On és casa nostra, papà?

Famílies, esportistes, passejants es fan la mateixa pregunta.

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La millor ciutat del món!

És diumenge a la Carretera de les Aigües de Barcelona. Després d´una setmana de plujes i vents («marzo ventoso y abril lluvioso…») les famílies pujen al Tibidabo a passejar amb els nens. Els mòbils han quedat a casa. La mainada corre pel camí i queda bocabadada veient la dolça Barcelona als seus peus: allà la Sagrada Família sempre creixent, ací la bala brillant de l´Edifici Agbar, al fons la mar blava i plana com una bassa al Berguedà.

-«On és casa nostra, mamà? No la veig?»

-«Mira Maria, no veus allà baix el parc on anem amb l`àvia? Dons al costadet vivim nosaltres»

Un runner passa pel costat, suant, la mirada fixa al davant, gaudint i a la vegada patint, maleïnt les revirolles que fa la carretera i que allunyen la seva meta: la passarel-la de Vallvidrera, potser el mirador dels xiprers, fins i tot pels valents la baixada al merendero de Sant Pere Màrtir.

Els ciclistes van en grup, se sent el soroll de les rodes al terra sec però encara pesant desprès de les pluges. Parlen de la feina, dels amics, de les seves coses, mentre es preparen per agafar el proper viarany que els enfonsarà al paradís verd de Collserola.

«Saps, Joan, allò que veus allà és l´església del Tibidabo. Aquesta muntanya agafa el nom de les temptacions del dimoni al Crist: «Tot això et donaré si em veneres…Omnia Tibi Dabo». Ja saps que Jesús no hi va caure, però…quin goig que fa Barcelona oi?»

Allà baix a la ciutat els barcelonins descansen i gaudeixen d´un diumenge de primavera.

Sr. Mas, no és això «viure lliures»?

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Categories: Pensando bien, Tradiciones

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1 comentario

  1. También hoy hacía una mañana preosiosa en Madrid, mi marido y yo hemos dado un paseo por la Casa de Campo, un bosque autóctono que aporta verdor y tranquilidad al ajetreo de la ciudad. También aquí familias en bicicleta, niños jugando, parejas paseando, gente viviendo en paz y libertad. Y nosotros disfruntando de la mañana de primavera ajenos a la catalanofobia y a la hispanofobia, mi pareja, un madrileño que no tiene 8 aprllidos castellanos porque sus abuelos eran catalanes que a principios del siglo pasado emigraron a Cuenca y luego sus hijos a Madrid. Y yo misma, catalana, pero sin 8 apellidos catalanes porque mis abuelos fueron emigrantes que llegaron a Barcelona a principios del siglo XX, alli nacieron sus hijos y luego sus nietos, bisnietos y tataranietos.
    Quizás el Sr. Mas o el Sr. Junqueras nos puedan decir cuál de nosotros dos vive oprimido y tiene que defender su identidad catalana y luchar por su libertad. No somos un caso excepcional, al contrario, esta mezcolanza es lo más normal, pero… Quizá algún nacionalista nos pueda decir cuál de nosotros dos es más catalán, o menos, que el otro.
    Aunque ahora esto parece que no importa mucho, visto lo mucho que aprecian a los de Súmate por ej., o a los inmigrantes paquistaníes o sudamericanos o de dónde sean, si van con la estelada por delante. Ya renegarán de los que no tienen 8 apellidos catalanes cuando hayan alcanzado sus fines, como diría Pujol: paciencia, ahora no toca.
    Lo de los 8 apellidos, va por la película «8 apellidos vascos», estupenda, al menos te ríes un rato de los absurdos del nacionalismo, ya que a diario más motivos nos da para llorar.

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