Para el Gobierno esto no va de clemencia, sino de trocear España
Aquí, esto de los indultos lo tenemos muy claro y así lo venimos explicando. Es lo de siempre, una nueva cesión que empeora la situación de los catalanes libres de nacionalismo a cambio del apoyo necesario para obtener el gobierno en Madrid. Una vesión más que, como tantas y tantas, solo sirve para dar más fuerza al totalitarismo nacionalista que intenta destruir nuestro país.
Y aunque hay mucho interesado y mucho palmero en favor de los indultos, también es cierto que hay personas de buena fe que piensan que esta medida es un gesto inteligente del Estado, una demostración de clemencia que lo refuerza y no una cesión.
Nosotros pensamos diferente y lo hemos argumentado, pero no dudamos de la buena fe de algunos de quienes sostienen esa interpretación. Aquí no tenemos la palabra «traidor» en la boca a la mínima, como sí les sucede a los nacionalistas. Pero para quienes piensan que los indultos son clemencia y no cesión, las declaraciones de la vicepresidente y portavoz del gobierno de España son un golpe bajo y letal:
O sea que esto no va de clemencia, sino de «contrapesar los poderes del Estado». ¡Toma ya!
Por contrapesar entiéndase ceder más y más a los nacionalistas (¿a alguien se le pasa por la cabeza que ese contrapesado pase, por ejemplo, por recuperar la competencia en enseñanza por parte del gobierno nacional?). Los indultos como pieza de una jugada de más amplio alcance y en la que quienes perderán derechos y libertades serán los de siempre: los catalanes libres de nacionalismo.
Després d’això (i no ho diu qualsevol, ho diu la portaveu del govern!), de debò encara creieu que els indults no són una cessió? La Carmen Calvo diu ben clar que sí.
Dolça i venuda als llazis Catalunya…
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Os quiero, DC. Pero un pedo es un pedo, y por mucho que lo borréis, no habrá forma de que yo lo llame margarita y que los demás me entiendan. No seáis fundamentalistas del lenguaje, como los nacionalistas más absurdos: la m* y su concepto existirán siempre. Prohibir una palabra no cambia su significado. Ni siquiera altera su existencia.
La m* existe, por mucho que os repugne, y debe haber una expresión para definir lo que es la m*, principalmente para que no existan equívocos a la hora de diferenciarla de lo que es el agua de colonia, o de otras cosas más satisfactorias o agradables. Renunciando a una parte de nuestro vocabulario estáis renunciando a una parte de nuestra expresividad, y por lo tanto a una parte de nuestra comprensión. Los que luchan por la libertad no prohíben la libertad de expresión. ¿O pensáis que no somos lo suficientemente cultos y educados como para saber cómo debemos expresarnos en cada momento, y que vuestro filtro es imprescindible? ¿De verdad creéis que vuestra tutela es irreemplazable para el progreso?
Lo sé. Estoy awaitando que me cago. (Otro awaiting). ¿Y pretendéis que os tomemos en serio cuando para defender la libertad hay que cagarse en todo? Hacéoslo mirar: son los actos, y no las palabras, los que ofenden a la inteligencia.
Para Rufianeitor: C*, c*, c*, c* c*, teta, teta, teta, pis, pedo, ñorda, caca, cacho pino, eructo, vómito, flatulencia, potorro, minga. La santidad consiste en hacer las cosas bien, no en convertir las cosas en un algo indescifrable por una serie de reglas morales que vosotros imponéis a los demás basándoos en vuestros más íntimos (e inconfesables) prejuicios. La caca es caca. Qué le vamos a hacer.
El pringao de Rufianeitor sigue empeñado en enseñarnos lo que podemos o debemos decir: ninguna diferencia entre él y las feministas más recalcitrantes. Los dos aseguran que lo hacen para luchar por nuestra libertad. Lo que pasa es que nuestra libertad ha de pasar, en un caso u otro, por su filtro, que no permite según qué expresiones. Seguid prohibiendo un simple c* frente a la prohibición de los conceptos, que vais bien.
Para Diana: Exacto. La ley es el conjunto de normas que definen el modo de convivencia que un país ha querido darse a sí mismo, no el conjunto de obligaciones que un gobierno quiere imponer a sus ciudadanos. Pero ni siquiera una cosa tan sencilla como esta son capaces de comprender. Nuestro Gobierno está convencido de que la capacidad intelectual de los españoles no llega ni a Fofito (Con todos mis respetos hacia Fofito, al que siempre he querido mucho desde niño). Pero ya está bien, hombre. Los gags de los Hermanos Tonetti estaban destinados a una pista de circo, no al gobierno de un país (ni a su adoctrinamiento a través de los medios de comunicación, Ferreras. Tienes pinta de un clown que ni siquiera sabe tocar el saxofón).
