En Vos confío. ¡Feliz fiesta del Amor!
Avui se celebra la diada del Sagrat Cor de Jesús. ¿Y eso qué es? Pues nada: que Dios se hizo hombre y tomó un corazón de carne como el nuestro. Y como el corazón representa los afectos y sentimientos más nobles del ser humano, imagínese lo que debe haber en el corazón del Dios que murió por nosotros. I si no s’ho imagina, véalo en el vídeo de arriba; i si no, ja ens ho poetitza mossèn Jacinto Verdaguer con su lengua tan alejada del artificio tevetresesco:
Donaunos…
Donaunos…
Hoy es la fiesta del amor, del perdón, de la misericordia sin límites. El amor que triunfará también entre nosotros algún día, el que prometió al beato Bernardo de Hoyos en el siglo XVIII que “Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes”; el que profetizó después el poeta de Folguerolas:
«Batrà el Cor de tot un Déu
al pit de la raça humana;
son reialme serà el Món,
però son trono l’Espanya“
Confien otros en sus fuerzas, en sus ideologías, en sus políticos, en sus dineros, en sus talentos y virtudes, en sus subvens y banderitas; nosaltres confiem només en Vos. Regna ja, Senyor, no triguis, y cambia nuestro corazón de piedra por uno de carne. Bona diada d’amor, dolços!
Dolça i amorosa Catalunya…
Categories: Alma
Que arda nuestro corazón como ardía el de los bienaventurados discípulos en Emaús…
https://www.infocatolica.com/blog/caballeropilar.php/2006120954-el-padre-santiago-cantera-afi#more39779
Último párrafo de la entrevista al prior de la basílica benedictina del Valle de los Caídos, Santiago Cantera:
Para finalizar, ¿podría dar un mensaje final de esperanza para los lectores de InfoCatólica?
Dios es el Señor de la Historia. Y Cristo, el Hijo de Dios encarnado, es el eje de la Historia. La Historia hace referencia al tiempo y al espacio en que nosotros nos movemos, pero Dios reina desde la eternidad, desde el hoy eterno, y a esa realidad nos encamina a partir de nuestra realidad espacio-temporal.
Esta verdad nos debe infundir esperanza: una esperanza teologal, fundamentada en la fe y expresada y culminada en la caridad. Por más que las circunstancias que vivamos nos puedan aturdir y atemorizar, debemos tener una confianza absoluta en la Providencia amorosa del Dios que es amor, que por amor ha llevado a cabo la obra de la Creación y ha creado al hombre, y que por amor al hombre caído, ha manifestado aún un amor más grande enviándole a su Hijo para redimirlo y salvarlo.
Es un Dios-Amor que no sólo ha devuelto al hombre la amistad con Él, sino que incluso, por medio de su Hijo, ha otorgado al hombre la adopción filial como hijo adoptivo de Dios.
Y ahora, por medio del Espíritu Santo, encamina al hombre con sus dones y su gracia hacia la plenitud de la eternidad celestial, haciendo así un “hombre nuevo” que, por la bondad infinita de Dios, está llamado a participar de la vida íntima de Dios, vida de amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu Santo.
Esta convicción, bajo el amparo maternal de la Santísima Virgen María, nos debe llenar de alegría en medio de cualquier adversidad. Nunca se podrá arrancar la fe, la esperanza y el amor del alma del creyente, que confía en la victoria final de Nuestro Señor Jesucristo. Eso le dará fuerza para seguir adelante, luchando sin decaer frente a la adversidad.