Un poco de razonamiento para aclarar lo del referéndum

Argumentos que tumban la frivolidad separatista.

ref-arcu

Si hay algo que hace rabiar a los separatistas es que les desmonten con sólidas argumentaciones las falacias en las que se apoyan. No es muy difícil, porque su discurso no se sostiene en el ámbito racional, pero se aprovechan de nuestro cansancio. Cuando has desmontado 100 veces una falacia separatista y ellos vuelven a la carga con el mismo rollo, inasequibles al malaliento, uno está tentado de tirar la toalla y darse por vencido: no hay peor sordo que el que no quiere oír.

Cita Falsa es un blog sostenido por un dolço, abogado, racional y sensato, que tiene el mérito de no cansarse y seguir desmontando los tópicos separatistas desde su blog.

Una de sus últimas entradas vuelve a abordar el tema de las mayorías necesarias en un referéndum. De su explicación, que recomendamos a quienes quieran profundizar en el asunto, destacamos los siguientes puntos, que nos parecen definitivos:

La irreversibilidad de la secesión tiene sus consecuencias: «La victoria de la aspiración secesionista determina una decisión de carácter irreversible. Por lo tanto, es exigible un resultado incuestionable ya que existe desequilibrio entre las consecuencias según se produzca victoria secesionista (irreversibilidad) o no (se puede repetir referéndum indefinidamente)”. “Un referéndum para la secesión ostenta un carácter extraordinario, por lo que el resultado debe cumplir unas cualidades acordes a la singularidad de la decisión.”

No vale con la mitad más uno: “Las premisas mencionadas conducirían, de manera irremisible, a exigir a la pretensión secesionista una mayoría cuantitativa y cualitativa. Es decir, mayorías reforzadas que la dotasen de legitimidad suficiente para acceder a la secesión”.

Aunque es razonable exigir, por ejemplo, 2/3 de los votos y un mínimo de participación, un mínimo muy mínimo sería al menos la mitad del censo electoral: “ese apoyo necesario en la mayoría absoluta del censo electoral, en contraposición a la mayoría simple de votantes que de forma implícita o explícita suele predicar el secesionismo. ¿Realmente una mayoría inferior a la mitad del censo electoral, es decir, inferior a la mayoría absoluta de la población afectada con derecho a voto, puede decidir escindirse de un Estado democrático y crear uno nuevo? ¿Es legítimo que esa decisión se tome sin contar con el elemento cualitativo?”.

Al separatismo se le ve el plumero: “en el mejor de los casos, busca una mayoría circunstancial que, ingenuamente, pueda ser aceptada como legitimadora de una secesión. Traducido al momento actual, se pretende hacer creer que 2 millones de electores pueden imponer a los restantes 3,5 millones la secesión”.

Respuesta a los que se quejan de que la abstención no se compute como secesionismo: “En el apartado de las objeciones, es cierto que la abstención se asimilaría a la postura contraria a la secesión, de modo que la postura secesionista tendría, teóricamente, desventaja. Sin embargo, se trata de una desventaja aparente: como se ha comentado antes, la victoria de la postura secesionista abre una vía irreversible, por lo que cuenta con todas las ventajas. Si gana, no corre el riesgo de una nueva votación. […] Según el secesionismo, una mayoría de la sociedad pretende escindirse del Estado y crear otro nuevo. Pues bien, si esa es la tesis, la misma se demuestra aportando prueba de que existe esa mayoría de la sociedad. Por lo tanto, es indiferente lo que piense el abstencionista o las presunciones que deseemos aplicarle: lo esencial es que el secesionista acredite que cuenta con un apoyo tal que le haga merecedor de la secesión y le dote de legitimación para crear un nuevo Estado. Y eso sólo se consigue con una mayoría que cumpla requisitos cualitativos.”

Dolça i racional Catalunya…

bastoncillo



Categories: En el Butifarrèndum, Huid del nacionalismo, Pensando bien

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26 comentarios

  1. La soberanía nacional existe yes patrimonio del pueblo español por algo.

    Por algo existe el pueblo español y no existe el pueblo catalán, sino ciudadanos españoles que nacen y/o viven en Cataluña.

    García es el apellido más común en Cataluña, será por algo.

  2. El lenguaje de la democracia habla de Constitución, de derechos y libertades individuales, de separación y equilibrio de poderes y, entre españoles, de integración en el mundo occidental, de ser como los europeos. Decía Santos Juliá. El reconocimiento de las peculiaridades de cada autonomía es un logro que pocos países europeos han querido hacer. España es mucho más homogénea cultural e históricamente que otros países de la U.E.. La plurinacionalidad es un invento perverso, utilizado políticamente por determinadas fuerzas y alentado por la falta de objetividad en la formación de las nuevas generaciones., donde se han primado mas las divergencias que las convergencias, y sobre todo los intereses locales de algunas autonomías.

