14 catalanes para 1714.

Un libro reúne a gente que lucha contra la ruptura nacionalista de Cataluña.

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Cuenta FD Magazine cómo la periodista Begoña Marín está recogiendo testimonios de artistas, escritores y políticos. Dice que tiene amigos en catalanes «que consideran que los ‘españoles’ les odian, y que el gobierno central es el origen de sus problemas económicos. El separatismo no va a acabar con sus problemas, sino que va a ser el origen de una fractura social difícilmente remediable. Esto es algo que me preocupa y entristece. Hay demasiada demagogia que muchos medios nacionalistas inyectan en vena a los catalanes y que va directa a su corazón».

Buen diagnóstico. Parece que en el libro saldrán Boadella, Rivera, Fernández Díaz, Marhuenda, Ferrer Dalmau, Nart, Vidal Quadras… No está mal. La mayoría son gente valiente.

En Dolça Catalunya felicitamos a la sra. Marín, y le lanzamos una propuesta: entreviste a 14 docenas de catalanes normales. Celebridades y gente de la calle. Políticos, los justos. Convenza a otras 14 docenas de periodistas que hagan lo mismo. Y pregunten después en la Carrera de San Jerónimo por qué han vendido a esta gente al nacionalismo durante 35 años, a cambio de gobernar tranquilamente desde Madrid.

Felicidades por su libro.

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6 comentarios

  1. Boadella, Rivera, Fernández Díaz, Marhuenda, Ferrer Dalmau, Nart, Vidal Quadras…

    A esta gente el nacionalismo independentista procura criminalizarla afirmando que son botiflers, espanyolistas, etc y que todo catalán que no comulgue con el independentismo es un traidor.

    Aun recuerdo el discurso de la Forcadell donde decía que los catalanes que votan al PP o a Ciudadanos no son catalanes. Pues me parece que unos 800.000 votantes catalanes han perdido su derecho a ser catalanes, según esta señora..

    Un aplauso a quien se enfrente a la intolerancia y a la xenofobia de los «indepes».

    • no olvidemos algo importante, tiene ciudadanía catalana todo español, emigrante, catalán…. que reside y está empadronado en algún municipio de cataluña.
      la ciudadanía no es por nacimiento sino por residencia.
      un gallego que reside y está empadronado en un ayuntamiento de gerona, tiene la ciudadanía.
      igual que un marroquí, hindú….
      la independencia no es de los territorios, solo de las personas.

  2. Despierta España !!

  3. Lo de habernos abandonado y vendido a los nacionalistas es acertado. Algún día se escribirá que la actitud de los dirigentes del Psoe y Pp puede ser considerada un acto de Lesa Patria y, por tanto, un acto de lenidad y un delito de traición. En cuanto a Izquierda Unida, sigue estando donde estaba: junto a todos aquellos que cuestionan a España.

    • Buenas tardes Antoni:

      En mi opinión nadie nos ha vendido a los nacionalistas. Creo que desde la transición y durante los últimos treinta y cinco años, el sentimiento de España, como nación, fue arrinconado por los prejuicios acumulados contra el régimen del General Franco.

      El franquismo acaparó y utilizó «la españolidad» en beneficio propio. Un concepto histórico, popular y socialmente arraigado, también entre sus contrincantes republicanos, para consolidar la legitimidad de su gobierno y asegurar su continuidad durante el larguísimo periodo de cuarenta años. Un grave error que acabaría confundiendo dictadura con la «imposición» de una caricatura españolista, llegando a provocar un rechazo acusado, entre los años 70 y 80 del siglo pasado.

      La izquierda española de posguerra, utópicamente afín al «proletariado internacional soviético» antiburgués, fue durante muchos años, y en gran medida lo sigue siendo, alérgica a cualquier connotación «patriótica», a pesar de que la URSS no se privó de fomentar el patriotismo «ruso» de fronteras adentro. De otro lado la derecha, acomplejada sobre este tema, ha pasado «de puntillas» sobre la cuestión «nacional» de España, que sospechaba podría actuar electoralmente en su contra.

      Incluso la Corona ha sido especialmente cauta en esta cuestión, a pesar de que Don Juan, conde de Barcelona y padre del rey, se negó a colaborar con el franquismo, lo cual le costó el trono, pero se pasó la vida proclamando su condición de «patriota español».

      El nacionalismo catalán, que ha gobernado durante treinta y cinco años de democracia en Cataluña sin oposición, en la práctica sólo ha significado la consolidación de una oligarquía, cuyo ejercicio del poder en poco tiene que envidiar al régimen de Franco. Y tras muchos excesos, destinados al adoctrinamiento social masivo para consolidarse en el poder, lo que denominan «fer país», la aspiración secesionista y la anunciada vulneración del consenso democrático, ha sido la gota que ha colmado el vaso.

      Por eso correspondía a los catalanes del siglo XXI, redescubrir la españolidad como un rasgo que ha definido naturalmente la vocación universal de la sociedad catalana y su sentimiento patriótico compartido con el resto de España, muy alejado de los actuales mitos y prejuicios identitarios imbuídos artificiosamente por el nacionalismo local. Empezando por el biligüismo, equilibrado y efectivo, que practica, sin ningún género de complejos la sociedad catalana .

      Un saludo afectuoso.

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