Un missatge de germanor per a la divisiva presidenta Sheinbaum.
Hace unas semanas la presidente de México, una tal Sheinbaum (sisplau passi per l’astequitzador de cognoms), desde su palacio español se negó a invitar al Rey a su puesta de largo porque no había pedido perdón por la conquista de México; normal, porque nadie pide perdón por hacer el bien.
Hoy el consulado de México en España ha amanecido adornado con una pancarta: «12 de octubre, mucho que celebrar».
Firma el Frente Obrero.
¡Felicidades México, Felicidades Nueva España, felicidades Hispanidad, bona diada germans!
Dolç i hispànic Mèxic…
Categories: Mejor juntos
«1-O, res a celebrar».
«12-O, molt a celebrar».
A la Sra. Sheinbaum, así como a su predecesor y a otros adeptos a la incultura profunda les vendría bien aprender un poco de historia, que van con más de un siglo de retraso.
En 1893 se publicó en Chicago un libro titulado: «The Spanish pioneers» (reeditado en 1929 con el título «The Spanish pioneers and the California missions»), escrito por el periodista, etnólogo y, finalmente, hispanista Charles F. Lummis.
Lummis se había dedicado a recorrer California y Nuevo Méjico y acabó enamorado del suroeste de Estados Unidos y de sus habitantes españoles y nativos americanos, de su cultura y mestizaje. Es así como empezó a interesarse por el legado español en América, por las misiones y hasta por las Leyes de Indias.
«The Spanish pioneers» fue el pilar sobre el que se asentó la futura escuela de hispanistas anglosajones.
«The Spanish pioneers» fue traducido al español por Arturo Cuyás en 1916 con el título: «Los exploradores españoles del siglo XVI : vindicación de la acción colonizadora española en América.»
En 1930 llegó a la undécima edición y en 1945 se editaría también en Méjico y Buenos Aires. En 2017 se volvió a reeditar en España.
Tenemos la tremenda suerte de poder leer, en la Biblioteca Digital Hispánica, la edición de 1930.
Esta edición, ampliada, lleva nuevas fotografías(*) y una biografía del autor, así como una dedicatoria especial debido al fallecimiento del autor el año anterior:
«LOS EXPLORADORES ESPAÑOLES DEL SIGLO XVI EN AMÉRICA
Edición Nacional
Homenaje de España agradecida a la memoria de CARLOS F. LUMMIS el generoso e impertérrito escritor, que desde 1890 se atrevió a proclamar la obra altamente civilizadora de España en América, en contra de las calumnias seculares amontonadas sobre la raza hispánica.»
Leer en: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000210257
(*) En la página 7 del libro está la foto de C. Lummis luciendo la encomienda de Isabel la Católica, otorgada por el gobierno español, y dicha foto lleva una dedicatoria singular: «Viva España, madre de América«
Pero es que Lummis no es un corrupto POLÍTICO, por lo que no necesita mentir o manipular a las masas.
De hecho Lummis fue un enamorado de la cultura hispana e indígena del suroeste de Estados Unidos y se preocupó de promocionarla y hacer que se reconociese como parte integrante de Estados Unidos, porque hasta entonces la única cultura reconocida era la inglesa.
(tambien Walt Witman criticaba esto y pensaba que había que reconocer la cultura hispana como parte de lo que es EEUU)
¿Leíste «Hojas de hierba»?. En los años 70/80 se puso de moda. Yo tengo la edición de Mayol-Pujol de 1980. Muchas de sus poesías me gustaron, otras me parecieron supra-nacionalistas yanquis. En sus poemas lo hispano no existe. Si al final de su vida entendió que había «algo más allá de lo yanqui» me alegro un montón, no lo sabía.
https://www.perfil.com/noticias/sociedad/eeuu-walt-whitman-inauguro-el-american-way-of-life.phtml
Por cierto, ¿Has leído «Viracocha» de Alberto Vázquez Figueroa?.
Un aperitivo:
https://www.google.es/books/edition/Viracocha/ytBzEAAAQBAJ?hl=es&gbpv=1&pg=PT4&printsec=frontcover
Yo no soy mucho de decir «Día de la Raza»; aunque fuese la palabra típica en todo el mundo a principios del siglo XX.
Pero si pensamos en ello, la verdad es que es la palabra justa.
No porque sea una cosa del ADN (aunque también), sino porque lo que celebramos es una nueva sociedad von una cultura, una religión y una lengua comunes.
No es, como dicen los marxistas, el descubrimiento de América (porque para denigrar al occidente cristiano «América ya estaba descubierta»)…
Por eso mismo no se celebra, por ejemplo, el «descubrimiento» de las Molucas, a pesar de las importantes consecuencias económicas y culturales que produjo en Europa.
Pero hubo un antes y un después del 12 de octubre: un montón de pueblos que, unidos por el mestizaje, formaron una entidad más grande, mucho más próspera, pacífica y culta.
