguas que se abrieron milagrosamente estaba el desierto y no la tierra prometida. Pero eso es otra historia.
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Cuando los «cathars-allunyats» dieron nombre a Catalunya, comenzó una larga historia de singularidades y particularismos identitarios que ha desembocado en el «Massionnalisme allucinat». Y mientras Jordi Pujol que tanto trabajó por la causa, perdiéndoselo todo en Acapulco, con Marta Voladora……