Reflexiones políticamente incorrectas de Valentí Puig

Tras las condenas, minutos de silencio y concentraciones, los retos siguen ahí.

Valentí Puig es una de las personas de más seny con las que contamos. Riguroso observador y analista del presente, sus juicios certeros y equlibrados siempre ayudan a comprender mejor el complejo mundo en que vivimos.

Puig acaba de publicar en The Objective un texto que vale la pena leer con detenimiento pues, sin aspavientos, plantea los importantes retos a los que nos enfrentamos tras el golpe del terrorismo yihadista… y están en las antípodas de los que nos quiere imponer el prusesismo:

«La respuesta vital del pueblo de Barcelona al atentado yihadista ha sido ejemplar, desde la recuperación inmediata del pulso de la ciudad a los héroes anónimos o al “No tinc por” de la Plaza de Cataluña, nucleado por la figura de Felipe VI. Imparable, la vida prosigue sin amedrentarse pero el problema seguirá siendo, como en otras ciudades atacadas por el terror islamista, la gestión racional del día después. Es decir: tras el paradigma emocional de humanidad unida en el pesar, al volver a lo cotidiano seguimos sin reconocer que alguien nos ha declarado la guerra y que hay que responderle en su condición de enemigo, mirarle cara a cara como lo que ha decidido ser atacando a una sociedad que vive en el respeto a la ley, la separación de Iglesia y Estado, los plenos derechos de la mujer, la libertad de expresión y la resolución del conflicto por el Derecho. Aun siendo las circunstancias políticas de Cataluña las que son, es evidente que las tramas yihadistas llevan largo tiempo asentándose en el Levante español al margen de las vicisitudes políticas. Barcelona era un objetivo yihadista con o sin independentismo. De todos modos, no puede soslayarse que la incertidumbre institucional y el enfrentamiento del secesionismo con el Estado, con un referéndum ilegal a meses vista, no contribuyen a la respuesta más efectiva cuando una furgoneta asesina zigzaguea por la Rambla. Uno puede preguntarse si los mossos d’esquadra, modélicos en su operativo pronto y eficaz, hubiesen tenido una mejor y más clara capacidad de gestión de no haberse producido –y cómo- los cambios recientes en la consejería de interior. La prioridad era y sigue siendo garantizar la seguridad de la ciudadanía y no hacer apuestas sobre a quién deben obediencia los mossos sino es a la ley.

Por ejemplo, el conseller anterior dejó su cargo por implícitas discrepancias con el proceso independentista y por idénticas razones dimitió el director de los mossos. Tanto el nuevo conseller como el nuevo director de la policía autonómica –quien decía que los españoles le dan pena- no ocuparon sus despachos en virtud de su conspicua experiencia en cuestiones de seguridad sino dada su fidelidad al proceso y a la necesidad secesionista de controlar el aparato funcionarial y concretamente policial para el caso de una declaración unilateral de independencia, precisamente cuando la CUP iniciaba sus ataques contra la industria hotelera de Barcelona y las huelgas en el aeropuerto del Prat dañaban ostensiblemente la marca Barcelona, con evidente beneficio de otras ciudades y destinos turísticos en un sector tan competitivo. La guinda la puso el cantante Lluís Llach, diputado autonómico, amenazando a los funcionarios que no aceptasen la ruptura ilegal con España. En este caso, todo restaba, mientras que el pueblo de Barcelona hubiese deseado que todo sumase.

Esta es una guerra global y las estrategias de interconexión son capitales, en controles de aeropuertos, en el “pool” de los servicios secretos europeos, en vigilancia costera, en prevención y vigilancia. Por ejemplo, de las mezquitas e imanes salafistas que tanto ha favorecido el buenismo multiculturalista en Cataluña. Conviene tener en cuenta que las primeras candidaturas municipales anti-inmigración aparecieron en Vic. Ahora la cuestión es si seguir con el buenismo y dar pie a una nueva derecha anti-inmigración o insistir infatigablemente en la razón política y no negar la brutal evidencia del enemigo

