Lo que ha passat avui a Catalunya ensorra el crèdit de les institucions catalanes.

¿Qué ha pasado hoy? Nadie lo sabe a ciencia cierta, porque ha sido como esos vodeviles en los que la gente entra y sale de la habitación por diferentes puertas entre las carcajadas del público. Però més o menys ha sigut això:

1. Hoy empezaba una sesión parlamentaria que duraría hasta el viernes. El viernes a las 12:00 la ANC había llamado a sus fieles a concentrarse en masa ante el parlamento para saludar a la «república».
2. Reuniones maratonianas tuvieron lugar anoche entre miembros de la coalición separatista. Ante la debacle económica y social, un sector liderado por Santi Vila convenció a Puigdemont de que convocara elecciones.
3. Empieza una negociación con el Gobierno para esa convocatoria. El separatismo impone 4 condiciones: liberación de los Jordis, no aplicar el 155, perfil bajo de la Fiscalía y retirada de la Guardia Civil y la Policía Nacional. O sea: impunidad y manos libres de nuevo per seguir remenant les cireres.
4. El Gobierno comunica a los negociadores que ellos también tienen 3 condiciones: volver a la legalidad, reconocer que no hubo declaración de independencia el día 10, y convocar elecciones autonómicas según el ordenamiento jurídico. Tot molt normal, porque ya no confían en Puigdemont y no están dispuestos a aceptar sus chantajes.
5. La Gene presiona y filtra esta mañana que las elecciones serían el 20 de diciembre. Serán anunciadas a las 13:30 en comparecencia de Puigdemont. La comparecencia se retrasa a las 14:30, y luego más tarde. Junqueras exige en privado y a gritos a Puigdemont que dimita, y que ya se encargará él de hacer la DUI.
6. Puigdemont comparece finalmente y dice:

«Antes de que expire mi potestad para poder convocar elecciones al parlamento (…) he considerado la posibilidad de ejercerla y convocar elecciones (…) una solución pactada y dialogada a un conflicto que es político (…) he estado dispuesto a convocar estas elecciones siempre y cuando se dieran unas garantías (…) No hay ninguna de estas garantías que justifiquen la convocatoria de elecciones».

Después explica las «garantías» que pedía, que son las que estaba negociando con el Gobierno:

• Retirada de «la aplicación del artículo 155».
• «Acabar con la represión»: o sea, que les tietes barbudes salgan de la cárcel, la Fiscalía deje de investigar el golpe y sus corruptelas, y que los Mossos sigan desobedeciendo la ley sin las molestias de los guardias y policías.

El día 10 también estaba prevista la DUI y acabó en Suspendència; lo de hoy es una Catxondència que destruye las instituciones catalanas para muchos años. Tot plegat un catxondeig èpic. Les relacions entre PDECAT i ERC estan trencades, els de la CUP ja no se’n refien, en Santi Vila está a punto de anunciar que ha montado un nuevo partido. Puigdemont ha cumplido el cometido que le encargaron las CUP: controlar a los Mossos y llevarnos a la revolución; ya no es nadie.

Y mañana más: el Senado vota el dictamen del 155, y al mismo tiempo el parlamento votará varias resoluciones. Probablemente se haga una DUI a mediodía del viernes. O no, porque quizás haya tránsfugas. Con el sol en lo alto, el nacionalismo enterrará Cataluña en la sima de la discordia y la ruina. La fuga de empresas se convertirá en estampida; el prusés dels somriures devendrá en Maidán.

Comença l’imperi dels fanàtics. Y estas cosas no las acaba sólo la ley, sino la resistencia alegre y decidida de los catalanes libres de nacionalismo en todos aquellos lugares donde se pretenda ahogar nuestras libertades. Empezaremos el domingo 29 a las 12 en Paseo de Gracia.

Dolça i astracànica Catalunya…

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