La cultureta del Règim no es fa lliures: ens fa esclaus dels llepasbuvens.

Christopher Dawson es un fenómeno de penetración filosófica en la historia. Dedicó su vida a estudiar docenas de civilizaciones y escribía durante 5 horas diarias en publicaciones y revistas históricas. Le llamaron de Harvard para ocupar la Stillman Professorship; antes habían pensado en Étienne Gilson y Jacques Maritain, pero le eligieron a él.

Dawson tenía muy claro que el nacionalismo era una ideología sucedáneo de la religión. En la época moderna habían surgido “3 principales sustitutos de la religión: democracia, socialismo y nacionalismo (…) emoción religiosa divorciada de creencia religiosa”.

Y ¿en qué se diferencia una ideología de una religión? “Una ideología (…) es muy diferente de una fe, aunque tiende a llenar las mismas funciones sociológicas. Es la obra de un hombre, un instrumento por el cual la voluntad política consciente trata de amoldar la tradición social a sus designios. Pero la fe mira más allá del mundo del hombre y sus obras; lleva al hombre a un grado de realidad más alto y más universal que el mundo temporal y finito al que pertenecen  el Estado y el orden económico. Por ende, introduce en la vida humana un elemento de libertad espiritual que puede tener influencia creadora y transformadora en la cultura social de los hombres y en su destino histórico, así como en su propia experiencia interior”.

¿Qué pasa cuando el sucedáneo ideológico anula el estímulo religioso? “Las grandes religiones constituyen los fundamentos sobre los que descansan las grandes civilizaciones. Una sociedad que ha perdido su religión se convierte más tarde o más temprano en una sociedad que ha perdido su cultura“ .

És lo mateix que deia el singular Hilaire Belloc: «Las culturas nacen de las religiones; la fuerza vital que mantiene cualquier cultura es su filosofía, su actitud hacia el universo; la decadencia de una religión implica la decadencia de la cultura – lo vemos con mayor claridad en el colapso de la Cristiandad de hoy».

Molt bé, i tot això a què ve? Pues al cartelito que va colgando Podemos (ací es fan dir Barcelona en Comú[nista]) por los barrios de Barcelona: «La cultura ens fa lliures». Si, como la frase de Jesucristo («La verdad os hará libres»), pero sin verdad y sin Jesucristo. Porque la verdad es la ideología de la Colau, que es una mezcla de socialismo, nacionalismo y democratismo, las cuales funcionan como sustitutos de la religión; y la cultura que sale de ahí no es cultura, sino alfalfa ideológica.

Y rematando con Dawson y Belloc, ¿cuál es la religión que sustenta la cultureta de Podemos? Fíjese bien en el bicho rojo con cuernos que asoma entre los libros. Ja ni s’amaguen, escolti.

Dolça i inculta Catalunya…

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