Com els talibans, cancel.lant la història i la cultura catalana que no encaixa amb el nacionalisme.
Al salón de San Jorge se accede desde la galería gótica. Es la sala noble de la Generalitat, el corazón del poder político catalán. Allí se celebran los actos institucionales de más importancia, entre ellos la toma de posesión de los presidentes de la Generalitat.
El corazón del poder político catalán, el Salón de Sant Jordi en el Palau de la Generalitat, decora sus muros con gigantescas pinturas que representan hitos de la historia catalana pintats per pintors catalans: la Virgen de Montserrat y los Santos y Reyes (Josep Mongrell), la primera misa de Jaime I en Mallorca (Alexandre de Cabanyes), el Consulado de Mar (Antoni Utrillo), la batalla de Lepanto (Josep María Xiró), el Monasterio de Poblet (Josep María Martí), la batalla del Bruch (Juli Borrell), las Cortes de Monzón (Josep Triadó), el Compromiso de Caspe (Carlos Vázquez), la Reunión del Capítulo del Toisón de Oro en la Catedral de Barcelona (Arcadi Mas i Fondevila), el Casamiento de Isabel la Católica y Fernando de Aragón (Josep M. Vidal-Quadras) o el Recibimiento de Colón por los Reyes Católicos (Francesc Galofré).
A los nacionalistas no les gusta esa parte de nuestra historia y consideran las pinturas, todas realizadas por reputados artistas catalanes, como «españolistas».
Hace 10 años profetizábamos que esas pinturas no durarían mucho, con estas palabras: «no nos extrañaría que algún día nuestros ceballuts políticos gastaran los dineros del contribuyente en eliminar esta muestra de arte catalán por «poco catalán»». Explicábamos cómo el mismo Presidentet Mas, visiblemente incómodo por las preguntas de algún visitante ilustre a quien enseñaba el Salón, atribuía los murales de 1928 a «la época de la Dictadura» (quizás le disguste también el magnífico y fotografiadísimo puente neogótico sobre la calle del Obispo que une Generalitat y Catedral, terminado en las mismas fechas).
La realidad es la siguiente: al uruguayo Joaquín Torres García, hijo de mataronés y llegado a Barcelona con 17 años, le gustaba el arte y quería ser pintor. Trabajó con Gaudí, pero este vio sus obras y le recomendó que se dedicara a la enseñanza: no valía. A Prat de la Riba se el ocurrió encargarle la decoración del Salón de San Jorge de la Diputación (1913-1914). Però quan van veure el seu treball, la premsa va esclatar en crítiques fortíssimes, en Prat va suspendre la feina. El pobre Torres fracasó en todas sus empresas y regresó a Urugay, donde murió.
Durante el período de Primo de Rivera, aupado al poder por súplica de los nacionalistas de la Lliga para acabar con el pistolerismo, los asesinatos, las huelgas salvajes yel hundimiento económico (cosa que va aconseguir, per cert), el presidente de la Diputación Josep Maria Milà i Camps va encetar de nou els treballs, con nuevas pinturas sobre los desastres de Torres. Para realizarlas contó con una veintena de artistas catalanes. El embellecido Salón de San Jorge de la Diputación se inauguró el 23 de abril de 1927, diada del Sant Jordi. La pintura central representaba a la Virgen de Montserrat rodeada de todos los reyes que visitaron su santuario. Debajo hay un busto del Rey, que la Generalitat oculta con unos cortinones.
Durante la tolerantísima república (abril de 1932), Companys mandó retirar esta pintura por religiosa, igual que había hecho con los crucifijos de la Casa de la Caridad, cosa que supervisó Tarradellas; en su lugar puso una bandera catalana, lidolet de la superstició llazi. El Centre de Defensa Social de Barcelona va protestar sense èxit. El 1939 la pintura tornà al seu lloc original.
La vam encertar. Quim racisTorra anunció en 2020 que se cargaría las pinturas, y el gobierno de ERC+PSC ya ha licitado el proyecto de cancelación de 450 m2 de pintura mural y 858 m2 de lienzos por un total de 2,3€ millones. El motivo es que «se exaltan valores guerreros, el orden estamental opuesto al parlamentarismo, la monarquía perenne y sagrada, el Estado basado en el catolicismo como ordenador social, la lucha contra el islam, así como un patriotismo bélico e imperial»; a més a més «mayoritariamente acentúan la españolidad de la historia de Cataluña». Es decir: la historia de Cataluña no encaja con mi ideología, así que la cancelo, la suprimo y la doy por no existida.
I no s’ho perdin: la Gene diu que vol «reparar i reconèixer l’obra de Torres García», el tipo que echó de allí toda Barcelona por no tener ni idea de pintura.
Ni la Moreneta, ni Poblet, ni el Bruch, ni Lepanto, ni Fernando de Aragón, ni Jaime I, ni les Corts, ni Colom. Tot això ja no és pas Catalunya. El hecho es que resulta difícil encontrar documentos gráficos de las pinturas que decoran el epicentro de la Generalitat. Aquí les dejamos algunos.
El nacionalisme no és pas l’amor a Catalunya acceptant-la com és, sino la deformación de la misma. Y si hay que cancelar, se cancela para que la realidad encaje con la ideología, como hacen los talibanes con los budas de Afganistán.
Dolça i catalibanitzada Catalunya…
Categories: Arte dulce, Historia
En el lienzo de la Virgen de Montserrat podemos ver a un caballero portando una Real Senyera de Valencia. Insoportable todo lo que no represente a los ‘païsus’ esos.
Pobre gente.