  3. La clase polítiica y los medios de comunicación hablan, hablan y hablan que la constitucion no permite el referéndum, como si España empezara a existir en 1978, o sea los españoles no existíamos hasta que se sacaran de chistera la constitución del 78…
    Es todo tan absurdo…
    Al final esta clase política es mucho más ignorante que el pueblo llano, porque yo sí tengo claro que mis padres eran españoles, igual que mis abuelos, tatarabuelos, y así década tras década…
    Tengo claro que para decidir si España es España con Cataluña incluida tendrían que votar hasta los muertos…

    • Excelente, Catalana. Así es. Nuestros sentimiento de pertenencia a Es`paña no nos viene dado de ahora. Nos viene de nuestros ancestros, que amaban a España de una manera natural, que es la forma de amar de los humildes..

    • Muy acertado tu comentario, catalana, solo apuntar que los políticos nacionales que nos gobiernan, además de ignorantes en su gran mayoría, son aves gallináceas de vuelo corto y poco más. En este sentido cabe apuntar, que algo en lo que los nacionalistas nos llevan una sustancial ventaja, es en que tienen un objetivo clarísimo y toda su acción político-mediática está encaminada a ese objetivo, que es la segregación de una parte del territorio nacional del resto de España, es decir, que su supuesta ignorancia está al servicio del proyecto, cosa que no sucede en el bando contrario.

      Podríamos decir que unos son ignorantes por que sirve a sus intereses, y otros lo son por mera cobardía y cortoplacismo. Entre todos la mataron y ella sola se murio.

  4. Ese blog está muy bien /y admirablemente escrito además), y yo lo recomiendo desde hace tiempo. Pero creo que sobre este manido tema del referéndum de autodeterminación estamos cayendo sin darnos cuenta en la trampa tendida por la Mara Tresporciento. Porque jamás debemos participar en elucubraciones ni cuantificaciones sobre si la secesión la apoya un 51% del censo catalán, o sólo un 48%; que si una mayoría «legitimada» sería a partir del 75%, o de 2/3; que si las abstenciones tienen que contabilizarse como un «no» o como un «sí»… Cuando lo cierto es que ese NO es el problema, no. Que no. Y además ¡cuidado!, porque el día en que gracias a su propaganda, a su red clientelar y al adoctrinamiento escolar consigan ese célebre 75% de apoyo, ¡qué! ¿Qué haremos entonces? ¿Nos quedaremos sin argumentos contra el separatismo?

    La verdadera naturaleza de la cuestión es que, ni siquiera con un 99’99% de votos afirmativos (el 100% nunca lo tendrán mientras yo viva), estaría Cataluña legitimada para secesionarse de España. Porque ese es un asunto sobre el que deberíamos pronunciarnos TODOS los españoles, ya que ―parafraseando a Fernando Savater― tan español es un catalán, como catalán es un malagueño. Y no sólo se trata de que los catalanes quieran dejar de ser españoles, sino de que los demás españoles dejen de ser catalanes.

    Carece por tanto de importancia la proporción de habitantes de Cataluña partidarios de la secesión; del mismo modo que el contar con el 100% del apoyo de los que vivimos en mi casa no nos autoriza a pintar nuestro rellano del color que nos dé la gana, sin contar con el acuerdo de la comunidad de propietarios.

    Por favor, no piquemos. No entremos al trapo alimentando así un debate engañoso que no se debería producir.

  5. No se puede decidir lo que es y no es territorio de España. España es un hecho nacional histórico e indecidible. La Nación no es decidible. Ni con referéndums ni con plebiscitos, ni votando los del territorio que pretenden la secesión ni votando todos los españoles, porque no existe ni el ‘derecho de autodeterminación’, sólo para territorios colonizados, ni existe el ‘derecho a decidir’ que es un eufemismo del ‘derecho de autodeterminación’ que utilizan los mentirosos e ignorantes para intentar engañar y conseguir su objetivo. Si el 100% de los catalanes quisiese la secesión tampoco tendrían ningún derecho a llevarlo a cabo. La única manera de lograrlo seria declarando la guerra civil al resto de España y ganandolo.
    Escocia es una Nación no una colonia y por lo tanto no tiene el derecho de autodeterminación. Sin embargo pueden decidir (que no se llama ‘derecho a decidir’, que no existe) mediante un referéndum a romper con el acta de unión de 1707 que unió a la naciones de Escocia e Inglaterra.

  6. Renunciar al gran logro que significa que nuestra Carta Magna consagre que la Soberanía Nacional reside en el CONJUNTO DE LA CIUDANIA ESPAÑOLA, sería un retroceso sin precedentes y una vuelta a la división territorial de la Edad Media.
    Es lamentable que no exista un estrategia común de mínimos para hacer frente al, inteligente y científica estrategia del nacional-separatismo. No hay estrategia ni para combatir lo más elemental: el uso perverso del lenguaje.

