Otro caso de resentimiento y tergiversación histórica.
Un grupo de nacionalistas ha organizado el Catalan Bay: un autotitulado «primer club del mundo, fuera de Gibraltar, que apoya al ‘equipo nacional de fútbol’ gibraltareño». Su intención es apoyar al equipo de fútbol de Gibraltar organizando reuniones para ver los partidos, pues lo consideran un ejemplo para la «futura» selección catalana. La política es masoquista, pues no deja de tener mérito tragarse soporíferos partidos del que seguramente será el peor equipo de Europa.
El nombre de Catalan Bay ya tiene más delito, pues es una referencia del desembarco en Gibraltar de 350 soldados catalanes en 1704, conjuntamente con tropas anglo-holandesas. Desde entonces la playa se llamó “Catalan Bay”. Ello ha sido motivo de que los independentistas se vanaglorien de haber ayudado a los ingleses en apoderarse de Gibraltar. Incluso un consejero de la Generalitat, el Sr. Homs, se jactó hace unos meses de este logro. Alguien le tendría que recordar al señor Homs que, le guste a no, la Generalitat es una estructura del Estado español y, por tanto, trabaja para España. Y que los catalanes que desembarcaron con los ingleses estaban tomando una posición española en nombre del rey de España. Aunque después los ingleses decidieran quedarse y no devolver la plaza.
Y una nota curiosa: aquí no se aplica la «normalització». Todo está en inglés.
Sorprendentemente, los nacionalistas olvidan que los catalanes lucharon junto a los ingleses en esa fase de la guerra de Sucesión para librarse del rey francés y contribuir a la coronación del rey austríaco en toda España. Como decía la ciudad de Vic por carta a la reina de Inglaterra en 1705: «debiendo nosotros a las armas de V.M. el establecimiento del reino de nuestro monarca en este Principado, esperamos de la real generosidad de V.M. tendrá a bien continuar los socorros para conquistar lo que queda de la monarquía, la liberación de la cual será su propia gloria». Es decir: «gracias por ayudarnos a restablecer al rey Carlos, y por favor siga ayudándonos a recuperar toda España».
Estas anécdotas ayudan a comprender el fondo deformador y negativo del nacionalismo: la cuestión no es defender el bien común de Cataluña, sino apoyar todo lo que fastidie a España y tergiversar lo que manifieste la hispanidad de los catalanes.
Categories: Huid del nacionalismo
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