Ahora sólo vemos la tele de la Generalitat.
En junio de 1713 se supo que las tropas inglesas embarcaban y abandonaban Barcelona a su suerte frente a los batallones de Felipe V. Pueblo, nobleza y clero sabían que no había nada que hacer. Tal vez un pacto hubiera preservado los fueros catalanes; pero al fin imperó el temerario arrebato típicamente español, motor de tantas glorias como fracasos, que en Cataluña llamamos rauxa.
No obstante, el espíritu popular no perdió el seny. ¿Qué sucedió? Cuenta Francisco de Castellví dos anécdotas al respecto:
– El pueblo se dio cuenta de que la Liga se había deshecho, y de que a los barceloneses les aguardaba la derrota. Por las calles de la ciudad se oían en la noche voces con sonidos de campanillas, cantando versos como este:
«Inglesos han faltat, portuguesos han firmat, holandesos firmaran, i a la fi nos penjaran»
– La gente supo que en adelante se representaba una comedia. España sólo era el tablero internacional donde Francia e Inglaterra habían jugado sus cartas geopolíticas. Los fueros catalanes iban a pagar el pato. Por eso se vio fijado en muchas calles un pasquín del tenor siguiente:
«Comedia: la evacuación.
Personas que hablan en ella:
España, el culo del fraile;
Nuestros fueros, limpiadera;
La esclavitud, necesaria;
y toda la Liga, mierda»
Hoy ni siquiera se trata de dar la vida por los fueros de Cataluña, sino del egoísmo del espanyaensroba y de la imposición de una ideología a la Cataluña que desea seguir siendo catalana y española.
Hoy ni siquiera tenemos la irónica clarividencia de hace 300 años. Pero vemos claro que nada bueno traerá a Cataluña saltarse la ley, abrazarse a una ideología negativa y dividir a sus hijos.
Seny.
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