Tarde, pero cargados de razones.

Anteayer nos hacíamos eco del manifiesto de diversas personalidades del mundo del arte y las letras contra el referéndum ilegal y golpista que planean Purgamont y Junqueras. Algunos tarde y cobardiqueando («la culpa es del PP, buaaaaa»), pero bien; otro siempre han estado allí.

Vale la pena hacer un repaso a algunos de sus argumentos que confirman que la razón está de nuestro lado.

Tal y como recoje el diario El País, Eduardo Mendoza, flamante premio Cervantes, cree que el referéndum propuesto para el 1 de octubre es «un proceso descarrilado».

Juan Marsé, que también ganó ese premio, cree que «Lo que se propone el Govern es rigurosamente incompatible con un Estado de Derecho. No necesito otro argumento para rechazar tal propuesta». Y añade: «Me repugna el relato maniqueo del Govern, la desvergüenza y la impunidad con la que Puigdemont y Junqueras mienten al hablar en nombre del pueblo, al apelar reiteradamente y del modo más miserable del mandato del pueblo que dicen haber recibido. Y de esa empanada mental que llaman el derecho a decidir… Sí, vale, pero ¿a decidir qué? ¿Que nos vamos de España y de Europa?».

Para Francisco Rico el prusés se ha convertido en un ridículo desternillante: «Cada dos días, todos los teloneros flanqueando al presidente en un momento histórico, con las manos a la altura de los cerebros, y todos convertidos, por la situación grotesca, en caricaturas de sí mismos, como poniéndose motes a sí mismos: pelambres, el flequillo-tonsura, la chaqueta y la boca desarticuladas… Y mientras tanto los catalanes sin gobierno. No se lo merecen«.

El editor Jordi Herralde señala que «La independencia me parece objetivamente imposible por la correlación de fuerzas, el escenario internacional y la composición de la sociedad catalana, como demostraron las últimas elecciones. Eso, en el fondo, lo saben incluso muchos independentistas que no confunden la realidad y el deseo, por exaltante que éste sea».

Y la novelista Núria Amat, autora de la novela El Sanatorio, sobre las consecuencias del prusés sostiene que: «El 1-O es el último cartucho para engañar a los catalanes de buena fe«. Como «los trágicos nacionalismos europeos manipula a los medios, engaña a la población«. «No habrá referéndum», dice, «porque confiamos en la responsabilidad del Gobierno» para impedirlo «con los medios legales y demócratas a su alcance«. Y si surgen «las manidas urnas no hay que votar«, dice con énfasis. Los dirigentes del prusés, han dividido Cataluña «en amigos y enemigos». Según ella, «las trampas de la voz cantante del separatismo catalán recientemente instituido con el llamado Procés son bien conocidas por su insistencia en utilizar una propaganda similar a la de los trágicos nacionalismos europeos. Manipulando a los medios, engañando a la población. Son muchos los que callan, porque temen perder sus trabajos, su vida social, familiar.., ser marginados. Razones que conozco bien. He recibido amenazas, insultos, ninguneos. Si bien hay que decir que esta actitud represiva ha ido a menos. Como se ha comprobado con la publicación de mi última novela, donde los callados deciden luchar contra la masa manipulada que obedece por anticipado, encarna la homogeneización de las ideas, teme rebelarse y denuncia al discrepante».

Dolça i lletraferida Catalunya…

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