Querida Señora Calvo, métanse esto ustedes esto en la cabeza … Los españoles no vamos a permitir que destruyan nuestra patria y lo que ello supone. Los gobiernos de ESPaña , no están por encima de la Ley y mucho menos de La Nación política a la que deberían servir.
Queridos niños. niñas y niñes. Tenemos lo que aparentemente una parte muy importante de nuestros compatriotas quieren. En España y en Cataluña. Luego están los ****@¿!** que se abstienen. Yo creo que no tenemos remedio y tenemos lo que nos merecemos.
Ella misma se retrata: para empezar, la mejor política busca siempre la justicia, mientras que la peor política siempre es injusta; en segundo lugar, precisamente la política nació para extender el concepto de justicia a todas las capas de una sociedad compleja, al margen de la pertenencia a familias o clanes poderosos; y en tercer lugar, ¿cómo es posible que la vicepresidenta del Gobierno, que es el encargado de gestionar el Estado, diga alegremente que quiere «contrapesarse» a sí mismo mediante la prevaricación? Es evidente que pronuncia palabras, pero no sabe lo que dice. Como el loro de la barbería de mi pueblo.
Está como una » ciudad donde nació» sectaria.
Tabarniense, esa señora ha llegado a profesora de derecho constitucional como muchos otros han llegado a la docencia universitaria, especialmente en el campo de las letras. Mediante camarillas políticas. Lo de siempre: yo apoyo a tu candidato si tú apoyas al mío. A un profesor de historia medieval le llamaban Pepe Stalin y no creo que fuese por sus amplios conocimientos históricos. Pablenin podría ser otro ejemplo. Cuando uno ocupa un puesto, mete a los de su camarilla, con independencia de los méritos. Algo muy propio, por cierto, de la masonería.
Nadie pone en duda de que los indultos no son más que un «quid pro quo», o sea, una cesión en toda regla. Un truco más de PSOE-PODEMOS para seguir en Moncloa. Éso sí, a costa de los catalanes libres de nacionalismo. Y, sobre todo, haciendo oídos sordos a la consigna que los presos profieren siempre que tienen ocasión; es decir; que «volverán a hacerlo». Hay que ser cortito!!!
Esta señora es lo más prepotente, cínico y falso que he visto en mi vida. Justo como Sánchez.
Que lo mismo mañana te cuentan justo lo contrario con la misma vehemencia que defendían ayer.
Y sin pestañear.
A ver, ésto es muy sencillo:
La justicia y la política no deben interferir una en la otra. Se llama separación de poderes.
Ésto no se cumple en España.
Y los penados, sean quienes sean, deben cumplir sus penas íntegramente.
Da igual si se arrepienten, da igual si conviene o no que salgan a la calle, da igual cualquier excusa.
Más aún si el caso es de gravedad máxima contra el Estado.
Que en el caso de los golpistas, además, tuvieron una sentencia leve porque era rebelión, y gracias a la Abogacía del Estado (¡del Gobierno de Sánchez!) se quedó en sedición.
Que violencia sí que hubo, como se demostró en el juicio, y todos vimos en directo.
Además las penas no se cumplen nunca hasta el final.
Estos señores han estado saliendo y entrando todos los días, cachondeándose de los jueces, de la fiscalía y del Supremo.
¡Y de todos los españoles!
El indulto ya es darnos la puntilla.
Supone la vergüenza de nuestro país, aquí dentro y en el extranjero.
No olvidemos al Mocho, que aún entrará como «Rey de la república», sin juzgar, y meándose sobre nosotros.
Mientras Sánchez aplaude con cínica satisfacción.
Y esta señora es profesora de derecho constitucional… Ahí la llevas!
Y quienes perderán serán todos los españoles y la unidad de España.
El negosi de destruir a España en nombre de «contrarrestar los Poderes del Estado» (sic). Osea, que la libertad y los derechos civiles para los rojoseparatistas están por debajo que sus poltronas. Sin olvidar, que los rojoseparatistas de hoy ya nos trajeron una guerra civil, y que buscan volver a traernos otra que poder ganar.
Es su negosi.
Para «contrapesar los poderes del Estado» está Montesquieu