La mani de los catalanes libres de separatismo del pasado domingo fue una fiesta, que combinó alegría y valentía y llenó el Paseo de Gracias y calles adyacentes de senyeres catalanes i espanyoles (¡qué gozada, los gritos consecutivos, de Visca catalunya! ¡Viva España!), les nostres, les de tots. Un exitazo, como se constata viendo cómo rabian los lazis.

Ah! tampoco se quemaron contenedores, ni se agredió a ningún policía, ni se coaccionó la libertad de nadie,… bueno, hay que confesarlo: alguien tiró una bolsa de patatas al suelo, pero la organización ya ha anunciado una rueda de prensa para pedir perdón al archillepasubvens José Antich Valero.

Vamos, lo de siempre…

Aunque en esta ocasión no todo es lo de siempre. Hay algunas novedades interesantes que no se habían producido hasta ahora:

1. Los lazis, rabiosos, cortaron vías de tren y carreteras para impedir que catalanes de otros lugares llegaran hasta Barcelona. Es el hitlerito que siempre asoma en el nacionalismo y que hasta ahora habían escondido mejor que peor. Sus coacciones a la libertad y a nuestro derecho a manifestarnos demuestran que esto no va, no ha ido nunca, de democracia, sino de imposición, por las buenas o por las malas, de una ideología totalitaria y liberticida. Y si no, que se lo expliquen al bueno de Gregorio Luri:

2. Conciencia de que somos la Resistencia: todo el aparato del estado está con los lazis, no nos tenemos más que a nosotros, pero ni se imaginan de lo que somos capaces. Lo experimentaron los franceses durante la Guerra de Independencia, y ahora lo experimentan los lazis: dónde hay un catalán libre de nacionalismo hay un valiente que no se deja pisotear.

3. Se jactan de que els carrers seran sempre nostres, y no dudan en pegarles fuego. Pero no cuentan con nuestra arma secreta: el sentido del humor. Ja podeu anar cremant, que els extintors seran sempre nostres!

4. Esta vez, hay que reconocerlo, los dolços estaban bastante hartos e indignados. No hay para menos: la ola de terrorismo callejero desatada por el tsunami burrocràtic (pagado y dirigido por una burocracia, la que dirige RacisTorra, repleta de burros) es inadmisible. Ya los da Artós gritaron, bien temprano, que «estamos hasta los huevos». Como esta catalana que pone de manifiesto que los lazis no s’estimen Barcelona (ni Catalunya, només el seu ídol), o este catalán, que retrata el penoso estado de nuestras universidades:

5. Ah, i per cert: el Rey bajó con los jóvenes de Artós hasta plaza Cataluña. Estuvo informal y cercano, envoltat del jovent més fresc i valent d’Espanya:

Dolça i renovada Catalunya…

Categories: Mejor juntos

Tags: 27-10-19