  7. Y uno que no entiende de politica, se pregunta ¿como es que miembros de un gobierno en funciones, se tiene por un derecho que no le corresponde, tratar y pactar con un gobierno autonomico golpista, y que ilegalmente se pornuncia por no acatar ni la Constitución, ni las leyes que emanan del estado? a que juega este Rajoy y sus minsitros cuando ni se presentan en el Congreso para dar cuentas de sus actos, y allí si dicen que estan en funciones y no gobiernan. ¿En que pais estamos?

  8. Frivolidad es lo que destíla el razonamiento del bloguero en cuestión, ya que probablemente sin proponerselo ¿o sí? da pábulo a la posibilidad de un referendum, y a la divisibilidad de la nación, aunque en condiciones más exigentes que las que reclaman los separatistas. Me parece que cuando se entra en el paradigma mental del nacionalismo hemos perdido otra batalla, una más. Muy mal el artículo, y muy mal proponer condiciones, aunque sea con buena intención, para disgregar lo que muchas generaciones antes que la nuestra unieron.
    Son los separatistas los que tienen que buscar caminos para salir de la ilegalidad en la que llevan instalados décadas, que cedan ellos, no tenemos por qué hacerlo nosotros de nuevo.

    • Exactamente. Totalmente de acuerdo. Y el problema lo tienen ellos, no nosotros, muy bien dicho. Son ellos los que deben instalarse en la legalidad, y no los demás quienes tenemos que buscarles acomodo.

    • Fíjate que entre los requisitos está el de un referéndum nacional, en toda España, con participación y mayoría superior al de la Constitución. Esto está dentro de la legalidad. Por tanto, la posibilidad de referendo y de salida existe, ciertamente; pero dentro de la legalidad y, además, si se quiere que sea moralmente vinculante, debe contar con una participación y unas mayorías iguales o superiores a las que se obtuvo con la Constitución. Este referéndum no quiebra la soberanía, sino que la confirma.

      También te diré que la posibilidad de que los separatistas superen estas barreras legales y morales la veo, a día de hoy, prácticamente imposible. Por esto buscan vías alegales e inmorales alternativas. Lo que temo es que en estas trapichearías subterráneas no acabe algún zapatero cualquiera quebrando la soberanía en favor de los separatistas de distinto signo que, conociendo las miserias de estos personajes, no paran de ofertar y presionar. La víctimas, el precio a pagar, seríamos los ciudadanos no separatistas, que, una vez más y ahora de forma definitiva, nos veríamos privados de nuestros derechos y libertades para satisfacer a los siempre recompensados separatistas.

  9. El referéndum no es más que una válvula de escape para salir del lío en el que se han metido los políticos separatistas.

    Además:

    1.- Si España se puede dividir por un referéndum, también se podrá dividir Cataluña por el mismo sistema. Todo es divisible, incluso algo tan pequeño como el átomo
    2.- Si se realiza un referéndum tendrá que ser de aquí a treinta años, que es el tiempo que llevan los nacional-separatistas adoctrinado a la población.

    He dicho

  10. Uno fácilmente se pregunta con qué no estarán ahora mismo trapicheando los rajoyes-sorayas y los sànchez-chacones por debajo de la mesa con los separatistas. Da miedo pensarlo. En cambio, lo que sí me resulta imposible de imaginar es que adopten medidas para solucionar el problema nacionalista de fondo, es decir, limitar la capacidad de producción nacionalista en la educación, los medios de comunicación o el espacio público. Esta es la confianza que les tengo …

  11. Excelente reflexión. Recuerdo que Miquel Roca, cuando comenzó toda esta movida, observó algo muy sensato que ha quedado en el olvido:

    Para modificar un texto constitucional en asuntos tan fundamentales como la separación de la nación, se debería exigir, como mínimo, una participación y una mayoría iguales a las que se obtuvieron para la aprobación del texto que se pretende modificar.

    No recuerdo en este momentos los porcentajes participación y voto afirmativo que obtuvo la Constitución en Cataluña; pero sin duda deberían definir un mínimo.

    Por otra parte, no se pierda de vista el objeto de la votación: dividir una nación existente en dos partes constituye en si misma la división de un sujeto jurídico internacional preexistente, España. Está claro que la división de España afecta a todos los ciudadanos españoles, y, por tanto, todos ellos tienen y deben tener el derecho de decidir. Lo contrario sería profundamente antidemocrático.

    Deberían ser, pues, necesario superar dos niveles de votación: la participación y la mayoría que se dieron en Cataluña, para Cataluña; y las que se dieron en toda España para el conjunto de la Nación.

    La razones, como vemos, son contundentes. No obstante, lo que a mi realmente me preocupa es que, vista la altura de los políticos que desgobiernan España desde Madrid, no impongan la división sobre la base de pactos oscuros e inconfesable (práctica vergonzosa y constante durante el juancarlismo), saltándose toda garantía democrática. No me fío de ellos, los veo capaces de todo con tal de arramblar un poco tiempo más de poder o algo de dinero.

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