«El que controla el pasado, controla el futuro»
y eso no lo paga la Generalitat, sino España.
Porque esta estafa y este engaño no es una democracia.
Estos chorizos de políticos nos toman por idiotas. Desde hace 44 años seguidos, que ya es tiempo.
Los tiempos cambian y ahora gobienan los satanistas y masones, toca poner algo de Marina Abramović, y un altar para sacrificar niños y niñas y algún espanyol que moleste
El único amor que puede sentir el separratismo por Cataluña, es el de esa Cataluña ambiciosa, especulativa, preparada para satisfacer la codicia de cuatro tiranos de la política que solo buscan hacerse con el poder de una región española que es verdad que vale la pena, pero vale la pena estando con España como ha sido siempre, por eso los independentistas miran la forma de eliminar cualquier conato de identidad que pueda existir con su odiada España. Para ellos España no es más que esa incómoda competencia que les hace sombra para conseguir sus idolatrados proyectos, por tanto hay que destruirla como sea. No dudan en usar las armas de la izquierda española que tanto disfrutaba ultrajando y quemando iglesias, aunque ahora han de ser más discretos y lo hacen destrozando sus obras de artes muy al estilo que lo hacían los nazis del Tercer Reich. Cualquier día quitarán la estatua de Colón que simboliza Barcelona posiblemente más que la Sagrada Familia, o incluso la misma Sagrada Familia porque se acordarán de la inspiración que tuvo el señor Gaudí en Tánger para levantar las torres de la iglesia, que se le ocurrió cuando diseñaba unos planos para construir un monasterio para una orden eclesiástica de España, es decir del terror de los separratas. Sigo sin entender como esta chusma política que son los independentistas, siguen todavía contando con votos a su favor.
Esto es pura barbarie, es apoteosis de la propia ignorancia, es destructividad, es discordia, es maldad, es odio, es estupidez, es suicidio. Por grave que sea el despilfarro de más de dos millones de euros, es lo que menos importa. Lo peor es la retirada de las pinturas en sí misma y lo que este acto significa. Lepanto fue un hecho histórico de gran importancia en la historia europea y mundial. La figura de Carlos I (o V) es igualmente de relevancia mundial. El encuentro de Colón con los Reyes Católicos en Barcelona a su regreso de la América recién descubierta es un momento de trascendencia histórica planetaria. Seamos sinceros: el papel de Cataluña en la historia mundial e incluso en la europea es en general bastante modesto. Barcelona no es Roma, ni Atenas, ni París, ni Viena, ni Madrid, ni Pekín, ni Londres, ni Berlín, ni Moscú… Precisamente estas pinturas conmemoran algunas de las no abundantes horas estelares en las que la ciudad y la región se vieron envueltas en hechos de trascendencia universal, raros momentos en los que Cataluña estuvo en el centro de la historia mundial. Y precisamente el recuerdo de esos instantes es lo que se quiere borrar. Pero tampoco los demás episodios representados merecen ser condenados y despreciados. En el peor de los casos, podríamos decir que se trata de un testimonio de cómo se entendía la historia hace un siglo. Me pregunto con preocupación qué sucederá (o qué ha sucedido) con las pinturas del mismo estilo que decoraban el paraninfo, la sala de juntas y el rectorado de la Universidad de Barcelona, el decanato de la Facultad de Filología, etc.
Esta barbarie condena a Cataluña al provincianismo, a la estrechez, a la miopía, a la mezquindad… ¡Nadie odia tanto a Cataluña como los nacionalistas catalanes!
Totalmente de acuerdo con tu comentario..👍
Saludos!
Hay que violentar muchisima la historia de Cataluña para «desespañolizar». Pero, ¿qué podemos esperar de estos payasos?
En su lugar pondran algo amarillo, del uductubre o alguna urna de plastiquillo, ej que son una pandilla de obsesionados
Harto es que dilapiden el dinero público, mientras muchos servicios básicos cada vez están más precarios.
Pero como discutía hoy con mi cuñada, son de «izquierda», con eso gran parte de la población justifica cualquier tropelía. No hay más.
Perdona pero no estoy de acuerdo contigo,yo soy catalán de izquierdas y odio a los desgraciados estos que quieren la independencia.empezando por los políticos y los indepes.asi que no nos metas a todos en el mismo saco
Pues el PSC es claramente indepe. Y la mayor parte de la prensa y teles progres no crítican estos comportamientos de los indepes
Esto me recuerda a los Nazis , solo falta empezar a quemar libros y cuadros el la plaza San Jaime
Unos llaman fachas a nosotros!! De pena!!!
Lo harán; lo harán.
Los libros -y el lugar y la fecha de impresión que tienen en la primera página- indican claramente dónde se imprimieron y cuando.
Y resulta que la gran mayoría de libros impresos en Cataluña desde el siglo XVI se han escrito en español.
Lo cual prueba sin ninguna duda que el idioma de lectura de los que se gastan el dinero propio en esos libros es el español.
(el catalán ha sido marginal, salvo en panfletos y hojas volanderas con poesías, por ejemplo)
Pero esto choca frontalmente con la verdad revelada por Pujol Ladrón y sus secuaces y prueba fehacientemente lo contrario.
Del mismo modo que los nazionalistas alemanes hacían hogueras por todas partes con aquellos libros «no alemanes», los nazionalistas pujoleros harán hogueras por todas partes con los libros que declaren «no catalanes».
Estos mismos fueron los que en el 36, destruyeron el 90% del arte sacro de Cataluña. No pararán hasta que destruyan el 100 %.