Dolça i clara Catalunya…



Categories: Huid del nacionalismo, Mejor juntos, Pensando bien

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19 comentarios

  1. Ved en este vídeo los c… de la señora, merece la pena:

  2. Si, el buenismo zapatero mata.

  3. Cuanta razón lleva !
    Y de qué sirve ???
    Estamos instalados en la sin razón d la
    sin razón…de nada sirve razonar con quién no quiere…😟
    Cada día entiendo más al Presidente de la I
    República Española…
    D.Estanislao Figueras Moragas…
    que harto d todos y hasta de el mismo dijo aquello de:
    Estoy hasta los coj*nes de todos nosotros !!! ya que se largó a Paris…tuvo q ir a buscarlo la Guardia Civil…y traerlo…para poder » cambiarlo por Pi y Margall..
    Aquí ya no volvió en su vida…
    Cómo lo comprendo…
    Hasta con muertos encima d la mesa se ha acabado dando la nota y haciendo un chou!!!
    Y mañana ya veremos el plan d los Sres. Representantes de todos nosotros que hacen…
    Sé retrataran una vez demostrando que no saben estar y q el cargo que cobran tan bien para lo q hacen les viene grande????
    Espero no morirme de vergüenza!!!
    Pero no me hago ilusiones de donde no hay es imposible sacar!!!😖😞😔😕

  4. La mentalidad tipo Le Pen sí existe en Cataluña, y es mucho más abundante de lo que se supone; la gente no dice lo que realmente piensa por corrección política y no quedar señalados. No tiene fuerza política porqué está disuelta en personas que, o bien no votan nunca, o bien dispersan su voto en muchos partidos, desde PP hasta ERC o PSC o (no os sorprenda) Podemos. La P x C no tuvo éxito, fué un movimiento municipalista y muy focalizado en algunas capitales de comarca, pero puede surgir en cualquier momento un movimiento ciudadano que alguien con personalidad adecuada, capacidad de liderazgo y credibilidad encauce: en poco tiempo se puede generar un equivalente al Front National francés que rompa esquemas políticos. No me sorprendería que surgiera un partido lepenista en Cataluña y se extendiera al resto de España, siguiendo el modelo de expansión de Ciudadanos.

  5. Una analítica muy coherente la de Valentí Puig, me ha gustado.

  6. Pablo Iglesias confunde wahabismo por «wasabismo»:

    Según Iglesias, «hay un elemento fundamental que, por desgracia, el PP no ha querido entender todavía y es lo que ha signicado el «wasabismo» para comprender la radicalización que ha llevado a algunos a cometer atentados deleznables, y en particular el papel de Arabia Saudí».

    Una prueba más de que estos «políticos» trepas y oportunistas, que van de progres ilustrados por la vida para captar mentes incultas o desesperadas, hablan por hablar sin tener ni idea de lo que hablan.

    Hace ya tiempo que Pablito Iglesias en una conferencia dijo que Isaac Newton, tras caérsele la manzana en la cabeza, descubrió la Ley de la Relatividad.

    Sigan, sigan votato a estos pandilleros …

  7. Me enervo al ver a la hiena hedionda e impúdica riéndose en el homenaje.

  8. Hay quien dijo que el procés era para hacer desaparecer del mapa a Plataforma per Catalunya (PxC).

    • Habría que preguntarse porque en Europa existen grupos de ultraderecha fuertes y en España no .Cataluña como parte de ella,es todavía más extraño esto,por la gran población musulmana.
      ¿Que es lo que falla?.

      • Ya saldran… esto es un pendulo

      • Habría que matizar el concepto de ultraderecha, aunque seguro que en Cataluña también los hay.

        Para mí es un término exajerado y usado con malas intenciones, pues si te pones a defender los valores tradicionales de España ya te tachan de ultraderecha.

        Esto viene a demostrar que en realidad no mas que ultraderecha, hay ultraizquierda, que son los verdaderos destructores e inquisidores de nuestra herencia cultural.

      • El Cid, de acuerdo con tu análisis.

  9. Compendio nacionalista: corrupción, pérdida de derechos y libertades, destrucción del Estado de derecho y de las instituciones, esquizofrenia colectiva hispanófoba, y ahora, islamismo.

    Y nos autoondecorados por gestionar estos atentados con negligencia e irresponsabilidad.

    Valentí Puig tiene toda la razón.

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