Todo por seguir en el poder.

Teresa Freixes, catedrática catalana, doctora en Derecho y pluridoctora honoris causa por varias universidades, soplamoquera del nacionalismo desde la primera hora del prusés (lo que li va fer el 2013 al pobre Quico Homs no té nom), valiente, inagotable, prudente y firme, reflexiona en La Razón sobre la «ley de amnistía» que el Gobierno del PSOE está tramitándole ya al separatismo para agarrarse al poder otros 4 años:

«Las enmiendas que se acaban de introducir, con la finalidad de dar satisfacción a los delincuentes que perpetraron el golpe contra el orden constitucional en Cataluña, no tienen otro objeto que asegurar la finalidad primigenia de tal norma, que no es otra que garantizar la permanencia en la Moncloa de su actual inquilino a cambio de los votos del secesionismo, especialmente de Junts (…) 

Pretenden hacernos creer en la legalidad y legitimidad de una norma que no cuenta ni con los requisitos de adecuación a la Constitución (…) lo que sucede es todo lo contrario. Cada vez que la modifican, empeora. Las enmiendas recién aprobadas, relativas a la inclusión de los delitos de terrorismo, de los de malversación y de los de alta traición (…) contribuyen a rebajar el estándar de calidad que ya fue advertido por la Comisión de Venecia en el borrador filtrado».

Y la doctora Freixes lo argumenta:

• Amnistía a delitos de terrorismo: distinguir entre los que provocan graves violaciones en los derechos humanos y los que no es contrario a la legislación europea e internacional, pues todos los delitos de terrorismo violan los derechos humanos.
• Amnistía a delitos de malversación: exceptuar los casos de enriquecimiento personal contradice la legislación europea, ya que construirse las «estructuresdestat» con nuestro dinero es un dispendio ilegítimo.
• Amnistía a los delitos de traición o contra la paz: no cabe legitimación de un golpe contra el orden constitucional.

Per lo tant:

«Lejos, pues, de favorecer la convivencia, de cerrar un capítulo de nuestra historia reciente, lo que con esta ley se va a producir es una ruptura todavía mayor en nuestra vida política, económica y social. Lejos de adoptarse, como indica en su borrador la Comisión de Venecia, por una amplia mayoría generadora de consenso, como es propio de las normas con gran trascendencia constitucional, vamos a contar con una ley de impunidad impuesta por una exigua mayoría numérica, impropia de los sistemas basados en el Estado de Derecho, la democracia y los derechos humanos».

Gràcies, doctora.

Dolça i despotitzada Espanya…

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