Por mucho que los neomarxistas y Soros se empeñen en negarlo todo, la Historia, la realidad y la ciencia del ADN gritan lo contrario.
Pero es despreciable el nivel de MAMARRACHISMO al que ha llegado Hispanoamérica. Un nivel de demagogos, cantamañanas, vividores, saqueadores, explotadores… de sus propios pueblos que avergonzaría al peor de los tiranos de la Antigüedad y al más extravagante de los reyezuelos, presidentes y dictadores africanos. A mi como español me avergüenza mucho de lo que hay en Hispanoamérica. Esas indias y mestizas que se tiñen el pelo de rubio, esos nombres extravagantes, ese arrastrarse detrás de lo anglosajón, ese renegar de lo que han sido y son, ese querer ser más gringos que los propios yanquis, esas músicas exageradamente obscenas… Doscientos años después, hermanos hispanoamericanos, están ustedes peor que cuando eran tan españoles como mis antepasados de la Península. No les arriendo la ganancia. Espabilen de una vez o acabarán desapareciendo por la cloaca de la historia divididos en taifas y vestidos con con plumas y taparrabos, explotados por unos mamarrachos con uniformes espérpénticos y ridículos y unos tipos con trajes a medida cuya máxima preocupación es beber whisky como gringos, teñirse el pelo, comprar casas en Miami y conseguir que los hijos de ustedes se dejen explotar.
México nació gracias a Hernan Cortés.
Y México perdió el 50% de su territorio; y perdió ser la nación más rica del mundo; y los indígenas mexicanos volvieron a ser esclavos pero de los anglosajones, gracias a su independencia. Independencia que supuso un genocidio de españoles contra españoles.
Desde entonces México, nación maravillosa que conozco, es un Estado fallido. Y lo es gracias a los políticos y a los cárteles.
Pues eso. Mucho que celebrar, hasta que se independizaron y caos.
En la guerra de 1846-1848 dejaron de existir como país independiente «de facto». Si el país entero no fue anexionado por los Estados Unidos hasta el Istmo de Tehuantepec – tal y como contemplaba el plan inicial de invasión -, fue porque una comisión de próceres en Washington, evaluó que los mexicanos no entendían ni iban a participar de la idea de grandeza, libertad y progreso emanada del acta fundacional de los Estados Unidos. Vamos, que no eran asimilables ni homologables al «gran sueño americano». Eso sumado al racismo de las élites protestantes, que rechazaban el mestizaje como factor de integración.
La razón por la que México no fue anexionado, porque efectivamente USA ganó la guerra, fue que Mexico estaba llena de «browns», esto es, de hispanos. Y los norteamericanos, como los ingleses, eran muy racistas.
Y eso que los masones que integraban la municipalidad de México celebraron en un banquete la conquista y anexión de Texas y Nuevo México por los Estados Unidos y brindaron para que los yanquis les conquistasen pronto para ser Colonia de Estados Unidos.
Sobre todo, porque el gasto en vidas y de material militar por atacar los pueblos y ciudades grandes de México, serían muy considerables al se atacar a las pequeñas misiones y aldeas del México usurpado. Usurpado gracias a la masonería mexicana al servicio de la Unión Americana de Washington y compañía. La misma masonería que acabó con las provincias españolas de ultramarcen 1898.
México siempre ha sido el prostíbulo de los USA. Igual que Portugal de Inglaterra. Y todo gracias a la masonería.
México era el país más rico del mundo desde el siglo XVI hasta la independencia de España, y se arruinó y destruyó a su sociedad, para que los USA se desarrollaran.
Y Portugal era un imperio de primer orden, cuando se asoció con un reino de tercera división llamado Inglaterra. Y curioso, Portugal se iba yendo al carajo mientras Inglaterra crecía y crecía.
Me recuerda a un refrán que dice: ser nosequé y poner la cama. Pues eso.
Perdió el 61% de su territorio ante Estados Unidos, sin contar con Filipinas, Guam, Palaos y las Marianas, porque la Capitanía General de Filipinas formaba parte del Reino de la Nueva España y se mantenía con dinero novohispano.
¡Pues, claro que sí, hombre!
Ya basta de tragarse la leyenda negra masónica protestante y arrodillarse ante estos hijos de Satanás.
Somos lo que somos, como sucede con cualquier pueblo; y eso está muy bien.
El haber realizado una de las más asombrosas gestas de la humanidad y creado un mundo nuevo, el mestizaje católico, es para celebrarlo, no para avergonzarse; muchísimos para condenarlo.
Estas falsas acusaciones nunca hubieran pasado si fuéramos protestantes y hubiéramos asesinado a los indígenas, como los masones hicieron en América y Australia.
Por cierto, que si la Presidenta de México no le gusta vivir en un pueblo de católicos mestizos, que se vuelva a Lituania y deje de sembrar odio y cizaña.
Es judía? Pues a Israel.