Els catalans en tenim com a mínim un… i es diu Felip VI.
Ha pasado sin pena ni gloria el aniversario de los lamentables hechos de octubre de 2017. Y como de costumbre Joan López, el Català Tranquil, pone negro sobre blanco la realidad catalana, muy alejada de los relatos interesados de unos y otros:
«En estas fechas, el drama es constatar que no pasa nada, pero que el daño ya está hecho, y que, además, sus responsables siguen en el poder con licencia para seguir empobreciendo a los catalanes.
El ‘postprocés’ es hoy como la enésima temporada de Gran Hermano. Se quedó sin audiencia. Los responsables del canal de noticias de TV3 3/24 se lamentaban la semana pasada que la retransmisión del debate de política general desde el Parlament les había hundido la audiencia».
Luego vienen los akelarres pagados por el Estado:
«Durante los poco concurridos actos organizados por el universo institucional ‘indepe’ para conmemorar sus fechorías, hemos visto como los asistentes, en su mayoría funcionarios de la Generalitat y de Ayuntamientos, profesores de escuelas públicas y concertadas y jubilados, quemaban fotos del Rey en Vich, de jueces a la puerta del juzgado de Valls, contenedores en la vía Layetana –intuyo que el fabricante de los contenedores es uno de los pocos beneficiados por el ‘procés’– y banderas de España en Gerona, todo ello amparados por la impunidad de un Gobierno autonómico y unos municipios que son los verdaderos organizadores, financiadores y asistentes a estos actos.»
¿Y luego se sorprenden de que no levantemos cabeza? ¿De que campe en nuestras calles la ley del más vándalo?
Pero más allá del cansino y limitante universo lazi, hay algo que sí vale la pena celebrar:
«Ayer, 3 de octubre, los catalanes no nacionalistas en particular y los españoles en general, a diferencia de los separatistas, si tenían algo a celebrar, el discurso del Rey Felipe VI, en el instante más oscuro de su reinado, esa noche del 3 de octubre de 2017 emergió una voz firme que transmitió confianza y vigencia del Estado de Derecho en medio de tanta ignominia: «Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos».
Ah! i com que en Joan siempre está sembrado, ens deixa aquesta perla de regal sobre els indults:
«Se ha puesto de moda en los círculos de poder, tanto de la Moncloa como de la Generalitat, decir que los indultos han sido un acierto porque han bajado la inflamación en la calle. Son libres de creerse su propia propaganda, las calles, por agotamiento, estaban ya vacías antes de la humillante liberación por parte de Pedro Sánchez.
El riesgo del indulto no está en el número de manifestantes, sino en el aval político que el mismo supone: «Nuestro juicio fue injusto y nuestro encarcelamiento político», dicen los políticos delincuentes condenados e indultados, y esa idea cala en parte de la opinión pública y se convierte en argumento para proseguir en el poder, destrozándolo todo con una sierra eléctrica política y económica cual Leatherface en ‘La Matanza de Texas’.»
Si el Català Tranquil no existís, hauríem d’inventar-lo.
Dolça i tranquila Catalunya…
Categories: Huid del nacionalismo
Pues, sí.
No se me había ocurrido, pero merece la pena celebrarlo y recordarlo.
Porque ahora podíamos estar como en Venezuela, una dictadura bananera, completamente arruinados y con buena parte de la población exiliada por razones de hambre.
Al menos Felipe VI demostró que aunque la mayor parte de las instituciones políticas no colaboraron o son golpistas, hay esperanza.
y mientras hay esperanza, hay futuro y hay vida.
El CONTRATO que compromete a GARZÓN y DELGADO con los NARCOS de VENEZUELA
Hay motivos. El Rey defendió la unidad de España y a los españoles que veíamos trontollar nuestra patria. Hay que decir que tanto el Rey como nosotros estamos solos. Lo que quiero decir es que no podemos confiar en nadie más mas que en nosotros. Pero al mismo tiempo no estamos solos porque somos muchos. Vaya lío que me he armado. Espero que se me entienda.