Via la Virgen de la Merced.
Fa 309 anys, el 1714, el capità general de la defensa de Barcelona, Villarroel, va dimitir en veure que era absurd continuar la defensa. Els barcelonins nomenàren llavors un nou capità:
“Los comunes suplicaron a la soberana Virgen de las Mercedes, su especial protectora, se dignase aceptar el bastón del general comando, colocando su milagrosa imagen en la sala del consistorio de los conselleres con toda solemnidad, donde, sentada en silla bajo dosel con el bastón del general comando en sus manos, que los consejos de guerra y juntas concernientes a la defensa se tuviesen en su presencia (…) Que el conseller primero tomase las cédulas del santo y del nombre de las manos de la Virgen y Emperatriz de las Mercedes para distribuirlas, y que diese todos los órdenes en nombre y de parte de esta nuestra protectora y comandante general (…) Preguntóme Villarroel con ansia a quién habían elegido. Respondíle: ‘La Virgen de las Mercedes’” (Francisco de Castellví: Narraciones históricas, volum IV, p.219).
Ese era el centro de la lucha de los catalanes en 1714, pero nuestros políticos nos cuentan que si Catalunya, que si la recihpubliqueta, que si la llengua, que si lanació… Cosas que no tenían nada que ver con las razones por las que Barcelona resistió heroicamente el asedio borbónico.
La Verge de la Mercè, redemptora de captius, venerada des del segle XIII, quan un grapat de catalans va entregar la seva vida per la salvació dels cristians empresonats a Berberia. Así fue: San Pedro Nolasco fundó la orden de los mercedarios, religiosos que cambiaban su vida por la de los presos en tierra de moros. Qué lección para nosotros ver hoy a las ONG del sistema, que se forran desde la seguridad de sus casitas y subvens a costa de importar inmigrantes a las mafias africanas, y encima se les tiene por héroes. I és que els fariseus progres -com deia en Dostoievski- quant més estimen la Humanitat menys estimen el pròxim que tenen al costat seu.
Ayer salieron los barceloneses a acompañar a su Princesa por las calles de su ciudad, y así le cantaban con Jacinto Verdaguer:
Els reis moros tenen plenes
ses masmorres de captius
que al remor de les cadenes
ploren llàgrimes a rius.
Jesucrist no els abandona,
puix Nolasc els ha escoltat (…)
Oh captius de Moreria,
no ploreu ja de tristor,
que la Verge vos envia
missatgers del seu amor.
Donaran fins sa persona
per comprar-vos el rescat (…)
Barcelona enamorada
vos fa trono del seu cor:
puix del Cel li sou baixada,
feu-ne cel del vostre amor.
Vostre braç que esfor els dóna
sia sempre al seu costat;
Princesa de Barcelona
protegiu vostra ciutat.
Que la Mare de Déu de la Mercè nos proteja y ens deslliuri de l’esclavatge de les ideologies, del nacionalisme i la por.
Dolça i mercedària Catalunya…
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Recuerdo que después de hacer capitana general a la Virgen de la Merced, en una situación desesperada sin salida, Villarroel se unió a la lucha, lo que le valió ser encerrado en el castillo de San Antón de la Coruña, donde murió.
Es posible que, según los usos de la guerra, Barcelona fuese saqueada, ya no me acuerdo de la historia, pero sí que la población civil fue perdonada, entre ellos, Rafael Casanova, que acabó muriendo tranquilamente en su cama muchos años después y de trabajar de abogado.
Hay que recordar que Cataluña sí que juró lealtad a Felipe V cuando entra a España para reclamar su herencia.
Es después cuando parte de Cataluña, pero no toda, se rebela por las razones que sean (tal vez para poder seguir comerciando con Cerdeña, Sicilia y Nápoles, porque el conflicto separa esos reinos de la Monarquía Hispánica)
Es decir, que lo que hace Barcelona (mejor dicho sus élites, representadas por los Consejeros) es traicionar a su rey y reconocer como rey al pretendiente enemigo. Hubo una guerra, con un sitio muy duro, y el resultado fue el normal en una situación similar en toda Europa.
Aquí no hay nada de «libertades y privilegios» que defender, sino que una ciudad que había jurado lealtad a Felipe V se pasa al enemigo en una guerra internacional (probablemente los ingleses estuvieron detrás )
Gracias Dolcha.
A nuestras hijas ya no les llaman Mercedes. Ahora se llaman Lluna, Ona, y lindezas por el estilo.
Cuando tenga una, ya sé qué nombre ponerle. Gracias Dolcha!
Es que nuestras élites, tanto políticas (que tienen un poder inmenso sobre nuestra vida y hacienda) como culturales (lo que sale en las revistas del corazón, que influyen con su glamour ) ya no son ni aristócratas (en el sentido amplio, no sólo de sangre) ni católicas (para muestra un botón: la colorida vida «sexual» de esta gentuza)
Y la realidad es que en toda sociedad humana, que siempre es grupal y jerárquica, imitamos conscientemente e inconscientemente a los que creemos que son nuestras élites.
Es decir, que nos hemos convertido en un pais zafio, inculto y pasivo.
Automáticamente.
Naturalmente el hundimiento de la Iglesia Católica (prestigio), de la economía (oportunidades) y de la educación (escalera social a través del mérito) han tenido su parte.
Si se quiere ver de otra manera: Los que nos dirigen («lider») son bazofia pura de olor y nos está llevando directamente a la decadencia total como sociedad.
La decadencia social trae consigo la decadencia personal (lo que a su vez refuerza la decadencia social, porque la sociedad está compuesta de muchas personas )
Esto es así porque consideramos normal lo que hacen los que nos rodean.
(el hombre viene al mundo con el cerebro literalmente en blanco; todo lo que sabemos, como el idioma, lo hemos aprendido de alguien)
Si los que nos rodean son mediocres, pasivos y neopaganos, nosotros consideraremos normal ese comportamiento y lo copiaremos inconscientemente.
Lo peor es de todo es que este suicidio social lo estamos financiando con ayudas sociales, abortos gratuitos, subvenciones y evidentemente lo que pagamos a los partidos y a sus políticos (que, encima, ese dineral hace que vivan en una burbuja totalmente ajena a la realidad y que hace que no sufran sus idioteces y fracasos. Lo sufrimos los demás, el Pueblo )